Cambiándolo todo [PAUSADA]

19.-

Leo jamás había escuchado ese anuncio de parte del invisible conductor del autobús. Bueno, en realidad sólo había escuchado los anuncios de: 'Les damos bienvenida al autobús del campamento de los niños más especiales del mundo. Tomen un lugar y no se levanten cuando el transporte esté en movimiento.', y 'Hemos llegado al destino. De favor, salgan en orden y dejen limpios sus asientos. Sigan indicaciones de sus guías en todo momento. Que tengan lindo día y que hayan disfrutado su viaje hacia el Campamento Mestizo.' Una cosa era entrar al Campamento Mestizo y otra muy diferente era salir de él. Desde que había ingresado a él, ni un pie había podido sacar, más que nada por culpa de Beckendorf.

— ¿A dónde vamos a ir? —preguntó el chico, y para qué negarlo, le emocionaba irse, aunque también estaba algo asustado. Ahí afuera podrían encontrarse con cualquier cosa.

—Buena pregunta, Leo, ¿Anne? ¿Qué haremos?

Anne, sentada del lado de la ventana se volteó por fin a verlos. La muchacha había guardado silencio, con los brazos cruzados se quedó viendo el paisaje avanzar con rapidez a través de la ventana. La tarde anterior, antes de que ella fuese a buscar a Leo a la cabaña 6, había quedado de acuerdo con su madre a dónde los tenía que llevar para iniciar. Era obvio que sabía, y que se había guardado la información porque no era tan importante, según ella, compartírselas a sus compañeros de viaje.

—A donde vi por última vez a Thalia.

—Espera, ¿la hija de...?

—Claro que la descendiente del dios del inframundo. No hay otra Thalia Grace, aún viva, que sea semidiosa... —<<y a la que haya perdido en medio de la misión>> pensó Anne, mordiéndose la lengua en ese instante.

—Ya, vale —Leo se hundió en su asiento ante la intensidad de Anne.

—Lo siento —se disculpó ella notando su vehemencia instintiva salir de ella y exaltar al chico—. Es sólo que he de tener éxito en esto.

<< ¿Sólo tú? >>pensó Pipes, dejando la pregunta en su interior. Apenas llevaban viajando un par de minutos y Anne ya estaba tensa, ¡vaya manera de iniciar! Muy dulce.

—Vamos a tener éxito, Anne. En serio. Ahora que somos tus aliados en armas, dinos todo, saber detalles podría acabar siendo de gran ayuda.

—O podría hacer que nos maten a todos.

Leo puso cara de espanto al escuchar esas noticias. Oh, no. ¿Acaso iban a morir?

—Ay, Anne, no estamos involucrándonos con la mafia.

Pipes miró algo seria a Anne. Las chicas tendrían que tener algo de cuidado con lo que decían si no querían asustar al chico que las acompañaba.

—Puedes explicarnos algunas cosas. Como, por ejemplo, ¿por qué apareció repentinamente esta misión en nuestro calendario?

Por supuesto que Pipes sabía ya la mayoría de la historia, pero Leo no estaba enterado de absolutamente nada. Y Anne era la mejor fuente para explicaciones.

—Llámalo como quieras. Suerte, destino, o un accidente en una colina. Pero el punto es que al final tuve que volver a que la... —Anne movió los hombros circularmente, intentando disimular el escalofrío—, la chica con su cabaña en mitad del bosque me dijese que debía de salir de nuevo. Y ustedes son mi mejor opción.

<<Mentirosa>> pensó Pipes, recargándose en el respaldo del asiento de adelante que estaban ocupando sus compañeros. La hoja de Afrodita sabía que Anne mentía, siempre sabía cuando mentía, no obstante era diferente en aquella ocasión porque al único que le estaba mintiendo era a Leo.