Cap.20 ¿Me perdonarías?

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*N O R M A L P OV*

Meliodas con algo de brusquedad guio Elizabeth a su habitación, encerrándose ambos en ella, el vampiro parecía no estar al tanto de lo que pasó antes, pero Elizabeth pudo sentir sus ganas de explicaciones cuando le miró con una mirada inquisitiva. Él lo sabía, sabía que algo no andaba bien. Soltó más lágrimas, dejando que el chico la guiase hasta la cama, haciendo que ella tomara asiento en el borde de la susodicha.

— ¿Por qué lloras? ¿Qué pasó? —el chico de inmediato inquirió, queriendo tener las respuestas en su mano lo más rápido posible, Elizabeth secó sus lágrimas con rabia, mientras soltaba un bufido, bastante molesta.

— Lloro de rabia... Es todo. —Meliodas no pareció muy convencido por su respuesta, pero podía ver con sus propios ojos que ella tenía razón, se le veía impotente, furibunda, con cólera. Meliodas miró a otro lado, nervioso y desesperado, la chica parecía no querer dar respuestas, pero él no se rendiría tan fácil.

— ¿Por qué lloras de rabia? Dime. —dijo un poco más desesperado, justo acababa de despertar de una pequeña siesta, por lo que estaba confundido, pues Meliodas sentía que se había perdido de mucho. Elizabeth quedó callada unos segundos, haciendo que el pobre y confundido vampiro perdiera la paciencia— ¡Maldita sea Elizabeth!

— ¡Lloro porque soy fácil! ¿ok? Lloro porque todos siempre intentan aprovecharse de mis sentimientos, de mi amabilidad ¡De mis putos errores! —le gritó, haciendo que el chico no tan sólo quedara sorprendido, sino también más confundido de lo que estaba antes.

— ¿Yo me he aprovechado de ti? —preguntó aún en confusión, haciendo que la chica le mirara.

— ¡No! Claro que no.

— Entonces ¿Quién se aprovechó de ti Elizabeth? —esa pregunta hizo que Elizabeth dudara de su respuesta, pues sabía cuál sería su reacción y no sería bueno que el chico hiciera eso. El chico buscó opciones posibles en su cabeza—. ¿Fue Howzer?

—No.

— ¿Ban?

—¿Qué? ¡No!

— ¿Gilthunder? —la chica le miró, su expresión lo decía todo, había dado en el clavo. Meliodas en ese momento entendió todo, pues cuando se encontró con Elizabeth pudo ver a Gilthunder con una cara molesta al final del pasillo, recogiendo pedazos de lo que parecía que era una taza. Quiso explotar, salir de la habitación y voltear al idiota de su cuñado como si fuese un calcetín—. ¿Qué fue lo que hizo? ¡Dime!

Demandó haciendo que la chica mirara hacia otro lado, miedosa de decir cosas que no debería en ese momento. Ella volvió a mirarlo, queriendo convencerle de que no siguiera ahondando en el tema, pero cuando sus ojos se encontraron Meliodas sintió que podía ver a través de ella.

Y no sólo lo sintió, fue así.

Como una oleada cientos de recuerdos vinieron a su mente, no eran suyos, sino de ella, Meliodas en ese momento literalmente estaba viendo parte de la vida de Elizabeth. Retrocedió, bastante confundido, queriendo encontrarle sentido a lo acaba de ver. Pero no tenía tiempo para eso ahora, pues en ese momento pudo ver en su mente lo que pasó hace apenas unos minutos.

Gilthunder, encima de Elizabeth, intentando besarla en contra de su voluntad, pidiendo algo más que un simple roce romántico. Él le miró, dándose cuenta de que la chica también estaba en las mismas que él, por lo que él dedujo que a ella le había pasado lo mismo, pero a la inversa.

— ¿Qué fue lo que...?

— Eso no importa ahora, entonces ¿me estás queriendo decir que Gilthunder intentó aprovecharse sexualmente de ti? ¡¿Dos veces?! —bombardeó, haciendo que la chica le dedicara una mirada sorprendida. Meliodas soltó una risa amarga, intentando calmarse—. Es cierto, ¿no?

Esclavo peligroso MELIZABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora