Yo seguía yendo al club y teniendo mis actividades normales fuera del trabajo, pero ya no iba con las mismas ganas puesto que el CONEJO NO ESTABA.
No faltaba quien me echara los perros y con quien bailar, y bailaba, me reía, "coqueteaba", pero no podía querer a otro...
Los meses pasaron y no supe lo que era "una letra de España", con un pensamiento del Conejo. Era triste, muy triste, pero ni modo.
Empecé a salir con el "gallego" aquel que les conté que estaba como quería. Se llamaba Normando. Por supuesto empezaron a lloverle chismes de todas partes, sobre todo del A.E.E.S.*, una vez que estaba bailando conmigo pasó un muchacho, que no era mi enemigo sino todo lo contrario, era amigo de un pretendiente mío, y le dijo: "¿Ahora tú eres el güey en turno?"
* Almas En El SótanoComo dándole a entender lo que todos decían: que yo andaba con ellos mientras el Conejo volvía; además las "viejas del A.E.E.S", me decían —yo lo supe hasta hace un año— la Rapaza del Conejo, pero eso era de mala intención, pues les daban a entender a los muchachos lo que no era cierto. Eso también lo comprendí cuando ya no tenía remedio.
Normando el Gallego entraba mi casa, la Madre Superiora le tenía cierta preferencia —por algo sería— y él quería mucho a la Madre Superiora; si yo no quería salir con él le decía que no me daban permiso y entonces él lo sacaba, porque mi mamá nunca le negaba nada.
La señora Veneno lo llamó un día por medio de una parienta y le ofreció "mafiosamente" una ¡Dote Bastante Razonable! para que se casara con su hija Gargarita, y por otro lado le ofreció a la parienta esa, que ella se encargaría de "quitarme totalmente" al Conejo para que éste se casara con la hija de ella —la parienta esa era tía del Gallego— (y a mí me iban a dejar CH.E.L.L.*, ¿verdad, maldigas?). Pues no se les hizo porque Normando las mandó a F.E.** Chiflando En La Loma
* Freír EspárragosRealmente estaba enamorado de mí, Zutana era su confidente y le decía: "Mira, Zutana, me voy de aquí con la firme intención de no volver, por todo lo que me hace Fulana y no sé por qué al día siguiente ya estoy tocando la puerta".
La señora Calvo le advertía:
—"¡No te dejes, Normando! Abusa de ti porque ve que la quieres demasiado."Esta señora la mamá de unas íntimas amigas, si bien sido enemigas, ¡me sacan los ojos!. Después supe que a una de ellas le gustaba mucho Normando, (con razón, ¿verdad?).
Un día la hermana de Normando fue a un festival a vernos bailar y le comentó: "¡Es muy guapa Fulana, pero no te conviene porque es demasiado coqueta".
Pues quién les entiende, ¡hijas de...Franco! A la tía Anacleta le preocupaba lo contrario; total, creo que con los familiares de mis posibles amores nunca he tenido éxito. N.C.M.A.T.** Ni Con Mis Amores Tampoco
Normando seguía buscándome por todos lados, era remono, a mi sí me gustaba pero de repente como que sí y luego como que no. Es que yo seguía queriendo al Conejo y luego me salían distracciones medio tremendas por otros lados, yo creo que eso me impedía concentrarme y decidirme; y aunque Normando me gustaba no me atrevía a darle un beso, ni siquiera bailaba con el de cachetito, solo con el Conejo me "aventaba". No sé qué pensaba normando de un día pero un día.
No fui a trabajar en la tarde porque tenía que ir a la modista y me encontré a Normando cuando salía de mi casa, se ofreció a llevarme; a la Madre Superiora no le gustaba que saliéramos solas en coche con las muchachos, pero no lo supo. La modista estaba muy lejos y cuando salí se había hecho de noche, entonces Normando en vez de regresarnos directo a la casa se dio una vuelta rapidísima y se estacionó en una calle solitaria y me dijo:
—¡Ahora sí, Fulana, se te va a quitar la costumbre de burlarte de los hombres! —y que se me avienta como loco, me jaló y me empezó a besar fuerzas.
— Suéltame, idiota, ¡qué te estás creyendo! Gallego desgraciado —me puse histérica.
— Ahora mismo te voy a hacer algo que no te va a quedar más remedio que casarte conmigo.
No lo van a creer pero hasta las facciones le cambiaron, se veía diferente, le brillaban los ojos como a los gatos, respiraba agitadísimo y me jalaba hacia él. Yo me pegué el susto del siglo, se me quitó lo valiente y empecé a llorar.
—No, Normando, yo no te he hecho nada malo, suéltame por favor, si me sueltas me caso contigo, pero déjame, ¡déjame!
— No te dejo nada, Fulana, tú no sabes nada, ni sabes lo que provocas —no lo van a creer, pero el muy salvaje me quiso desabrochar el suéter, ¿se imaginan el pánico que me entró?
—¡Mamita, mamita! —empecé a gritar como si fuera una niña chica—. ¡No te hubiera desobedecido, subiéndome al coche!... por favor, por favor...
Lloraba, gritaba, le pegaba...ya no me acuerdo qué tanto le dije, el caso es que se empezó a calmar un poco y me soltó, yo me separé y me fui volada hasta el otro lado del asiento, iba callada, callada, y él como que quería decir algo y no se atrevía, sólo volteaba a verme todo "chiviado".
Ya cuando íbamos llegando a mi casa me dijo:
—Ahora comprobé que "tú sí vales la pena" y eres digna de casarte conmigo.
Me dio un coraje, y ahora comprendo que mi rebeldía —antes inconsciente— siempre ha tenido una justificación, y como para esto M.V.E.V.* por la cercanía, le dije:* Me Volvió El Valor
—Mira, Normando, yo soy digna de cualquiera, el que no es digno de mí, eres tú, porque eres un idiota y un pesado y además un tonto.
Llegué sola a mi casa para que la Madre Superiora no se enterara de que me había llevado el Gallego.
Pasó un rato y...
—Fulana, ahí está Normando el Gallego.
Tenía cara como de preocupado. Me senté en uno de los sillones de la sala y que se deja venir y se hinca en el suelo:
—Perdóneme, Fulana, perdóneme, perdí la cabeza.
Antes de poder contestarle entró la Madre Superiora y se quedó así como de a seis. Normando se levantó volando.
Me estoy dando cuenta ( a buena hora) de que siempre he tratado con puro MACHO, unos pronuncian y otro no pero la MENTALIDAD es, a fin de cuentas, la misma.
A la hora del Café con Leche se impuso una explicación y le dije a mi mamá:
—Es que Normando se me estaba declarando a la "antigua", ya ves cómo es.
Nunca lo quemé con ella.
Cuentan que en la H. Colonia oyeron cantar a Normando (en tono de Jota Aragonesa)
"Si vas a bailar al club,
pregunta por mi Fulana,
que lo que dicen no es cierto
y lo sostengo a la cara..."
Así, entre una cosa y otra, entre un "pretendiente y otro", EMPECÉ A SEGUIR PERDIENDO MI TIEMPO. Esta, desde luego es una opinión familiar, yo digo que EMPECÉ A SEGUIR VIVIENDO:
"En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo es según el color,
del cristal con que se mira..."
C.D.L.B.*Calderón de la Barca
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Anecdotario de una vida inútil...pero divertida
HumorEscrita por Fulana de Tal, escritora mexicana. Este libro tiene más de 45 años. Y creo que a pesar del tiempo, sigue dando risa. Lo leí porque estaba en mi casa y me dio curiosidad. Espero que les parezca igual que a mí y lo disfruten. ;) Escrito...