six

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" I Just wanna be part of your symphony. "

Noah

Me desperté a eso de las nueve o diez de la mañana en una casa que no era la mía. Dirigí la vista hacia mi lado derecho y pude divisar a Alex durmiendo a mi lado; y recordé que estaba en su casa.

Vi la televisión encendida, tomé el control que se encontraba en la pequeña mesa del centro y la apagué.

—Oye... Oso dormilón.—lo moví un poco.—Vamos Alex, despierta...
—Mhm... Cinco minutos más princesa...—Se dio la vuelta.
—Oh, bueno, supongo que iré a besar a mis peluches o algo.—Me levanté lentamente de su lado, cuando siento que me toma de la mano.
—Tú no vas a besar a otra cosa o persona que no sea yo.—Se levantó.—Entonces ¿Qué haremos hoy?—Dijo mientras frotaba sus ojos.
—No lo sé... Yo estoy muy...—Me sentí mareada y me empecé a tambalear.
—Wow, tranquila.—Sentí
cómo Alex me tomó entre sus brazos.—Princesa... ¿Estás bien?
—Si... Sólo estoy un poco mareada...—De repente pensé en algo—¡Espera!—Exclamé alarmada—¿Qué día es hoy?
—Em... 18 de marzo, ¿Por? ¿Pasa algo?—Preguntó Alex preocupado.
—Si...—Dije algo apenada.
—¿Y qué es? Si puedo saber.—Enarcó una ceja mientras ponía una expresión seria.
—Hoy... Me viene el... Período.—Dije apenada en un susurro.
—¿El Qué?—Preguntó Alex de manera severa.
—El período...—Desvié la mirada un poco incómoda mientras un leve tono carmesí adornaba mis regordetas mejillas.
—Oww...—No dijo más nada y me abrazó mientras me acariciaba el cabello.—Tranquila princesita, yo te voy a cuidar.
—Emm.. Alex... Tengo que subir al baño...—Dije tartamudeando.
—Oh, verdad.—Me soltó  y yo subí corriendo por las escaleras.

Después de 10 minutos bajé a la cocina y Alex estaba allí, se veía gracioso cantando mientras cocinaba panqueques, y tenía la cara llena de mezcla. Parecía un niño pequeño.

—Alex...—Me ignoró.—Alex....—Lo hizo de nuevo.—¡DADDY!—Se sobresaltó, causando que uno de los panqueques que iba a voltear quedará estampado en el techo.

—¿Qué ocurre pumpkin?
—Emm... Tienes la cara llena de mezcla para panqueques...—Reí un poco.
—Oh...—Tomó una servilleta y se limpió.—Princesa, puedes tomar lo que quieres de la nevera; hay mermelada, chocolate y frutas.—Dijo sonriendo mientras distribuía los panqueques entre dos platos.

Fui hasta el refrigerador y saqué el chocolate y unas fresas.

Pasaron 30 minutos y Alex se encontraba lavando los platos mientras yo estaba sentada en la encimera de la cocina sufriendo con los dolores menstruales.

—Princesita ¿Quieres ir hoy al zoológico? Tengo que recoger una pequeña sorpresa para ti.

Me entusiasmé cuando escuché la palabra "sorpresa"
Desde muy pequeña me han gustado mucho las sorpresas, son divertidas si no incluyen niños pequeños en ellas. Sonreí muy emocionada.

—¡Claro! Dejame subir y alistarme. Bajo en 45 minutos.

Subí rápidamente, busqué entre las cosas que tenía en casa de Alex y encontré una falda verde pastel y una camisa blanca. Después de tomar un baño, me vestí. Me puse mis converse verdes, me peiné un poco y me coloqué algo de maquillaje.—Listo.—Sonreí mientras me sentaba en el sofá.
—Yo solo tomaré un baño, y me pondré otra camisa y zapatos.—Se perdió en las escaleras mientras yo me quedaba sola en la sala.

Después de 20 minutos, Alex bajó por las escaleras.
—¿Nos vamos?—Preguntó sonriente.

No dije nada y fui hacia donde estaba él. Salimos de la casa para entrar en su auto. En el camino yo iba distraída viendo por la ventana; después de un rato pude notar que estábamos en un parque/zoológico. Alex estacionó el auto, y luego empezamos a caminar por el parque. De un momento a otro, sentí cómo Alex me cubría los ojos con una pañoleta.—No abras los ojos.—Dijo en un tono gracioso.

Tomó mis manos y las puso juntas en forma de taza, luego sentí cómo ponía un trozo de tela sobre estas, y a su vez, sentí un leve peso en mis manos.

Creo que sé lo que es.—Puedes abrir tus hermosos ojitos.—Dijo Alex con voz tierna mientras levantaba la pañoleta.

Abrí los ojos, encontrándome con un pequeño erizo, el cual estaba muy cómodo acurrucado entre mis manos.

—¡Que bonito!—Exclamé con ojos brillantes.
—Lo mejor de todo, es que es tuyo. ¿Por qué crees que he estado algo raro?—Mencionó Alex riendo.
—Oh, eso explica muchas cosas.—Dije riendo.
—Bueno, ya vámonos.
—Espera, ¿No pagarás por él?
—Ya está pagado princesita.—Río un poco.
—Oh... Vale.—Sonreí incómoda.

Salimos del parque y buscamos su auto, Alex me abrió la puerta del copiloto puesto que yo no podía a causa del pequeño animalito que tenía entre mis manos. Ahora que lo pienso debo ponerle un nombre. Le pondré Púa.

Llegamos a la casa y Alex arregló las cosas de Púa.

En la sala había un pequeño espacio donde podíamos poner sus cosas, por lo tanto pusimos todo allí, al lado de la caja de cristal pusimos su comida, luego echamos el aserrín dentro de la caja y lo metimos allí, primero se quedó tranquilo, y de un momento a otro empezó a moverse por la caja.

Subí rápidamente al baño mientras Alex pedía una pizza, bajé con una camisa de Alex y unas medias.

Me senté al lado de Alex, quien estaba eligiendo una película en Netflix. Al final se decidió por Coco. Tocaron el timbre y Alex fue a buscar la pizza. Cuando regresó tenía una expresión seria en su rostro.

—¿Qué pasó?
—Preguntó por ti.—respondió cortante.
—¿Quién?—Mencioné curiosa.
—El repartidor.—Puso la pizza en la mesa del centro y se sentó en el sofá.—Pero le dije que te sentías mal, y que pasarías el día con tu novio. O sea, yo.—Dijo mientras me abrazaba.

Reí un poco a causa de sus celos y me dediqué a ver la película junto a mi Daddy.




















Boeee, alto tóxico XDD alguien dígale que se tome un té

I'm only of Daddy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora