Cap.1 Encuentro no planeado

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Meliodas Vampiro AHHHHHHH!!!!!!! yo que ya me moría con la forma demonio 😱😱😍😍😍😵😵

Autora del futuro: sigo igual de enculada 😎

Elizabeth junto con su compañera Diane revisaban a los últimos pacientes del turno, últimamente los heridos y muertos habían estado aumentando en el hospital Horizon. Más ataques de vampiros, más cadáveres de vampiros entrando y saliendo de allí, más gente convertida en vampiro, todo un caos. Elizabeth cansada miró el reloj de su teléfono y suspiró de alivio al ver que su turno ya había terminado...

-Bueno, tengo que irme Diane -la mencionado le dirigió la mirada preocupada, algo que a Elizabeth no le sorprendió, su amiga a veces podía un poco paranoica. Y tenía sus razones.

- No creo que sea buena idea Ellie, ya sabes que los ataques han estado aumentando.... Y tú eres... Ya sabes, una presa que resalta de cierto modo -y Diane tenía razón, Elizabeth tenía un cabello plateado largo hasta la cintura que se veía como si brillara de lo suave que es, sus ojos son de un azul cielo penetrante y su piel era blanca y suave pareciendo porcelana, y ni siquiera usaba maquillaje....ella era toda una belleza... básicamente era la presa ideal para un vampiro.

- Oh por favor Diane, sé cuidarme sola -dijo Elizabeth, yendo a su casillero y poniéndose su ropa normal, al terminar saco su arma de plata y la entró en el bolsillo de su pantalón- al parecer no te acuerdas que sé cada forma de derrotar a un vampiro.

- Sí, pero nunca se sabe -con un suspiro tosco la muchacha salio del área de urgencias en hacia su residencia, mientras su amiga desde lejos le gritaba que se cuidara, el cielo estaba nublado, cubierto por las nubes de tormenta que advertían del posible chubasco, cubierto en casi toda su totalidad, excepto por una muy pequeña abertura, la cual dejaba que la luna iluminara la oscurecida ciudad, Elizabeth unió un poco el entrecejo, en serio ese era un fenómeno extraño, todo el cielo cubierto por nubes excepto la luna, era como si la luna quisiera que pusieras tu atención sólo en ella, como si quisiera tomar la palabra entre los astros celestiales para avisarte de algo.

Un mal augurio.

- 10:47 PM...-Elizabeth comenzó a caminar más rápido, aún faltaban dos cuadras que de hecho eran cuadras muy grandes, parecería temprano pero con una ciudad plagada de vampiros asesinos, sería un suicidio quedarse fuera en una noche tan solitaria.

Elizabeth cortó su camino entrando por un callejón, la oscuridad del mismo la envolvió, haciendo que la chica se sintiera cada vez más insegura, fijó su mirada en el final del callejón, si lo hacía así tal vez podría salir más rápido, una camioneta seguida de varias patrullas del ejército pasaron con velocidad frente al callejón, ella frunció el ceño, por precaución sacó el arma de plata de su bolsillo y le quitó el seguro.

De pronto se escucharon varios disparos, la muchacha entró en alerta, era normal que los militares atacaran a vampiros fugitivos pero no había visto a ninguno, una sombra entró en el callejón, las balas llovieron y una le rozó el brazo a Elizabeth, obligándole a agacharse. Los disparos siguieron durante varios segundos hasta que se escucho un grito de dolor y el sonido de un cuerpo cayendo a el suelo, todo fue silencio durante unos segundos, a pesar de sus incesantes deseos de salir corriendo se mantuvo quieta en el suelo, lo que sea que los militares hayan abatido de seguro no era pacífico y ella no planeaba meterse en esos tipos de problemas, no ahora, desde el fondo del callejón se escuchó una voz decir...

- Señor, si, el objetivo ha sido eliminado -y luego se oyeron pasos apresurados desaparecer en la lejanía del sonido, Elizabeth se puso de pie, en el fondo dificultosamente se podía ver a esa sombra tirada en el suelo, quieta pero respirando, la chica podía ver como el pecho del desconocido subía y bajaba frenéticamente, estaba muriendo, ella lo sabía y debía hacer algo. Con arma en mano se acercó lentamente, mientras lo hacía miró al suelo y vio varios casquillos, los cuales chocaban con zapatos deportivos y les dejaban pequeñas marcas, todavía estaban calientes. Por la curiosidad, ignoró al herido durante unos segundos y comenzó a examinar la escena, en las paredes estaban las marcas de roce las balas de calibre 50. ¿Para que utilizar un calibre tan alto sólo para matar una persona?

