De la Clínica Veterinaria de Tokio, salían dos personas que no podían ser más diferentes: Akabane Karma y Okuda Manami.
— Parece que está mejorando mucho ¿verdad, Okuda-san?— dijo Karma con su caminar relajado, mirada perspicaz y sonrisa ladina.
— Así es, Akaba... Perdón, Karma-kun — se corrigió Okuda, desde hace poco tiempo que empezó a llamar por su nombre de pila al pelirrojo y aún le era difícil.
— ¿Haz decidido ponerle un nombre al pequeño?— Okuda niega suavemente con la cabeza.
— Aún... No puedo creer haya salvado a ese pobre gatito — dijo la chica de lentes sonriendo al pelirrojo.
— Tu lo salvaste al final — dijo Karma provocando una pequeña sonrisa a la chica — Si no hubieras gritado aquello hubiera sido peor — no mentía.
Hace una semana de aquel incidente.
Hace una semana, Karma había ido a comprar un libro para reforzar en sus estudios en casa. Vio a la chica de lentes cuando salió de la librería, llevaba un overol de mezclilla, una camisa azul celeste y unas zapatillas deportivas color morado. Revisaba las bolsas del supermercado que llevaba. Karma sonríe, Okuda se veía tan linda en ropa de calle.
De repente tres chicos de 18 años pasan corriendo, llevando consigo refresco y sal de uvas. Además de llevar consigo un gato pequeño y callejero.
Okuda los siguió con gesto preocupado y por consiguiente Karma también, quien no entendía porque la mirada de preocupación de la chica.
Cuando los muchachos encuentran un callejón solitario, toman al gato y lo obligan a tomar la sal de uvas.
— Oye, no primero va el refresco — dijo el que sostenía el refresco.
— No, primero la sal para que sea mejor — dijo el que ponía la sal de uva en la boca del pequeño gatito.
— Me vale lo que sea primero, háganlo aprisa que si no esté animal me va a morder — dijo el que tenia sostenido al gato.
— ¡N-No lo hagan!— dijo Okuda temblando de miedo — L-Lo van matar... E-Esa combinación es letal para un gato la efervescencia hará que su estómago...—
— ¿Qué balbuceas mocosa?— el más alto de los tres, el que tenía la sal de uva, se acercó a ella — ¿Porqué te metes en nuestros asuntos?—
— Y-Yo...—
— Oh, así que por eso estabas preocupada, Okuda-san— dijo Karma apareciendo a espalda de la chica — Pensé que solo era una vieja leyenda urbana —
— ¡Lárguense de aquí los dos!— grito Sal de Uva y lanzó el primer golpe.
Karma tomo a Okuda y la puso a su espalda para protegerla, recibiendo él el golpe.
— ¡Akabane-kun!—
— Tranquila esto no es nada — gira levemente el rostro y le sonríe antes de volverse a su oponente y patear duramente su estómago dejándolo sin aire.
Mientras tanto el chico de la soda empezaba a verter el contenido en la boca del gato.
Okuda asustada, hizo lo primero que se le vino a la mente. Miro a un lado, hacia la calle.
— ¿¡Policía!? — dijo sorprendida y luego fue a la boca del callejón y grito — ¡Policía por favor, ayúdennos!— los tres matones asustados, soltaron al gato y se fueron corriendo en la dirección contraria.
Karma por un momento pensó que tendrían suerte pero cuando vio a Okuda girarse y sonreír se dio cuenta del engaño.
— Bien hecho, Okuda-san— le Felícita Karma.
ESTÁS LEYENDO
Town Down
FanfictionEn la escuela secundaria Kununigaoka, se rige por un sistema donde pertenecer a la Clase E es una deshonra y todos en la escuela pueden tratarte como basura si estas en dicha clase. La clase A es la élite y aborrece por completo a la clase E. Pero u...