Despertó sudado y agitado. Sus ojos violetas miraron al techo de su habitación.
Llevó una mano a su mejilla. Otra vez estaba llorando.
¿Hace cuanto que pasaba? ¿Ya tres semanas? ¿Un mes?
Hace un mes aproximadamente se había despertado brevemente en una habitación muy iluminada, usaba un traje raro que no reconocía de sus ropas habituales, y de repente sintió que le ponían algo en la cabeza que le ocasionó gran dolor y luego se desmayó para horas más adelante despertar en su habitación con su uniforme de la escuela. Fue un evento muy raro pero desde entonces, cada mañana se despertaba con la sensación de haber perdido algo pero no lograba recordar que fue lo que perdió.
Frustrado golpeó su frente varías veces con su mano antes de irse a lavar el rostro.
No podía dejarse ver así. Y menos un día como hoy. Frotó fuertemente sus mejillas para borrar todo rastro de lágrimas. Harían una asamblea escolar y aunque le pesaba tenía que estar presente y hacerle la vida imposible a la clase E mientras estuvieran en el campus.
Se dio una rápida ducha y vistió el uniforme.
Una vez en la escuela todo ocurrió como normalmente ocurría. Todos lo miraban con una mezcla de admiración, miedo y envidia mientras iba a su salón. Él fingía no darse cuenta de ese tipo de miradas y continuaba su camino. Durante clases prestó atención aunque no lo requería. Resolvía las preguntas de los profesores sin vacilar. Se levantó para dar la respuesta de un problema de materias. Sabía que lo contestaría fácilmente. Lo hacía todo muy bien. Todo Justo como su padre lo deseaba. Todo Justo como su padre lo deseaba.
«Debe doler ser hijo del director » escuchó una voz que venía desde algún recóndito lugar de su cabeza. No era su conciencia, era más bien un recuerdo que luchaba por salir. La voz de esa persona reflejaba una mezcla muy curiosa de sinceridad con tintes de sarcasmo.
Bajo la tiza que tenía en la mano, aún le faltaba escribir la última "X" para completar el ejercicio, sin embargo se detuvo y llevo una mano a su cabeza. Le estaba doliendo.
— ¿Quién...?— susurró para si mismo frunciendo el ceño y cerrando los ojos para tratar de aferrar ese recuerdo y encontrar a esa persona.
— ¿Asano-kun ya terminaste?— aquella voz cargada de desdén y superioridad lo hizo perder aquello a lo que trataba de aferrarse. Miro al profesor a su lado fulminándolo con la mirada. Resolvió el ejercicio apoyando fuertemente la tiza en él pizarrón lo cual ocasionó que se rompiera, y volvió a su lugar.
Sentía un vacío que no podía explicar. Era como si aquello que no recordaba fuera lo que le hacía falta para sentirse lleno.
— Maldicion — murmuró y trató de concentrarse otra vez en su rutina del día a día hasta que fue hora de la asamblea.
Tal vez desquitarse un poco con la clase E le haría sentir mejor, descargaría en ellos toda esa frustración por no recordar aquella persona.
[•••]
Corriendo y saltando de un lado a otro bajaron de la montaña.
Todos se mantenían en grupos muy unidos. Una vez llegaron a terreno seguro, sonrieron. Aquello era raro para cualquiera, los chicos de la Clase E estaban... ¿¡sonriendo!? Eso no estaba permitido.
Los Cinco Virtuosos veía eso de manera reprochable.
— ¿Porque se divierten tanto?— dijo Ren Sakakibara.
— Les daremos una lección por esta falta de respeto — dijo Tomoya Seo.
— Vamos— dijo Teppei Araki y empezaron a caminar hasta que notaron que Asano no iba con ellos.
— ¿Asano-kun?— preguntó Ren pues su compañero se había quedado parado con la vista perdida en la Clase E.
De entre los árboles había salido el último de la Clase E, un chico bajito de cabellos blancos que llevaba una Banda en su cabeza. Alzo la mirada y por un segundo sus ojos conectaron, solo fue una fracción de segundo lo que duró pues el chico apartó rápido la mirada y se reunió con su grupo.
«¿Ojos ambarinos?» se preguntó Asano extrañado y sorprendido por ese color.
— ¿Asano-kun?— volvió a preguntar Ren — ¿Vamos?—
— Si — dijo y actuó como si nada pasara pero por dentro algo se revolvía en el. Algo que moría por salir. Asano apagó ese sentir para no distraerse.
[•••]
La Asamblea ocurrió de manera anormal. Los chicos de la Clase E no se sentían intimidados, no hubo expresiones tristes ni nada. El campus principal perdió esa batalla, pero por alguna razón eso no le importaba.
Asano no espero a nadie y salió a remojarse el rostro. Otra vez esa sensación se apoderaba de él. La de haber perdido algo y no ser capaz de alcanzarlo cuando el recuerdo trataba de surgir en su memoria.
Con su puño golpeó el muro frente a él.
¿Porque tenía que sucederle esto? ¡Maldicion! Secó su rostro y salió. La Clase E estaba preparándose para subir de nuevo a la montaña.
— Voy en un segundo — dijo aquel chico de cabellos blanquecinos separándose del grupo — Iré por algo a esa máquina —
— ¡Date prisa!— le dijo Terasaka.
— No quiero oír órdenes de alguien no distingue el positivo del negativo — respondió el chico de cabellos blancos mientras el más alto gritaba enojado que se las pagaría.
Itona camino rápidamente a la máquina. Más que comprar algo quería tomar algo de la máquina, una pieza de metal muy importante para su robot.
Cuando estaba apunto de tomarla, alguien lo tomo de su hombro y casi por inercia, Itona gira hacia lateral tomando por el brazo a su atacante y dándole un golpe en el estómago sacándole el aire haciendo que la persona que lo tomaba del hombro se encoja.
— ¿¡Gakushuu...?!— murmuró Itona sorprendido y se mordió la lengua para corregirse — ¿¡Tu?!— dice Itona.
— ¿¡Q-Qué sucede contigo, Itona!?— murmura Asano.
Itona no se quedó a responder y corrió de regreso a la montaña.
¿Qué acababa de pasar? Pensaba mientras saltaba de un árbol a otro.
Acababa de golpear a Asano Gakushuu, hijo del director, y tal vez lo expulsen por eso. O quien sabe lo que vaya a suceder."¿¡Que sucede contigo, Itona!?" Se detuvo en la rama de uno de los árboles.
Lo llamo por su nombre.
Se sujeto el pecho, su corazón latía como loco. ¿Por qué lo llamaría por su nombre? Se supone que lo había olvidado...
El sonido súpersonico de Koro-sensei viajando a velocidad Match lo sacó de sus pensamientos.
Tenía que regresar al salón.
[•••]
Mientras tanto en el campus principal, Gakushuu caminaba confundido al salón.
"Itona" ese era el nombre de aquel chico que lo golpeo. ¿Porque rayos lo conocía? Y no se refería a conocerlo sólo por ser de la clase E. Sentía que lo conocía de algo, algo más en el fondo. Sentía que lo que perdió lo había encontrado.
Pero eso era imposible. Por ahora, debía centrarse algo, en vengarse por lo que ese chico le hizo.
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Town Down
FanfictionEn la escuela secundaria Kununigaoka, se rige por un sistema donde pertenecer a la Clase E es una deshonra y todos en la escuela pueden tratarte como basura si estas en dicha clase. La clase A es la élite y aborrece por completo a la clase E. Pero u...