Tiempos revueltos de pan y hambre,
de rebuscar el bolsillo
y rebañar las miserias.
De mirar a los ojos,
y decir lo siento,
de llorar a oscuras,
perder los nervios.
Manos crispadas,
alientos envenenados
de furia y rabia.
De desespero sin esperanza,
garra sedienta
que quema corazones.
Impotencia máxima,
y sentarse a esperar
tiempos mejores,
tiempos de sol
y mar.