Quiero con mis manos
atrapar el silencio,
guardarlo en mis bolsillos
y así dosificarlo.
Crear un paraíso,
donde solo la luz lo sea todo,
y allí soltar mis silencios.
Acoger mis rodillas,
y como un niño,
buscar la inocencia perdida,
y ser blanca y sin pecado.
Coger la rutina monótona,
y tirarla al pozo profundo, ahogarla,
comer libre entre montañas,
sin plazos, sin límites.
Quiero y no puedo,
deseo y me atraganto,
escupo mi furia, y me rehago,
como puzzle antiguo y su X.
Esperando un milagro,
una abducción, un misterio,
una llamada, un hada madrina,
y una mano sin aprietos.