Naintin

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Jimin no puede soportar el dolor que siente. Necesita una mano cálida que se aferre a la suya y lo apapache mientras la lágrimas mojan sus mejillas. Sus padres no han dado señales de saber en donde esta Yoongi, e incluso su padre ha desaparecido de la habitación hace poco más de media hora. Necesita que el aweonao de su pololo llegue, para que no se le salgan los choros del canasto. Su paciencia se estaba agotando y que le hayan puesto la epidural no había ayudado en nada.
                  
— Vamos, hijito. No sigas llorando...Seguro ya viene y todo estará bien... — Intenta consolarlo su mamá, pero solo se gana un poquito más de su odio.

— Mejor déjame solo. — Murmura apenas, estando acostado de lado dándole la espalda a la mujer que le había dado la vida. — No quiero que nadie entre.

Escucha como la silla se desliza por el suelo y un suave beso es dejado en lo alto de su cabeza, antes de que su madre salga finalmente. Se siente como la revenda mierda y no tiene a quien podría calmar su horrible dolor. Los sollozos se ahogan en su garganta y masajea su guata que se ha tensado por las constante contracciones que esta sintiendo. Los doctores ya le habían avisado que en una media hora más lo metería a pabellón para hacerle una cesárea. Estaba aterrado por su bebé y que le pasara algo. Pero también temía que algo le haya pasado a Yoongi. Algo le decía que el flaite rubio no llegaría a tiempo.

Y entonces se sintió sumamente abandonado.

Al mismo tiempo la puerta era abierta lentamente y ya se estaba preparando para sacar a chuchas a quien fuera que interrumpiera su momento emo. No escucha nada a su espalda, cuando de la nada siente que una mano toma la suya y levanta la vista. Unos rasgados ojos lo miraban con una sonrisa y más lágrimas se acumularon tras sus párpados al verlo. Se sentó en la cama como pudo, aun sosteniendo la mano del oxigenado en silla de ruedas.                 

— ¡¿Dónde chucha estabas?! ¿Acaso te olvidaste de mi? ¿Y por qué mierda andas así? ¿Qué te paso? — Soltó un sin fin de preguntas, escuchando la risa de Yoongi y luego varios quejidos al ponerse de pie sosteniendo su estómago. — ¿De que te ríes culiao?

Con un pequeño gesto de mano, Yoongi le pide que se mueva a un lado y Jimin le hace espacio en la camilla para que los dos quepan. A penas lo tiene a unos centimetros, lo abraza con cuidado, notando la venda que rodea el vientre de su pololo. Lo peor cruza por cabeza y eleva su rostro para volver a interrogarlo, recibiendo un cálido beso en sus labios que lo silencia. Disfruta de los suaves besos de Yoongi y las caricias que da en sus mejillas, sintiendo la mariposa que lleva en la mano.

Se separan para verse con ojos brillantes, sintiéndose ambos mucho mejor al estar al lado de quién amaban.
                  
— ¿Qué paso? — Susurra Jimin apoyando su rostro sobre el hombro derecho del rubio, cerrando sus ojos para disfrutar de las caricias en su pelo.

— Debo confesarte algo. — Habla con voz seria, lo que llama la atención del azabache y lo mire otra vez. — También tuve un hijo, lo deje en el baño. ¿Queri verlo?

Un rápido golpe llega al pecho de Yoongi, haciéndolo reir. A pesar de que la herida le duele como la mierda, reír por Jimin valía la pena.
                    
—¿Recuerdas que te dije que mi pobla era entera brigída?— Asiente Jimin. — Bueno, es entera brígida. — Contesta recibiendo otro golpe por su falta de seriedad. — Te lo digo en serio, ojitos. Ni creas que te volveré a llevar para allá, así que ve pensando en que criaremos al pirigüín donde tus papás.
                    
— Yapo... ¿Te hicieron mucho daño? - Pregunta esta vez preocupado al pasar superficialmente su mano por donde siente la venda por debajo de la bata.
                    
— Lo importante es que estoy contigo, ojitos. Y eso no cambiará nunca ¿lo teni claro?                   

— ¿Seguro?                   

— No te preocupes, Minnie. Total, tome mucho milo cuando chico.               

— ¿Y eso que tiene que ver? - Le mira Jimin sin entender nada.                   

— Que milo te hace más fuerte.         

— Es más grande, weon. - Se ríe el azabache por las ocurrencias de su pololo, notando que todo dolor se ha ido lentamente.
                    
— Es la misma wea.

Se besan una vez más sintiéndose plenos uno al lado del otro, cuando varias personas entran a la pieza anunciando que debía trasladarlo ya a la sala de cirugías. Jimin miró asustado a Yoongi que sólo le sonreía sin trasmitirle lo cagao de miedo que estaba por presenciar todo.
                    
— Estoy contigo, amor. - Susurro en su oído, dejando luego un último beso en sus labios antes de que los doctores le pidieran bajarse de la camilla. — Te amo.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas como por décima vez en la noche y sonrió enormemente al escuchar por primera vez aquella frase que el rubio jamás se había atrevido a decir en los largos meses que llevaban.

— Yo también te amo, Yoongi.

Ambos jóvenes se miran envueltos en su burbuja de amor, demasiado ansiosos por lo que estaba a punto de ocurrir.

Había llegado el momento de tener un bebé.










El siguiente capítulo es el final </3

Gracias por tanto amorssssssh. Tobesis en la tefren para todos

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