Polvo. Recuerdos olvidados, lamentos por las cosas no dichas, ni hechas ni escritas en la historia. Aang sabía que era eso y donde estaba. Su hogar de toda la vida, que recordaba ante el olor de la humedad de la lluvia, los frutos y los pastelillos. Ahora su mas reciente recuerdo lo atormentaba.
Podía verse a si mismo, una y otra vez en Estado Avatar. Podía ver los rostros llenos de sorpresa y miedo, miedo puro en rostros blanquecinos. De Sokka, Katara, de tantos hombres y mujeres y también.. Zuko.
Zuko.
Ese príncipe engreído plago sus pesadillas. ¿O eran visiones..? ¿O tal vez estaba despierto?... No, no, su mente apuntaba totalmente a que era una pesadilla.
El olor del humo y la sangre inundo su nariz y la entumeció, le hizo querer toser, todo era demasiado real para él. Miro su alrededor, un bosque. No recordaba haber estado allí antes, definitivamente era un nuevo lugar. Podía escuchar pasos apresurados, una respiración agitada, y cuando volvió a mirar su alrededor se descubrió a si mismo corriendo.. ¿De algo? Alguien, definitivamente. Podía ver su rostro distorsionado por el terror y la desesperación, era luna nueva y el bosque se volvía cada vez mas oscuro. Entonces algo mas lo golpeo como una pedrada, otro olor. El olor a flores hierbales, leña quemada y ceniza, y el sonido tranquilo y espeluznante de las garras cortando la madera junto con el sonido leve de alguien olfateando.
Se quedo totalmente paralizado al escuchar su propio chillido agudo y un gruñido oscuro y bajo. Aunque no podía ver sabía que estaba intentando correr, huir de la persona que lo perseguía. Tenia miedo y eso era normal, seguía siendo un niño pequeño y asustado de su propio Destino.
Un niño inútil y temeroso. La Oscuridad susurró.
—¿Como puedes considerarte un buen Avatar? Eres tan cobarde, y cometeras tantos errores que al final, me pertenecerás junto con ese Príncipe.
Y entonces..
Inspiró con fuerza, levantándose de golpe, inmediatamente toco su cuello. Nada, no había nada, y nada estaba susurrando al lado de su oído. Nada había sido real. Con eso en mente se levanto de la hamaca en la que estaba. Si, allí se había acostado, estaba en un barco de la Tribu Agua del Sur que se dirigía a la Tribu Agua del Norte, eso era todo, no estaba en ningún bosque y nada lo perseguía. Y la Oscuridad no susurraba a los pobres desdichados.
Suspiró suavemente y decidió tomar aire. Con lo que no contaba era que una figura encapuchada estuviera en la cubierta, observando el cielo oscuro iluminado por la Luna. Zuko no se volteo a verlo y Aang tampoco espera que lo haga, así que camina con lentitud hasta estar a su lado, manteniendo una distancia considerable.
Ninguno de los dos habla. No saben que decir y sinceramente, las cosas son incomodas y tensas, quiero decir, ¿como no lo serían? Zuko estuvo intento capturar a Aang por el tiempo sufiente para que la desconfianza, el temor y el coraje se plantaran entre ellos. Y aun con esos pensamientos, no pueden imaginar que al otro le suceda algo, es.. Un pensamiento difícil, ¡como todo! ¡Todo se ha vuelto difícil! ¡Desesperante y.. Y..!
Y.. Una verdadera mierda. Pero aun pueden soportarlo, deben soportarlo.
Zuko no ofrece palabras de consuelo, porque estarán huecas, él nunca ha sido bueno con las palabras, y lo sabe, razón por la que no dice nada. Aang habla demasiado y puede perder fácilmente el hilo de lo que estaba diciendo o se enreda con las palabras fácilmente. Son desesperadamente diferentes que hasta es extraño saber que.. Que pueden entenderse muy bien, tal vez solo sea por el vínculo espiritual que ahora comparten pero.. Sigue siendo extraño y muy reconfortante. Después de todo, Zuko ahora conoce cada pensamiento de Aang, e incluso sabe de lo que paso en una vida de hace mas de 100 años, era una vida simple y buena desde el punto de vista del príncipe. Era esperanzadora y brillante. Solo lo era. Ahora solo es polvo al igual que la gente de conformaba la vida de Aang. Sabe todo lo que perdió. Al igual que Aang sabe todo lo que Zuko perdió, y desea recuperar.
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Inferno (Zᴜᴋᴀᴀɴɢ)
RandomLa Guerra se sigue desarrollando, mientras que él príncipe Zuko de la Nación del Fuego continua en su persecución del Avatar, pero esta misma se vera interrumpida por la extraña "bendición" del linaje del príncipe. Sus días de agonía y dolor empie...