Quatorze

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—¿y bien? ¿Que pasa?

Iseul había guardado silencio en todo el camino y todo el tiempo en general. Pensaba muchas cosas y sobre las palabras que debía usar. SeokJin la miraba atento después de su pregunta e Iseul seguía decidiendo si decirle o no.

—Yo...

Iseul no lo aguantó. Su expresión se hizo triste, su vista se nubló y de sus ojos comenzaron a salir lágrimas. Se rompió. Jin se levantó de su asiento y se sentó a un lado de la chica. La abrazó, Iseul recargó su cabeza en el pecho de Jin dejándole a este acariciar su cabello.

Iseul ya no tenía las palabras para explicar cómo se sentía. Se sentía débil, insuficiente, impotente, frágil. Y odiaba sentir todo aquello. Odiaba sentirse incapaz de defenderse. Incapaz de hacer algo.

—Jin, ya no puedo. Simplemente no puedo.—dijo sollozando—. No se que hacer.
—Iseul, cálmate. No entiendo de qué me ha las y menos si lloras—dijo Jin aún acariciando su cabello.
—¿no lo entiendes?—se separó del chico—. Jae no me deja en paz. No se como hacer que se aleje de mí. No puedo—dijo con coraje.
—¿que te hizo?
—ayer—decía entrecortada—, se coló a mi departamento. Me amenazó, Jin.—siguió llorando.
—¿con que te amenazó?—fijó su vista en la cara roja de Iseul.
—con violarme—después de decirlo cubrió su cara con sus manos—. Es injusto. No solo me ha golpeado, ahora quiere abusar de mí.

El semblante de Jin se tornó serio y enojado. Iba a hacer algo para que todo eso parara. No podía seguir así. No estaba dispuesto a que Iseul siguiera sufriendo.
Iseul trató de calmarse. Secó sus lágrimas con las mangas de su suéter gris y miró a SeokJin.

—necesitaba contárselo a alguien—dijo ya un poco más calmada—. Estoy en peligro y lo único que puedo hacer para defenderme es hacer ruido.

SeokJin tomó la mano de Iseul y la besó. Entrelazó sus dedos y volvió a mirar sus ojos. Y en ese momento, con esa simple acción, Iseul sintió algo que hace tiempo no sentía y nunca había sentido con Jae.
Seguridad.

—de ahora en adelante puedes estar segura de que estarás bien. Te vigilare las veinticuatro horas del día si es necesario para que nadie provoque esas lágrimas.—dijo Jin sonriendo.

Sus mejillas tomaron color y miró atenta los ojos de SeokJin y como se acercaban peligrosamente a ella. No quería aceptarlo, pero tenerlo así de cerca le encantaba. Esperó con ansia la sensación de los labios del chico en los suyos hasta que sintió el suave impacto.

Cerró los ojos y disfrutó la sensación y el aleteo de las mariposas en su estómago. Le correspondió el beso con su mala experiencia y se acercó más al chico.

—ya no tienes que pedir permiso para besarme—dijo sobre los labios del chico.

El comentario de Iseul provocó una pequeña risa por parte del chico y después se separaron. Ahora los ojos de Iseul tenían un cierto brillo. Brillo que ahora solo provocaba SeokJin.

SeokJin besó la frente de Iseul y se levantó del asiento para sentarse en frente de ella. Decididos a comer algo ordenaron un pequeño café al mesero en turno de Yellow los fines de semana.

La chica agradecía que en fin de semana ninguno de sus compañeros asistía a trabajar. Ni siquiera su jefe. Si estuvieran ahí la situación sería diferente.

[...]

SeokJin se encontraba en el trabajo. Todo el fin de semana lo había pasado con Iseul. ¿Que podía decir? Esa chica le encantaba. Y tomando en cuenta que su ex estaba demente en esos momentos era el tiempo en el que más debía estar con ella.

Le faltaban unos informes sobre un caso más y comenzarían sus horas extras.
Se supone.

—¡Hey, Jin!—llamó la atención un chico moreno.

Jin se volteó a mirar al moreno a lado de su otro amigo. Tenían sus sacos en mano y también sus portafolios.

—Yang ha pospuesto las horas extras a todos hoy. ¿Que tal si nos invitas un café en Yellow?—dijo el moreno poniéndose el saco de su traje.
Jin se encogió de hombros. Guardó la información de su USB y apagó la computadora. Tomó sus cosas junto con su suéter rosa y salió junto con sus amigos.

Los tres fueron en el auto de SeokJin a la cafetería que tanto visitaba Jin. Iban discutiendo temas triviales en el camino y compartían risas. Bajaron del auto cuando llegaron y entraron a la cafetería. Había clientes todavía, sin embargo no llenaban todo el lugar.

Iseul salió de la cortina de la cocina y al ver a Jin se acercó a él. Jin imitó su acción y se acercó para además de saludarla, pedir la orden de sus amigos y suya.

—Iseul...—el mayor fue interrumpido por la chica quien se paró de puntillas y dejó un fugaz beso en los labios de Jin dejándolo perplejo.
—vienen tus amigos—vio a un lado de Jin—. Un caramel macchiato, chocolate caliente y un americano.—escribió en su libreta—. Listo. —miró a Jin feliz y se dirigió de nuevo a la cocina.

Jin regresó con sus amigos perplejo. Ellos lo miraban sorprendidos. Se sentó a un lado de Taehyung y desvió la mirada.

—¿que acaba de pasar?—dijo Namjoon sorprendido después de ver la escena de Iseul y Jin.
—entonces sí te fue bien con la mesera—dijo Taehyung con un tono pícaro y burlón.
—no me molesten, ¿sí?—dijo sonrojado.

Yellow | K.sjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora