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45| Cuenta regresiva.

Dos semanas después de la noche del karaoke comenzó la cuenta regresiva de los días para la gran boda. Sí, fue una noticia grande.

"El presidente de la Corporación Cápsula por fin se nos casa"

Esas eran las palabras que poseía el mayor número de encabezados en la sección de sociales de los periódicos y revistas de la ciudad. La importancia que le daban todas las personas era inigualable, casi tanto como la boda de la hija de Mr. Satán.

No pude evitar formar una enorme sonrisa ante la enorme caja blanca que se situaba frente a mí.

—La señorita ¿_____ Grills? — cuestionó aquel chico repartidor, mirando una tabla papelera. Asentí al instante.

Entré a mi habitación con la enorme caja, apenas la coloqué sobre mi cama la abrí. Un vestido finamente doblado hizo aparición en mis ojos, mis manos viajaron hasta él. Mi cabeza daba vueltas al igual que mi estómago de la emoción que sentía, lo colgué en mi armario en donde antes ya había hecho espacio.

Me recosté en mi cama con una amplia sonrisa en el rostro, no podía ser más feliz.

En ese momento sonó el teléfono, me giré hacia la cómoda y lo tomé, contestando. Era Trunks.

—¿Qué sucede? —cuestioné a través del dispositivo.

—¿Estas ocupada?

—No tengo mucho que hacer un domingo en la tarde.

Ante mi respuesta, sonreí.

—¿Puedo ir a tu casa? —la voz de Trunks sonaba temblorosa, la cual dio a entender que estaba sonrojado.

Claro, no pude negarme ante semejante propuesta. Supongo que se imaginarán que es lo que se viene, debo decir que Trunks es demasiado lindo y gentil para pedir ese tipo de cosas.

[ . . . ]

Al cabo de dos horas, él se encontraba en el marco de la puerta con una amplia sonrisa siendo recibido por mí.

—¿Me extrañaste? —preguntó, con timidez.

—Demasiado —lo abracé, mis brazos se situaron alrededor de su cuello a lo que él comenzó a caminar sin soltar el abrazo pegándose más a mí mientras cerraba la puerta.

—Cada día que pasa siento que te necesito más —añadió posicionando su rostro en mi cuello, solté una pequeña risa.

—No comas ansias —dije echando mi cabeza hacia atrás a lo que comenzó a besar mi cuello.

—Lo siento, no puedo esperar hasta la luna de miel —manifestó y me cargó.

Por mi parte, mordí mi labio inferior y enredé mis piernas en su cintura. Sin pensarlo, ya estábamos dentro de mi habitación; él encima de mí sobre la cama. Ambos nos mirábamos fijamente sin decir ninguna palabra (multimedia) hasta que él comenzó a cerrar sus ojos y me dio un cálido beso.

Mis manos llegaron a sus mejillas y nos fundimos aún más en ese beso. Nacieron entonces las caricias por su parte a través de mi cuerpo logrando despojar mis prendas de manera lenta y sutil, yo lo hice de la misma manera.

Entre suspiros y besos suaves sobre cada centímetro de nuestra piel nos entregamos el uno al otro con profundo amor y siempre con nuestras manos entrelazadas.

Entre suspiros y besos suaves sobre cada centímetro de nuestra piel nos entregamos el uno al otro con profundo amor y siempre con nuestras manos entrelazadas

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Mi jefe es un Saiya...¿qué? Trunks y Tú [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora