" Come, take my hand, and run though playland. "
Noah
Me desperté al sentir la luz del sol en mi cara y, mientras abría los ojos con algo de dificultad, me percaté de unos brazos que me rodeaban; pensé un poco y recordé todo lo que había pasado ayer en la noche. Alex estaba a mi lado, se veía tan vulnerable mientras dormía...
Me levanté con algo de dificultad y me dirigí hacia el baño, quería tomar una ducha, me sentía bastante pesada. Cuando salí, Alex ya no estaba, asumí que había ido a la cocina o algo, no le presté atención. Me vestí y bajé las escaleras, Alex estaba haciendo panqueques y se veía bastante concentrado en su labor; me paré en el marco de la entrada a la cocina y lo miré fijamente, no se percató de que yo estaba ahí sino hasta después de unos dos minutos.
—¡Joder! Me asustaste Noah, no vuelvas a hacer eso.—Dijo mientras ponía una mano en su pecho de forma dramática.
—Hmm... ¿Por qué?—Pregunté de forma inocente, me gusta tentarlo de vez en cuando.
—Me asustaste mucho, pequeña. Y a tu Daddy no se le hace eso... ¿Lo sabías?—Apagó la cocina y dejó de lado lo que estaba haciendo.—Ven aquí, te mereces un pequeño escarmiento por ello.Me tomó del brazo y me hizo seguirlo hasta la sala de estar, una vez en esta, se sentó en el sofá.—Baja tus bragas.
—Uhm ¿Por qué Daddy?—Me hice la desentendida, esto suele ser divertido, además... No le hace daño a nadie jugar un poco de vez en cuando.
—Pff... Yo lo haré.—Se acercó un poco a mí y bajó mis bragas lentamente, ladeé un poco mi cabeza mientras lo veía atentamente.—Listo, ahora ven aquí, pon tu pancita en mis piernas con tu hermoso culo a mi merced.Hice exactamente lo que él me pidió; y se me ocurrió preguntar de la forma más inocente posible lo siguiente:
—Daddy ¿Qué se supone que harás? No entiendo este juego...—Bufé un poco molesta de manera fingida. Sentí como pasó una de sus frías manos por mi trasero, para luego dar un azote, se me escapó un jadeo porque me lo esperaba, pero no con tanta intensidad.
—Cuenta.—Dijo serio.Con la respiración algo entrecortada pude contar.—Uno...
Estaba debilitada, sentía que ardía bastante. ¿De dónde saca tanta fuerza este tipo?
—Espera, se me ocurrió una cosa, levántate un momento y espérame aquí.
Me levanté con las piernas temblorosas y me senté con las piernas cruzadas en el sofá, esperando a que él regresara. Cuando lo hice, pude ver que en sus manos tenía las mismas cuerdas que había utilizado ayer, junto con una corbata. —Ponte de espaldas y junta las muñecas.
Una vez lo hice, procedió a atarme.—¿Está bien así? ¿O te aprieta mucho?
—Uhm... No. Está bien así.—Sonreí un poco.
—Ahora ven aquí.—Me ató el cabello con una liga que estaba en la mesita de la sala de estar, y luego me cubrió los ojos con la corbata.—Pumpkin, ponte de nuevo de perrito sobre mi regazo y deja tu hermoso culo a mi disposición.—Seguí sus ordenes y escuché como me pedía de nuevo que contara cada azote; finalmente llegó a diez. Mientras pasaba su mano delicadamente para aliviar un poco el ardor, paró en seco en mis partes de princesa, las cuales, se encontraban ya muy húmedas debido al asunto de los azotes.—Mírate, pequeña niña inocente, estás tan húmeda por unos simples azotes en tu precioso culo.—Pronunció con sorna.—Eres tan tierna, quién diría que eres una pequeña pervertida.—Hablaba mientras introducía uno de sus dedos dentro de mí lentamente. Se me escapó un pequeño gemido, y lo movió un poco—Disculpa ¿Qué dijiste?
—No dije... nada...—Me interrumpió a media oración mientras introdujo el segundo, una vez hecho esto, comenzó a moverlos un poco. Incrementaba cada vez más su velocidad, y yo solo podía limitarme a gemir, total estaba atada...
—Joder, ya no aguanto.—Dejó de tocarme y me levantó, sentí como me ponía contra el apoya brazos del sofá, de un instante a otro, sentí como me penetraba delicadamente para no hacerme daño.—Vaya que estás muy mojada, ternura. Mírate a mi merced, tan húmeda ¿Esto es por mí cariño?—Logré balbucear un "Sí", pero al parecer no me escuchó.—Te pregunté algo, Noah.—Sentí un azote.
—Sí Daddy...—Mi voz se escuchaba temblorosa, sólo quería que me follara sin piedad alguna.—Por favor... ¿Puedes hacerlo ya?
—Hmm... Hacer ¿Qué? Mi dulce niña.
—Follame sin piedad alguna.—Y por centésima vez me hizo suplicarle.
—A sus ordenes, princesa.Lávense las manitos y no salgan a la calle, mantengan la distancia social y pórtense bien
All the love. N.
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I'm only of Daddy.
RomanceCuando menos te lo esperas la persona que consideras el amor de tu vida puede decepcionarte en cuestión de segundos; pero no todo es tan malo ¿cierto? Puedes ganar nuevas experiencias gracias a esto... Aunque, el pasado nunca queda del todo atrás.