Vamos a hacernos daño esta noche con un poco de alcohol encima y aquellas pastillas robadas del baño de un desconocido. Este dolor es real y a cada minuto parece desaparecer.
Somos jóvenes y queremos hacernos daño esta noche, mientras buscamos el camino a casa.
Es una luz que resplandece en medio de la tormenta, una dosis eufórica demasiado potente que nos hace olvidar que algún día vamos a morir.
Tan infinitos entre brazos desconocidos y sustancias nuevas. Resuenan ecos del pasado entre nuestras caricias. Ciegos de placer estamos vendiendo nuestras almas. Los efectos comienzan a surgir dentro de estos pobres cuerpos deteriorados. Ojalá el sol no se levante más y la fiesta infernal nos consuma hasta la saciedad.
Queremos volar lejos del dolor, empujando cada vez más fuerte, hay algo nos está tirando hacia abajo. Tal vez fueron esos tragos de más o aquella conciencia prematura que aún prevalece.
¿Deberíamos estar acá? Entre tantos gritos se escucha "esto es la realidad, todo lo demás es un sueño." Pero tal vez la fantasía de polvo y pastillas también es realidad. Sobre todo para aquellos niños perdidos esta noche decidieron hacerte daño, una vez más.
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En pedazos
PoetryAlguna vez amé a alguien, y en el dolor de su pérdida desaparecí yo también. Algunas veces, también le escribo, otras ya no es para el que fue. Resurjo en cada estrofa, con la misma intensidad del día en el que me rompió. Y de esta pasión arruinada...