Mi jefe es un Saiya...¿qué? Trunks y Tú [EDITANDO]

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12| Un sentimiento encontrado.

Después de un duro entrenamiento, nos dirigimos a las coordenadas que dio el pequeño robot que, por cierto, no sabíamos su nombre. Debatimos un momento ese pequeño problema, llegando a la conclusión de buscarle un nombre cuando logramos ver el planeta de destino.

Aterrizamos no muy bien, Trunks aún no tenía mucha experiencia en eso.

Al principio, bajamos en una especie de montaña hasta que nos atacó un lagarto gigantesco. Logré darme cuenta de que su aspecto era solo camuflaje, rápidamente, el peli-lila tomó el mando de la situación guiando a la nave a otro punto en tierra.

Nos encontrábamos fuera de la nave. Observé detenidamente a mi alrededor.

Las plantas, los insectos y los animales, todo era enorme nunca imagine ver algo así, era muy bonito.

Al poco tiempo, Pan se había vestido de insecto, lo que más bien parecía una abeja, y tomó camino a explorar.

Me quedé con el señor Goku y Trunks para buscar la esfera del dragón la cual no tardamos mucho en encontrar. La situación se tornó un tanto inusual.

Una manzana cayó encima de la esfera del dragón, provocando que esta se clavara en la fruta y, para colmo de nuestra suerte, fue atrapada por un pájaro enorme. Finalmente, la manzana fue a parar en manos de un gigante. Sin embargo, lo peor de todo es la forma en cómo Trunks me jalaba de un lado a otro siguiendo a la esfera, estaba segura de que en cualquier momento vomitaría debido a la velocidad en que él viajaba.

Ellos disponían a seguir al gigante, yo me encontraba apoyando mis manos sobre mis rodillas.

-¡Vamos, ____! -exclamó el de cabellos oscuros-. ¡O se nos ecapará!

-¿Estás bien? -cuestionó el muchacho, mientras me sostenía un mechón de cabello para observarme.

En ese momento, un grito de Pan se escuchó a lo lejos. Levanté la vista dirigiéndola hacia atrás, en dirección de dónde provenía aquella voz. Trunks no dudó en salir corriendo a su rescate, el señor Goku corrió tras él al instante. Pasé mi mano por la frente y los seguí también.

Por un momento, creímos que la azabache se encontraba atrapada en una telaraña gigante, sin embargo, no era así y logramos salvar a una abeja reina. Al reunirse las obreras con su líder, se retiraron como si no hubiera pasado nada.

Vaya suerte, al parecer las abejas pensaban que la niña era su monarca y por eso el grito de la niña

[. . .]

Volamos por los cielos buscando al gigante para poder recuperar la esfera. Cuando lo encontramos, este estaba asando un voluminoso pescado alrededor de unos cuantos animales. Todos nos miramos entre sí, llegando a la conclusión de que era una buena persona... o gigante.