ileven

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— Vamoh a peliar' terrible brigido maldito conchetumadre.

Yoongi entra echo una furia al almacén, lanzando su grito flaite de guerra.  Jimin se separa abruptamente del castaño que también voltea hacia quién ha gritado, recibiendo literalmente un combo en el hocico. El azabache suelta un gritito por el susto, intentando separa al rubio del castaño. Jungkook se ha tambaleado un poco por el golpe, pero no ha tardado en devolvérselo a Yoongi con más fuerza. La gente se ha acumulado alrededor para ver el espectáculo que están montando esos dos, mientras Jimin busca la forma en cómo detenerlos.

— ¡BASTA! ¡Se están haciendo daño! – grita el cuico, mientras busca con la mirada al guardia de seguridad que vio hace un rato. Sorprendiéndose cuando lo ve entre la multitud grabando la escena.

Really, bro?

— ¡Maldito bastardo! ¡Te voy a matarte! ¡Ya sabi ya! Pobre de voh que vuelvas a la pobla, aweonao culiao. – Grita Yoongi totalmente enfurecido, estando tirado en el suelo encima de Jungkook que aún se defiende como puede.

— ¿Tanto te pica que haya salido de la mierda en la que estás? ¿Ah? – Sonríe Jungkook. – No sabía que eras tan envidioso, Yoongi.

— ¿Quién está envidioso de voh, culiao? Tu sabi que la cagaste. Te olvidaste de todo y cambiaste para ser como esos aweonaos. Tu nos cambiaste.

Jimin se mantenía al margen, escuchando cada palabra que salía de la boca de ambos chicos. No entendía absolutamente nada, pero algo si era seguro. Esos dos se conocían.

— ¡Ya vas a ver cuando...!

— ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO CABROS DE MIERDA?

— ¿T-tía...Rosita? – Murmura Jungkook deteniendo cualquier tipo de movimiento, buscando con la mirada de donde ha provenido esa voz.

Un grito sobrehumano hace a todos saltar. Una mujer de unos cincuenta años, con bastante bolsas en sus manos y una cara de ogro, se adentra al círculo que se ha formado y mira desde arriba a los dos peleadores. Antes de que cualquiera que pudiera verlo venir, la señora saca una acelga de las bolsas y comienza a golpearlos, insultándolos y regañándolos sobre qué la violencia no arregla nada. Irónico cuando ella los golpeaba con un vegetal.

Tras un par de retos más, ambos chicos se han logrado separar y están parados frente a la señora que continúa dándoles un sermón. Jimin se mantiene un poco alejado, ya que no sabe si su presencia podría empeorar todo de nuevo. Mas cuando está a punto de simplemente largarse, la señora le grita de una forma que le hace temblar. Ve la mirada de la dura mujer, titubeando antes de acercarse a pasos lentos hasta ellos.

— ¿S-si? – Tartamudea ante el temor que irradia esa persona. Siendo incapaz de ver a Yoongi o Jungkook, pese a que están a su lado.

— ¿Y tú quien eres? ¿Y por qué chucha se estaban peleando por voh?

— Emm...bueno...yo s-soy...– Balbucea sin saber qué palabra decir para no cagarla.

— Es mi pololo. – Suelta entonces Yoongi.

El azabache finalmente se voltea al rubio, viendo que Jungkook también lo mira asombrado. La pobre carita de Yoongi está toda demacrada y aún así tiene el atrevimiento de sonreírle coquetamente. Era todo un caso aquel flaite muchacho.

— Bueno, que yo sepa no me lo has pedido. – Le responde Jimin, escapándose una pequeña sonrisa de sus labios cuando esté le hace un puchero.

— ¿Quieres que te lo pida? – Sonríe Yoongi con más ganas y Jungkook termina de romper el momento al interferir entre ellos.

— Ya, no hace falta que se miren como si fueran a culiar aquí en medio. – Suelta con un repentino acento que sorprende a Jimin. – Ya entiendo que aquí solo sobro, y me estaba metiendo en donde no debía. Lo siento, Yoongi. – Mira al rubio, mientras extiende su mano.

El rubio la mira dubitativo y aunque no quiere aceptar sus disculpas, su tía rosita le ha dado una sola mirada para que lo haga. Se dan un apretón de manos y todo queda zanjado.

— ¿Puedo preguntar algo? – Murmura algo inquieto.

— Claro, ojitos.

— ¿Ustedes...se conocen? – Los apunta y mueve los dedos de un lado a otro.

Una risotada se le escapa a Yoongi, mientras que Jungkook lleva una mano hasta su cuello viéndose avergonzado de algo. La señora que ahora sabe que es la "Tía Rosita" de Yoongi, se acerca hasta él y posa una mano en su hombro, con la misma mirada divertida del rubio.

— Muchacho, hay que ser idiota como para no darse cuenta que estos dos son familia.

— ¿¡QUÉ!?

— Somos primos.

— ¿QUÉ?













Siempre que escribo esto, me cagó de la risa.
Intentaré actualizar más seguido:( lo siento por la demora.

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