I'm only of Daddy.

douze

" I just wanna get back to us cause we used to have more. "

Noah

Ian se fue hace unos diez minutos, la verdad me siento un poco más calmada. Sinceramente ya no sé qué pensar de Alex, sus palabras en ese momento fueron como cuchillos.
Me dirigí a la cocina a buscar un poco de agua y algo que comer, en la nevera encontré nuggets y papas, opté por algo sencillo. Una vez terminada mi cena sólo añadí salsa de tomate y me fui a la sala; allí encendí la TV y empecé a ver películas, casualmente estaban pasando "Animales fantásticos" así que me dispuse a dejar ese canal.

Habían pasado aproximadamente 45 minutos, ya había terminado de cenar; en eso escucho el sonido del timbre. Me acerqué a la puerta y observe la mirilla, encontrándome con un Alex despeinado y con los ojos un poco rojos. En este momento sólo tengo dos preguntas en la cabeza; ¿Por qué se ve así? Y ¿Qué hace aquí?

—¿Qué necesitas?—Dije de manera calmada.
—¿Podrías abrirme? Creo que te debo una disculpa...—Se escuchaba vacío, como si estuviese roto por dentro... Maldición.
Me fijé en mi reloj de pared, el cual marcaba las 11:54 de la noche. Opté por abrir la puerta, porque a pesar de sentirme enojada con él me preocupaba el hecho de que anduviera por la calle a esta hora y sólo.

Ahí estábamos, de pie en la entrada de mi casa, viéndonos sin decir ni una palabra; Alex dio un paso y de un momento a otro lo tenía abrazándome, oliendo mi cabello.

—Perdóname... Por favor perdóname por decirte esas palabras, lamento haberte lastimado mi pequeña princesa. Soy un pésimo Daddy.—En cada palabra se quebraba más su voz... Dios, nunca en mi vida me había sentido tan conmovida.

Yo por mi lado me encontraba en un estado de shock, pero cuando entré en razón correspondí su abrazo y le acaricié el cabello. —Hey, cálmate por favor; no eres un mal Daddy, te encontrabas estresado y es comprensible; sólo debes pensar las palabras antes de soltarlas ¿si?—Mencioné con un tono calmado.

Se separó un poco de mi y me vio a los ojos. Pude notar como sus pupilas se dilataron un poco y sus ojos se tornaban en un marrón mas intenso. Diablos, sé exactamente lo que eso significa. De un momento a otro Alex me besó, pude notar como una de sus manos trataba de entrar bajo mi camiseta, cuando por fin logró su cometido empezó a jugar con uno se mis senos.—Alex, estamos en la puerta... ¿Te importaría?—Mi voz sonaba desesperada pero al mismo tiempo preocupada.

Alex me cargó colocando mis piernas en sus caderas, se encaminó al sofá, yo sólo escuché como cerraba la puerta a sus espaldas, estaba muy concentrada en sus labios como para prestarle atención a algo más. Me recostó sobre el sofá y se puso arriba de mi, paró de besarme y se quedó observándome. Tenía los ojos brillosos.—¿Por qué eres tan preciosa?—Dijo como si de una obra de arte maestra se tratara.

—Emm... No lo sé.—Reí un poco ante su comentario.

Dio por alto mi respuesta y volvió a besarme, mientras lo hacía intentaba quitarme la camisa color durazno que tenía puesta. Cuando lo logró dejó de besarme y empezó a besar mi cuello, pude sentir como dejaba pequeñas marcas en este. Finalmente llegó hasta mis senos, no sé en qué momento me quitó el sostén, pero lo hizo. Tomo uno con su mano y el otro lo llevó a su boca.

Yo por mi parte no sabía si dejarme llevar o ponerle un alto debido a que aún me encontraba mal por sus palabras. Preferí dejarme llevar. Paró de jugar con mis senos y fue bajando hasta mis partes de princesa, dejando un camino de besos por todo mi abdomen; cuando llegó bajo mi short color caoba y lo lanzó a alguna parte de la habitación, pasó su lengua por encima de la tela de las bragas, haciendo que me desesperara aún más.—¿Te importaría?—Dije con el semblante serio.
—Parece que la pequeña gatita está desesperada.—Me miró mientras en su rostro aparecía una sonrisa pervertida.
—Es injusto que hagas e...—Paré en seco mientras sentía como movía sus dedos contra mi punto débil.
—¿Que pasó gatita? ¿Los ratoncitos te comieron la lengua?—No los movió para nada, sabía que estaba esperando que hablara para hacerlo.
—No.—Los empezó a mover más rápido.—Es... Que tú me... Haces hablar mientras... Me tocas...—Oh no, pensé.
—Muy bien, aparentemente quieres más, así que si me permites.—Apartó sus dedos y pasó su lengua de abajo hacia arriba.

Estoy perdiendo la paciencia.

Mucho sexo nananana