Dix-Sept

1.5K 187 5
                                    

—Jin, te ha llegado correspondencia—avisó Ana recargándose en el escritorio de Jin con un sobre de papel alargado en las manos.
—gracias, Anie. Déjalo ahí.

Ana obedeció y dejó el sobre encima del escritorio, se retiró y siguió entregando correspondencia que llegaba al edifico para los empleados o para el jefe. Hoy en especial siempre llegaba algo para todos, nadie sabía que podía ser. La correspondencia llegaba una semana antes de las vacaciones, por lo que ahí estaban todos abriendo sus sobres.

—¿que te llegó, Jin?—preguntó Tae acercándose a su amigo. Jin estaba buscando un cúter para poder abrir el sobre sin romperlo todo.—. Yo tengo...—dijo Taehyung abriendo el sobre de papel y sacando su contenido—. Un cupón para lociones.
—¿que les llegó, chicos?—se aproximó Namjoon al escritorio de Jin.
—un cupón para comprar lociones.—mencionó Taehyung con el cupón en la mano.
—olerás bien durante las vacaciones.—bromeó Namjoon.
—que gracioso. ¿Que tienes tú?
—es una carta de mi madre—dijo señalando el sobre con el nombre de su madre.—. ¿Que te llegó a ti, Jin?

Jin logro encontrar el cúter en un cajón de su escritorio y abrió el sobre de papel, lo puso de cabeza dejando caer dos pedazos de papel en el escritorio. Jin Los tomó y revisó, las comisuras de sus labios se extendieron formando una gran sonrisa para después dejarse llevar por la emoción y gritar felizmente.

—¡Sí! ¡Aquí están! ¡Sí, sí, sí!—comenzó a saltar de alegría mientras sacudía a sus amigos por la emoción.
—¿que es eso, Jin?—preguntó Namjoon calmando a su amigo.
—¡boletos de avión!—los extendió hacia el castaño. Namjoon vio el destino y la fecha.
—¿París?—preguntó mirando a Jin, quien asintió con la cabeza repetidas veces dando a entender que estaba emocionado por el viaje—. No se por qué me das la sensación de que tiene algo que ver con esa chica.
—porque la va a llevar a ella—respondió Taehyung en lugar de Jin. Él volvió a tomar los boletos y los guardó dentro de su saco.



[.....]



—ese.

Iseul reaccionó. Volteó a mirar a Jae un costado de ella.

—¿ah?
—ese. Ese es perfecto.

Iseul se miró a sí misma en el espejo con el vestido de novia. Un muy lindo vestido, blanco como todos y largo, con un escote que no era vulgar y hacía resaltar su cuello. Ciertamente le gustaba, pero no se sentía en condiciones de sonreír o siquiera de existir.

—¿no se supone que no debes ver el vestido?
—¿qué más da? No es como que te veas muy contenta.
—bueno...tienes razón. Si quieres este entonces.
—sí.

Iseul se fue al probador a quitarse el vestido y dárselo a Jae para que lo comprara. Se vistió de nuevo y salió. Jae dejó el vestido ya pagado ya que las encargadas lo envolverían y lo enviarían a Iseul cuando fuera el día de la boda.

—me voy, tengo que entregar invitaciones y eso, dejé la última en la mesa de la cocina. Quiero que la entregues tú. Adiós.—Jae besó la frente de Iseul y se fue.

Iseul se contuvo de empujarlo, pero en cuanto Jae desapareció de su campo de visión pasó la mano repetidas veces por su frente con desesperación. Caminó hasta su departamento y miró la invitación de la cual habló Jae, con el nombre de quien ya esperaba. Obviamente no le iba a dar la invitación de su madre o padre o siquiera alguien más para darla personalmente. Y no sabía si Jae había dejado esa invitación ahí para que ella sufriera o porque era un tacaño el cual prefería dársela a mandarla por correo.

