【Un Trío Peligroso】

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La bandera de la Nación del Fuego ondeo en el viento y los rascacielos de humo se elevaron perezosamente por los aires. 

El príncipe Zuko observo como su tío fruncía el ceño y su mirada volvía a mostrar por un momento años oscuros y victoriosos que ahora lamentaba, sabía que aquello le afectaría pero también sintió por un pequeño hilo la conmoción y la preocupación de Aang. De repente un nombre llego entre todo el revoltijo de emociones y pensamientos que empezaron a correr a toda velocidad. Bumi.

—Sabía que la guerra seguía avanzando pero.. Omashu me parecía.. Intocable.

Aang menciono mientras veía la ciudad que alguna vez estuvo libre del humo oscuro que salía de ella.

—. . .Y ahora Ba Sing Se es el reino mas fuerte que sigue libre— dijo el joven guerrero mientras se cruzaba de brazos con su eterna logística fría. Aunque Zuko sospechaba que estaba afectado por la nueva victoria de la Nación del Fuego.

—Esto es terrible.. Pero debemos continuar—dijo Katara mientras se acercaba a Aang para mirarle con preocupación.

—No— la expresión de Aang ni siquiera vaciló ni cambio— Iré allí y sacaré a Bumi.

—Aang, detente, ni siquiera sabemos si Bumi sigue-

El Avatar se volteo a verlo, molesto.

—¿Que? ¿Si, Bumi sigue que?

La intensidad de la mirada del niño hizo vacilar a Sokka así que Zuko se acerco para estar delante de Aang y mirarle con firmeza. 

—Si Bumi sigue por aquí, Aang. Es un rey, pudo haber escapado junto con algunos de su pueblo.

Eso no hizo retroceder a Aang ni un poco.

—Comprendo que desees que Bumi te entrené, Aang, pero existen otros maestros tierra que pueden hacerlo.

Zuko casi miro sorprendido a su tío cuando hablo, casi quiso cuestionarlo al notar que su mirada ocultaba algo. Decidió que el tema seria para después.

—No se trata de encontrar a un maestro, se trata de encontrar a un amigo.

En cuanto Aang les dio la espalda para ver lo que era Omashu, y la mirada suavizado de su tío Iroh, Zuko supo que ya estaba detrás del niño para cumplir con su deseo.


¡Y como se arrepintio de haber estado de acuerdo con el como el resto de idiotas! 

¡Apestaba de una forma horrible y aun podía sentir los pequeños tentáculos de esas cosas púrpuras que Aang logro quitarle de encima! Su piel se arrastraba de solo recordar su estado. Y de paso recordar el enorme peligro en el cual se encontraba al estar en territorio de la Nación del Fuego (su Nación, se recordó a si mismo). Su tío había decidido que se quedaría con Appa, recomendandole lo mismo a Zuko, pero, como siempre, se mostró bastante comprensivo cuando se negó a dejar solo a Aang, Sokka y Katara. Aunque eso no significaba que se mostrara menos preocupado. Eran traidores ahora, viajando para derrotar a su padre. 

Al pensar lo último solo logro incomodarse y hacer que algo parecido a la vergüenza estallara en su estomago, quemandolo lentamente. Inconscientemente se acerco mas a Aang mientras se escabullian en la ciudad para encontrar al antiguo rey. 

Respiro hondo y trato de concentrarse en la presencia de Aang en su mente y a su lado.

Funciono lo suficientemente bien.

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Lejos de Omashu. En algún lugar habitado, un buque de guerra esperaba en las costas tranquilas por una vez en la noche. 

Inferno (Zᴜᴋᴀᴀɴɢ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora