¡Vaffanculo! ¿Cómo se atreve?,¡stronza di merda! ¡Mentirosa!- golpeé la puerta de mi armario para descargar mi rabia-
Después de todo lo vivido me deja en visto como cualquier cosa, dejando claro que realmente he sido un juguete para ella con el que se divertía y ahora se aburre de él. ¿Cómo había sido tan idiota? Se había estado riendo todo este tiempo en mi cara, seguro que era lo que acostumbraba siendo quien era. No tiene corazón ni alma, es una simple egoista que manipula todo a su antojo,sin importarle nada salvo ella misma.¡Esto no va quedar así! ¡Pagarás por todo el daño emperatriz!-dije a la nada concentrando mi atención en buscar algo en el armario-
Cogí un vestido ceñido, lo más provocativo posible,dejando toda mi espalda descubierta para que pudiera notarse que no llevaba ropa interior. Recogí mi pelo dejando que algunos mechones cayeran y me maquillé. Los tacones como no, de infarto para que esterilizara más mi figura.
Fui hacia la antigua habitación de Ferruccio y busqué entre sus cosas hasta encontrar en una pequeña caja de figuras de miniaturas que coleccionaba cuando era pequeño un arma, siempre tenía una en casa aunque mis padres nunca lo aprobaran, él siempre decía que era por nuestra seguridad, nunca había pasado nada pero no vivíamos en un barrio modélico que digamos. El pulso me temblaba mientras la cogía con cuidado, jamás había cogido un arma y mucho menos disparado con ella, me sentía aterrada,nerviosa y la sensación de náuseas aumentaban por momento pero logré tranquilizarme suspirando profundo,decidida, introduciéndola en mi pequeño bolso de manos.Cuando salí hacia el pequeño salón, mis padres me miraron sorprendidos de arriba a abajo,seguramente no se esperaban verme así después de llevar semanas von un aspecto reprobable.
¡Questa bellissima figlia! me alegro que salgas, te veía muy triste estos días y me rompía el corazón- dijo mi padre con una pequeña sonrisa-
Io sono bene papa, non preoccupatevi-fingí una sonrisa para tranquilizarlo-
Todos debemos volver a nuestra vida normal, él lo hubiera querido así-dijo mi madre intentando contener las lágrimas-
Saldremos adelante mamma, te lo prometo,los culpables pagaran por todo-me despedí de ellos y salí por la puerta-
Bajaba las escaleras del edificio con prisa y decisión, me temblaba el cuerpo de solo pensar que la tendría frente a mi y no sabía si la sensación que sentía era por deseo o por rabia. Ya era de noche,la fiesta debería estar más que empezada y lo prefería así,que no esperara mi presencia.
Paré un taxi y al subirme pude ver como el taxista no dejaba de quitarme el ojo por el retrovisor, le di las indicaciones de la casa de Mane y se dirigió hacia el destino.
Pronto llegué hasta la zona de la ciudad donde vivía Mane, una zona adinerada,conseguida por vender su cuerpo a personas sin escrúpulos que solo la usaban para satisfacer sus deseos sexuales. Le di el dinero al taxista y fui hasta el edificio, no era difícil entrar, solía ser con invitaciones pero contaba con un as bajo la manga, todos sabían que era su amiga por lo que no me pusieron ningún impedimento ni me pidieron acreditación.
**
¡Sorpresa emperatriz! Bienvenida de nuevo a Italia- se acercó a mi tendiéndome una copa-
¿Qué es todo esto Mane?, odio las sorpresas y lo sabes-gruñí-
Sólo es una fiesta en tu honor,relájate, no ha hecho más que empezar-agarro mis manos y las pasó alrededor de su cintura acercándome a ella- cuando la fiesta termine vas a estar tan relajada que me implorarás quedarte en mi cama- me susurró al oido aprovechando para morder el lóbulo de la oreja-
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PROHIBIDA
RomanceSus manos acariciaban mi piel haciéndome temblar. Quería que me torturara, que hiciera con mi cuerpo todo lo que quisiera y quitara este deseo que había creado en mi desde el primer momento en que la vi. Movía sus caderas contra mi haciéndome gemir...