A menos que no fuera una persona.

Sus ojos se abrieron tanto como pudieron, cuando vio el material del casquillo que había recogido. Le quemaba, pero la adrenalina que sentía por la impresión le impedía sentir algún ardor.

- Balas de plata -dijo, las bala de plata como las que tenia su arma eran utilizadas para debilitar solo a una especie- Vampiros.

Apuntó el arma hacia la sombra o más bien el cuerpo, está vez fue mas rápida al acercarse, al llegar se dio cuenta de que efectivamente era un vampiro, los vampiros se distinguían por tener ojos púrpura casi negros y una distintiva marca que podría variar de forma y lugar, al agacharse para mirarlo.... se quedó estupefacta.

Su cabello rubio alborotado se extendía en todas direcciones, sus ojos cerrados, sus facciones..... en resumen era el chico más guapo que ella haya visto en toda su inexperta vida amorosa, aun debido a su baja estatura, en primer lugar creyó que era un niño, pero el porte y la mirada que tenía, decía que ese vampiro había dejado de ser un niño hace mucho tiempo, lo examinó buscando la herida y vio la enorme mancha de sangre en su camisa, iba a tocarla cuando una mano firme le agarró la muñeca. Ella asustada lo miró, sus ojos estaban entreabiertos, expresando en su oscuros color el inmenso dolor y agonía que sentía, a Elizabeth se le arrugó el corazón, lo último que él dijo la sorprendió al punto de quedar paralizada, en un débil suspiro le susurró.

- Corra... -y se desmayó, Elizabeth se quedó atontada durante unos segundos pero reaccionó luego, examinó la herida, por como se veía ella supo que le habían disparado por detrás, miró alrededor buscando entre ellos algo que sirva como torniquete, hasta llegar a su propio abrigo. Sin pensar se lo quitó y le arrancó las mangas, las amarró e hizo el torniquete alrededor de la cintura de aquel vampiro, dudó durante unos segundos si debía apretarlo o no, si esos militares seguían cerca, sería su ruina, pero sabía que si lo no lo hacía, que si no lo apretaba el vampiro perdería mucha sangre y bajo los efectos de la plata el muchacho frente a ella era sólo un mortal, estaría condenado a morir en ese callejón si Elizabeth era una cobarde, al apretarlo este echó un grito de pura agonía, Elizabeth se sintió mal pero sabía que debía seguir, apretó un poco más hasta que el sangrado paró.

De lo que Elizabeth no se dio cuenta es que aquel vampiro aún estaba algo consciente, viendo como ella miraba alrededor, examinando si nadie estaba transitando por las calles

- Tranquilo... tranquilo, yo lo ayudaré -vio como esta se quitó un misterioso collar y lo puso en su cuello, luego sintió una extraña sensación de paz.... que poco a poco lo llevó a la oscuridad.

- Yo lo salvaré....

Elizabeth Liones

Lo apoyé en mi hombro y comencé a caminar, lo hice los más rápido posible, sabía que si lo dejaba ahí lo matarían y yo no podría perdonarme por eso. Pero también tuve que hacerlo con cuidado, cada movimiento brusco que hacía lo lastimaba, y como gritaba lo hacía y mucho...

Llegamos a mi apartamento una larga media hora después, abrí la puerta y lo llevé a una de las dos habitaciones que tiene mi casa. Lo puse sobre mi cama, busqué el botiquín y mis utensilios de operación, jamás creí que tendría que usarlos en un vampiro y mucho menos en mi propia casa pero eso ya no importaba ahora.

Primero saco su camisa, como le habían dado por detrás la bala había pasado en limpio, es decir lo atravesó, así que por suerte solo tendría que preocuparme por limpiar y cerrar las heridas.... troné mis dedos y empecé....

******

Varios minutos más tarde ya había terminado y en ese momento envolvía sus heridas con vendas, cuando terminé con mucho cuidado quité la sabana manchada de sangre de la cama y busqué una colcha para taparlo, al hacerlo le miré y recordé que el es un vampiro que tal vez intente asesinarme, lamentablemente. Así que con un suspiro, fui a mi armario y saqué un pañuelo.... le miré como dormía plácidamente en la cama, respirando con el entrecejo algo fruncido pero aún así con calma, no pude evitar sentirme culpable, estaba desconfiando de alguien que aún muriendo había intentado sacarme del peligro, susurré.....

- Lo siento....

CONTINUARÁ

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Aqua del futuro aquí, estoy editando los viejos capítulos para refrescar mi memoria. Esta vez en serio, todas las noches me verán aquí haciendo cambios.

Bye.

Esclavo peligroso MELIZABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora