Seventin

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*Espacio publicitario*

¡A los buenos pañuelitos, caserita!
¡Lleve ahora antes de que se acaben!
¡Dos por quiniento! ¡Dos por quiniento!
¡Los mejores pañuelos desechables, para esos mocos viscosos!
¡Lléveselos ahora y de paso, la autora le dará un abracito para consolar su corazón! 🤧🤧🤧
Llame ahora, llame ya.

*Fin del espacio publicitario*



Yoongi se baja de su auto totalmente cansado, arrastrando los pies hasta la entrada de su casa. Son casi las once y media de la noche, y aún debe darse un ducha rápidos e ir a ver a su ojitos.
La pega lo tiene más cansado que la chucha, pero no se arrepentía de nada.
En su corta vida, nunca había sido tan feliz junto a alguien, como lo era estando al lado de Jimin tocándole su linda pancita. Y eso valía cada puto segundo que pasaba trabajando como esclavo.

— Hola, vieja. – Saluda a su madre, lanzándose a abrazarla y colgarse a ella.

— Quítate cabro de mierda, ¿no vei que pesai? – Se burla su mamá, solo para molestarlo un poquito. Ay, su hijo tan revoltoso. ¿Cómo era que había crecido tanto esos años?

— Yo también te quiero. – Sonríe cansado, dejando un rápido beso en la arrugada cara de su madre.

Se encamina hasta la cocina para hacerse un pan, ni siquiera procesando que lo que hace al estar muriéndose de sueño. Quizás también debía prepararse un café.

— ¿Irás a ver a Jimincito? – Le habla la mujer, ordenando la cocina como si ya no estuviera lo suficientemente limpia.

Yoongi solo asiente, devorando a grandes mascadas el pan con salame y mantequilla, mientras el agua se calienta.

— Se lo prometí. – Dice una vez traga, estirando los brazos y rascándose la guata. – Iré a bañarme. – Pasa por el lado de su madre que lo mira preocupado y aún así no quiere decir nada al respecto. – Hazme un cafecito, vieja. ¿Por favor?

La mujer asiente y ve como su hijo desaparece de la cocina.

Yoongi no procura lavarse completamente bien, más sólo quiere oler rico para su chico y no a pan como todo el día. Cosa que seguramente le daría un poco de náuseas a Jimin. Termina su ducha más rápido de lo que cree y ha logrado despertar algo, pero no del todo.
Se pone ropa limpia, un gorro de lana al no querer secarse el pelo y va por el cafecito que le ha hecho su linda mamá. La mujer nuevamente intenta insistir en que debe dormir o se terminará matando si maneja en esas condiciones. Pero Yoongi se asegura que estará bien, que no le pasará nada.

Se despide de ella y sale de casa cuando son las doce un cuarto. Quizás tendría que pasar la noche con Jimin y eso en definitiva era un buen plan. No es como si antes no hubiera pasado. Así que los padres de su pololo no le negarían quedarse, si ya era excesivamente tarde.

Esta prendiendo el auto, para conectar su teléfono a los parlantes, cuando una llamada entra. Ve el número de su primo y se extraña de ello. Normalmente Namjoon solo le hablaba por WhatsApp y cuando ya la cosa era urgente, lo llamaba.

— ¿Qué te paso, gil culiao? – Dice apenas contesta y escucha la respiración agitada de su primo. Algo anda mal.

Yoongs, quedó la caga. – Se escucha desesperado. – Tú cachai que la pandilla del sur andaba metía en una wea media turbia ¿o no? La cosa es que vino este loco al que le vendíamos coca y nos los echo encima. – Exclama molesto, escuchándose que algo se rompe. – Vinieron a mi casa y ahora quiere que salga.

Ponte vio' | YM [Chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora