Capítulo 6

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Frustrado, regresó a su laboratorio. Más que laboratorio era una casa vieja, su casa que se caía a pedazos y que tenía máquinas robadas del gobierno además de las sustancias de un laboratorio que fue destruido hace tiempo.

Se dejó caer en la silla de su escritorio soltando un suspiro frustrado.

Permitió que se le escapara el espécimen de cabellos rojizos y ojos cobre. Él era Perfecto para sus experimentos. Él cumplía con las características que necesitaba, un chico de mente joven, inteligente que conoce sus límites pero puede explotarlos si es necesario.

El otro chico que tenia era débil, perdió el control y murió más rápido de lo que esperaba. Se alegraba de que la zona en la que vivía estuviera abandonada ya que el olor a muerte se hacía más intenso con el paso de los días.

Retiró la máscara de su cara y suspiró. La puerta de su Laboratorio se abrió dejando ver a un chico joven de piel morena.

— Es agradable volver a casa y que siga tan inmunda como siempre — dice el joven mirando todo con asco, más que nada por el olor — Por tu patética expresión es acertado decir que No — remarcó la palabra— trajiste al que querías —

— No es al que quiero yo, lo necesito para mis experimentos —

— No, tú solo tienes un capricho por chicos así. Si usaras al que yo te dije...—

— ¿Y dices que yo soy el caprichoso? Tú estás obsesionado con usar al otro chico que no es más que una sobra —

— No es ningún capricho, es lo más obvio, el ya conoce de esto, su cuerpo es más resistente ahora y podrá dominarlos con las mejoras que le pusiste a aquello —

Cansado, el mayor tomó el cuerpo muerto y se lo lanzó al joven.

— Llévatelo a enterrar y te irás sin cenar a la cama por todas las tonterías que osas decir — resignado el más joven salió de la "Casa" para ir al cementerio más cercano y aventarlo en la fosa común.

¿Porque no le hacía caso? Es lo más obvio de hacer.

[***]

Empezó a aventar tierra con una pala a la fosa mientras en silencio rezaba por el descanso de aquella vida que arrebataron.

— ¡Ey! — escucho que alguien le gritó, una voz grave y rasposa — ¡¿Que crees que estás haciendo?!— cuando el dueño de la voz se acercó comprobó que efectivamente era un señor ya mayor, tal vez de 60 años, barba escasa y un corte de pelo implacable, como si se tratara de un soldado retirado.

— No tiene porque asustarse señor, soy el velador de aquí, me pidieron cerrar esta tumba antes del amanecer — mintió rápidamente mandando gran seguridad en su voz.

— ¿Tú? ¿Velador? No me hagas reír, yo soy el velador y jardinero de aquí. A ti nunca te había visto antes —

— Estoy...— se dio la vuelta y antes de decir algo golpeó al hombre en la cara con la pala, rompiéndole la nariz y haciendo caer de espaldas — Lo siento — dijo antes de golpearlo otra vez y otra más dejándolo sin conocimiento y, a su parecer, muerto. Revisó sus bolsillos y se llevó su cartera y una navaja suiza que encontró en la pernera de su pantalón.

Salió corriendo de aquel lugar lo más deprisa que pudo.

«¡Ahora si soy hombre muerto si se entera!» pensaba a con temor mientras entra a una tienda de auto servicio agitado.

— ¿Estas bien?— pregunta alguien detrás de él cosa que le sobresalta — Parece que vienes huyendo de alguien — al darse vuelta se topa con una chica de cabello azul celeste amarrado en dos coletas quien cargaba una canasta verde de mandado.

— N-No yo no — tartamudea agitado — E-Es que, cometí un error y mi padre se enojara mucho conmigo y...— le costaba pensar claro así que dijo parte de sus preocupaciones a esa chica quien le escuchó de manera cordial — él está obsesionando con ese proyecto, conozco la solución pero se niega a escucharme...—

— Bueno, entonces no deberías escapar — le regaña — deberías probarle a tu padre que tienes razón en ello — le alienta con una sonrisa — Planéalo bien, proponle tu idea de manera diferente para que vea que es buena. No te desanimes si no funciona a la primera, inténtalo una y otra vez hasta que lo logres —

— Tienes razón, muchas gracias por tu consejo — dice de manera sincera — de verdad muchas gracias, amiga — en ese momento la chica de pelo azul puso los ojos en blanco y luego una expresión de aturdimiento — ¿Dije algo malo?—

— Es que... Soy un chico, mi nombre es Shiota Nagisa —

— A-Ah y-yo l-lo siento de verdad —

— Nah — suspira Nagisa — No te preocupes... Bueno me tengo que ir, buena suerte con tu padre — le desea antes de irse.

[***]

Al día siguiente, Itona fue a la escuela acompañado por Karasuma, no era raro que llegaran juntos. Lo que era raro era ver a Gakushuu ahí, sentado en las escaleras que dan a la montaña donde está la clase E esperaba por Itona.

— ¿Qué haces aquí?— pregunto Itona a Asano. Con una mirada el peli blanco le dijo a Karasuma que él se encargaría de Asano.

Karasuma subió y se esperaron un momento más hasta asegurarse que estaban solos para hablar.

— Ayer olvide decirte algo importante... No podía decírtelo por teléfono — dijo Asano levantándose y acercándose a Itona mirándolo desde su altura con una ligera sonrisa antes de agacharse y susurrarle — Te quiero — haciendo que Itona se sonrojara — Y no te dejare ir tan fácilmente — antes de que Itona protestara o hiciera algo Asano se separó y se fue.

¿Qué es lo que pretende hacer Asano? Pensaba Itona mientras subía las escaleras para reunirse con la clase E.

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Hola, hola y perdón por tardar tanto en actualizar pero he estado muy ocupada con la escuela y demás obligaciones así que espero que sean pacientes para mis futuras publicaciones. Espero que les haya gustado el capítulo.

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