Narra Fernanda- 1

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Los secretos son los más preciado que tenemos y más aún cuando no queremos que no se sepa ya sea por vergüenza o para que no le tengan lástima a ésta persona, yo, Fernanda Montimer Quiroga de 19 años, hija de un inglés llamado Aarón Montimer y una mujer latina llamada Kiara Quiroga, guardo el secreto de la vergüenza y la deshonra para mi familia.

A mis catorce años me gradúe de la preparatoria en un colegio para súper dotados en California, siempre me destaque por mi gran desempeñó y eso me permitió entrar a la universidad, a los dieciocho me gradúe de profesional en administración de empresas con el fin de hacerme cargo de las empresas de mi padre.

Yo me consideraba una chica extrovertida, salía a fiestas con mis amigas y amigos, e incluso era muy popular, tanto en la prepa como en la universidad jamás faltaba a una fiesta y me gustaba ser el centro de atención, me vestía a la moda siempre, mi vida sentimental se reduce a dos novios, el primero no duramos tanto; ni siquiera recuerdo su nombre, solo sé que es extranjero, además, fue un desastre ya que yo no lo soportaba por no saber que era lo que decía, era algo frustrante y el segundo, Antoni, con él tuve la relación mas larga, ya que fueron tres años de relación, pensé que con el me iba a casar y tener una familia, él y yo éramos el uno para el otro, solo que el quería más que solo besos y besos es lo único que yo le podía ofrecer, además de mi grata compañía.

Terminé la universidad en cuatro años, ya que yo iba a un ritmo más avanzado que el resto y me dieron ese privilegio, en mi último año, mi amigos me hicieron una fiesta a mitad del último semestre, en honor a mí y no lo dude ni un poco, acepté emocionada.

Esa noche la hubiera pasado genial, solo que me pelee con Antoni, debido a que el se había sobrepasado esa noche, salí hecha furia, me fui caminado, total, sabía que él vendría a buscarme, siempre lo hacía, ya había caminado dos cuadras y nada, decidí esperar pero ese fue el error más grande qué pude haber cometido, un auto se acercó, pensé que era Antoni, pero como no se veía debido a la oscuridad, lo llamé y nadie respondió, al contrarió, escuche risas, me asusté y empecé a caminar pero me detuvieron los brazos de un chico más o menos de mi edad. Por su complexión me percaté que no estaba solo, habían dos más, no les vi el rostro a ninguno ya que estaba oscuro y no habían casas cerca. Esa noche, la pesadilla de cualquier joven a mi edad se hizo realidad y por más que grité y patalee; no me libre.

Me acuerdo que después de que se cansaron de mi me dejaron tirada, las lágrimas salían sin control, me acomodé el vestido como pude y caminé, no sé por cuanto tiempo, o a donde iba, solo necesitaba olvidar, no me importaba que me pasará, total, ya lo peor pasó, estaba en la acera llorando cuando una chica rubia se paro a ver que me pasaba. Esa madrugada conocí a Andra, la única que sabe lo que paso esa noche.

Las últimas semanas en la universidad fueron lo peor, no soportaba la idea de tener a tantas personas a mi alrededor y mucho menos los hombres, los aborrecía terminé con Antoni sin darle mayor explicación ni escuchar sus disculpas por la discusión, solo corté todo lazo que nos unía, todos notaron mi cambio, ya no era la misma, ya no sonreía, no hablaba con nadie, solo estrictamente lo necesario, todos decían que estaba así porque Antoni me había votado por ser una mojigata, si eso dijo él, que él había sido el que terminó con la relación, yo no quise decir nada para contradecirlo, de hecho me convino ya que nadie me molestaba, al terminar los días veía con Andra, ella se convirtió en mi amiga incondicional, claro, yo tenía a Lizbeth, ella también era mi amiga, pero me aleje de ella cuando se fue a Estados Unidos a estudiar.

Terminada definitivamente la universidad y graduada con honores me la pasaba en casa, no salía a ningún lugar, vivía con mis padres aunque en los años que estuve en la universidad me independicé, volví apenas terminé los estudios, mi madre y padre estaban muy orgullosos de todo lo que logré en tan poco tiempo, pero no todo es felicidad, mi padre se enfermó y me propuso hacerme cargo a la empresa.

MONTIMER ING. Una de las empresas de telecomunicación y tecnología más importantes en latinoamérica.

No lo dudé y acepté su propuesta, total, soy hija única y no quiero que él sienta decepción de su única heredera.

Mi vida ahora gira entorno al y trabajó. Dispuse de todo el poder y logré expandirnos por Norte América con Lizbeth como mi mano derecha allá, Andra trabaja conmigo aquí en la sede principal, ella es la segunda al mando, hace un trabajo increíble, ella ha sido incondicional conmigo desde lo sucedido.

Pero quién iba a pensar que un año después de lo sucedido iba aceptar casarme con un lindo extranjero....

LTM

Años De CasadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora