Mi barca

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Amanece este día,

despego mis ojos

y levanto mis piernas,

pesadas, cansadas.

Tomando mi café

traigo la poción,

que me hace parecer

menos padecida.

Me visto y me voy a dar una vuelta,

y así creo que ya estoy despierta.

Cruzo el día en una barca

que me mantiene a flote y no me arrastra 

a las profundidades de esta charca,

donde los cocodrilos no lloran nunca,

donde mi fe se vuelve mi balsa.

Un día más,

sobreviví.

Y río contenta, hasta soy feliz,

porque cuando poco se tiene

lo pequeño se hace mil,

y lo mil, cien mil.

Y así se suman días,

horas y años,

creyéndonos a salvo

en esta barca pequeña,

agujereada y enferma.

Amanecerá otro día,

y volveré a intentar,

pues,

seguir viva.

Buceo en el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora