Mi jefe es un Saiya...¿qué? Trunks y Tú [EDITANDO]

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36| Hermanos.

Punto de vista de Trunks

Me recosté en la cama después de llegar de la oficina, apenas cerré los ojos cuando la puerta de mi habitación de abrió de golpe dejando ver a mi querida hermana menor.

—¡Trunks, invité a ___ de compras!, ¿quieres ir con nosotras? —dijo, con su teléfono celular en mano y una sonrisa.

Me flexioné hacia adelante sobre mis codos, para mirarla parada frente a la puerta.

—No, Bura, no me gustaría arruinar su momento de chicas —sonreí—. Además, no quiero agobiarla o que sienta que no puede hacer nada sin que yo esté presente.

Mi hermana suspiró.

—Como quieras —se dio la media vuelta, pero giró su cabeza inflando las mejillas, mirándome—. Eres un aburrido —se cruzó de brazos.

—Y tú ya estas muy grandecita como para hacer berrinches —solté una carcajada, ella bufó y salió de la habitación.

Suspiré, dejándome caer de nuevo sobre la cama estirando los brazos a los costados pensando en esa azabache que cada vez necesitaba más a mi lado.

Punto de vista de ___

¡Genial! Llevo casi quince minutos esperando a Bura y ¡no aparece!

Estaba enfrente de la estación de la capital cuando a lo lejos pude distinguir una cabellera azul muy conocida.

—¡Por aquí! —gritó Bura extendiendo su mano en señal de saludo. Me acerqué a ella a paso rápido, sonriendo—. Vamos a las tiendas de allá —tomó mi brazo y me jaló.

Recorrimos diversos establecimientos de ropa, zapatos, cosméticos, accesorios y hasta fuimos a parar en un salón de belleza.

—¡Te ves preciosa! —exclamó asintiendo, con una sonrisa mientras colocaba las manos en su cintura.

Era cierto que el reflejo en el espejo había cambiado radicalmente.

—No te ves feliz, _____ —hizo una mueca de disgusto—. ¿No te gustó?

—No es eso —negué con las manos—. Estoy sorprendida, es todo.

—Bien —declaró, entusiasmada—. Ahora vamos a la joyería —me tomó del brazo nuevamente llevándome a dicho establecimiento.

[ . . . ]

—¿Qué le parece este, señorita? —escuché decir al encargado mientras le mostraba diversos collares a Bura.

—Umm...no lo sé, todos son hermosos —se colocó la mano sobre su barbilla, pensando.

Me encontraba admirando los collares recorriendo el mostrador, todos eran hermosos hasta que me topé con los anillos.