De igual forma, a propósito o sin querer, no hacia que el corazón de Iseul se apretara y doliera. La chica suspiró y tomó su teléfono, mandó un mensaje al número de Jin para pedirle que fuera a su casa una vez saliera de su trabajo.
Y Jin no podía estar más feliz por ese mensaje, pensaba darle los boletos para que se fueran apenas Jin saliera a vacaciones.

Así que ahí estaba él, con un ramo de flores en una mano y con la otra tocaba el timbre del departamento de Iseul, ella por el interfón le pidió que subiera y le abrió la puerta. Jin entró al edifico y subió las escaleras hasta llegar al departamento de Iseul y tocar la puerta, la chica le abrió y le pidió que pasara, recibió las flores y las dejó en la cocina para ponerlas en agua después.

—Jin, tengo algo importante que decirte.—dijo sirviendo dos tazas de té y dejándolas en la mesa. Se sentó en frente de él en la pequeña mesa.
—oh, yo también. Aprovecho para decírtelo. Pero primero tú, ¿qué quieres decirme?

Iseul no podía mirar a los ojos a Jin, en general a ninguna parte de su rostro, por la pena y la tristeza de lo que le iba a decir y la invitación que estaba escondiendo por debajo de la mesa en sus manos. Titubeó monosílabos tratando de pensar en cómo decírselo para que no lo tomara por sorpresa.

—Iseul...
—yo...Jin, me casaré este viernes.

El rostro de Jin se apagó, su sonrisa se desvaneció y su ceño se frunció ligeramente. Iseul levantó la cara un poco para poder verlo, por mas que le doliera debía decírselo a la cara. Fue sacando de debajo de la mesa el sobre de papel de tamaño mediano con la invitación adentro y lo colocó sobre la mesa, con su dedo índice lo empujó hacia Jin.

—estás invitado.—dijo con un hilo de voz.

Jin miró la invitación pero no la tomó en ningún momento. No estaba seguro de nada ahora. Iseul estaba a punto de llorar, se notaba por su voz. Pero lo que no sabía era si estaba así porque en realidad no jerks casarse o porque le daba pena tener que decírselo. Y Jin también se sentía utilizado, porque si Iseul sí estaba de acuerdo con casarse, sólo había sido un pasatiempo para la chica cuando tenía problemas con su novio. Pensamiento que le daba ganas de llorar ahí mismo.

—¿me estás invitando a ver lo más triste que podría ver en la vida? ¿Tu boda?—esa pregunta le termino de romper el corazón y los ojos a Iseul y sentirse como una basura. Su cabeza se agachó y sus ojos se desbordaron poco a poco mientras sus pecho subía y bajaba junto con pequeño hipo.
—sí estuvieras en mi lugar lo entenderías.—dijo entre sollozos—. No te estoy invitando porque quiera que me veas casarme, quiero que me saques de ahí cuando el padre pregunte si hay alguien oponiéndose.—siguió llorando.

Jin entonces cambió su expresión. Después de todo Iseul no estaba de acuerdo con su boda y eso lo había tranquilizado. Pero una idea había surgido gracias a esa invitación. El llanto de Iseul se iba calmando, su hipo se desapareció ya que al fin podía respirar tranquilamente.

—¿qué...qué es lo que querías decirme tú?—preguntó finalmente tratando de sentirse mejor. Alzó un poco la cara para poder ver a Jin, quien ya no lucia tan triste.
—yo...no, nada.—sonrió—. Asistiré, te lo prometo.—tomó con su mano derecha la mano de Iseul e hizo un movimiento circular con su pulgar en los nudillos de la chica. Mientras con la otra tomaba el sobre de papel con la invitación y lo metía en el bolsillo dentro de su saco, junto con los boletos de avión.



- - - - - - - - - -

Holu

¿Como están?
Sólo vengo a decir que se viene el final de la historia y pues quería agradecerles por el amor que le han dado, por los votos y vistas UwU 💛

Bye Bye

-Sof 🌻

Yellow | K.sjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora