Epílogo

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Una tarde fría de invierno, una mujer de cabellos oscuros se encontraba a lado derecho de un hombre de cabellos lilas en una junta de corporativo. Ella se veía impecable y él se encontraba seguro frente a sus subordinados.

Habían pasado ya cinco años desde esa gran unión que los había convertido en uno sólo.

(...)

Las horas pasaban y ambos mirábamos atentos a cada detalle de la situación de la empresa inscritos en esos papeles. La junta dio por finalizada y el hombre dio salida a cada integrante de la mesa quedando sólo nosotros dos.

-¿Listo, señor Brief?- pregunté con una amplia sonrisa.

-¿Para qué, señora Brief?- me devolvió la sonrisa con gesto burlón a lo que negué con la cabeza.

-¿No me digas que lo olvidaste?- reprendí.

-Jamás lo olvidaría- dijo él comenzando a dar marcha hacia mí tomándome de la muñeca y acercándome a sí mismo.

-Estabas ganando un buen golpe-  comencé a reír.

-Me gustaría ganar otra cosa- agregó él enredando sus brazos sobre mi cuerpo.

-Primero la sorpresa de nuestro hijo- coloqué mi dedo índice sobre la nariz del ojiazul dándole una mirada desafiante junto a una sonrisa -Después será lo que tu quieras- arrastré el dedo por el contorno de los labios de mi esposo y comencé a caminar a la salida.

-Así será- murmuró siguiéndome.

(...)

El trayecto hasta la casa de mi suegra fue increíble.

 Trunks sabía que su esposa sabía entretenerlo muy bien dejando fuera el doble sentido.

Una mujer inteligente, agradable, tierna, sincera y estricta si de su hijo se trataba, no toleraba ciertas cosas, toda una guerrera, así es como la describía Trunks Brief cada que le preguntaban por la mujer de su vida, mientras que,  ___ Grills respondía sobre el amor de su vida que era un hombre caballeroso, servicial, atento, inteligente, amable y sobre todo tierno, además de guapo. Simplemente, todo un hombre perfecto, pero había algo en lo que ambos coincidían; tenían el mayor tesoro del mundo, y eso era su hijo.

(...)

Al llegar a la enorme casa amarilla que contenía en letras enormes Capsule Corp. fuimos recibidos por un pequeño que estaba cumpliendo cuatro años de edad. Un niño de cabello negro y ojos azules.

Él estaba emocionado por su cumpleaños, el chico de cabello pelilila le dio un regalo y el pequeño dio un brinco dándole un abrazo para después correr a donde se encontraba su abuelo Vegeta.

La hermana del ojiazul se acercó con una niña en brazos, la niña de apenas unos meses de nacida era idéntica a su madre y abuela; de ojos y cabello azules.

La famila Brief y la familia Son estaba reunida como toda una gran familia después de la unión de la hija menor de Vegeta y el hijo menor de Goku. La felicidad en esa celebración se sentía en el aire.

No podía dejar de sonreír ante el agradecimiento de mi hijo y al tener en mis brazos a mi sobrina, el chico pelilila también me tenía abrazada.

Toda la familia sonreía ante mi pequeño Brief mientras mordía el pastel.

(...)

Los días pasaban y las cosas dentro del gran imperio Brief mejoraban.

-Un nueva junta esta a punto de comenzar, Trunks- me dirigí a mi esposo.

-Bien, amor- se levantó de su silla.

Caminó hacia mí tomándome de la mano, pero no nos dirigimos a la puerta sino a la ventana. Me sonrió divertido antes de abrirla y salir en pleno vuelo junto a mí.

¿Qué le hago? Después de todo, mi jefe es un saiya...¿saiya qué?

Se detuvo y yo sonreí cuando me besó en el cielo.

Ah, sí. Mi jefe es un saiyajin.

Fin.

Mi jefe es un Saiya...¿qué? Trunks y Tú [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora