Mi jefe es un Saiya...¿qué? Trunks y Tú [EDITANDO]

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7| Algo nuevo.

Después de la cena pasamos al salón donde antes había estado. Después de todo, parecía ser que logré simpatizar con la familia Brief y eso me hacía sentir en el fondo de mí muy feliz.

Estaba hablando con la doctora Bulma Brief como nunca me había imaginado. Estaba realmente satisfecha.

—¿Dónde compraste tu vestido, ___? —preguntó la menor un tanto emocionada—. Debe ser de un diseñador nuevo, jamás había visto un modelo así.

Sus enormes ojos celestes brillaban de una manera inigualable. Era fácil distinguir algo en eso:

La ropa era su punto débil.

—Pues... —sonreí, con nerviosismo—, en realidad es un vestido hecho por mi madre.

Eso pareció sorprender a ambas peli-azul.

—Tu madre debe ser muy buena en esto.

Aquella declaración de la mayor hizo que me sintiera aún más orgullosa de mi madre.

—Claro que sí. No se dedica a eso, pero es realmente buena —declaré un tanto sonrojada debido a los elogios-.

—Te favorece mucho, ¿no es así, Trunks?

Lo dicho por la menor dio pie a un leve sonrojo en el de cabello lavanda.

—E-Eh claro que sí —sonrió, con una mueca que delataba su sorpresa—, tiene un buen gusto.

—Vamos, Trunks no seas tímido —agregó Bulma, dándole un leve empujón de hombro a su hijo.

«Son realmente unidos».

—Mamá, no hagas eso —su rostro enrojeció al instante—. Creo que ___ ya debería irse, es muy tarde —irguió la espalda, recargándose sobre el sofá.

—Me temo que tiene razón— hablé un tanto ¿triste?

—Oh no te preocupes, aquí hay muchas habitaciones disponibles —exclamó Bura, con un guiño de ojo.

—N-No g-gracias, no me sentiré cómoda —sonreí de nuevo—. Además, hay cosas que hacer en mi casa.

Desvié la mirada.

—Siendo así no insistiremos esta vez, pero para la próxima, no podrás negarte —ahora la peli-azul mayor guiñó un ojo.

«¡Mi ídolo me estaba invitado a dormir en su casa!»

-Por supuesto que sí- me levanté e hice una reverencia con la cabeza—. Gracias por su hospitalidad y por la cena.

Alcé la cabeza, y mi espalda hizo una perfecta línea recta, al levantarme de aquel asiento cómodo.