Ep. 4 Práctica de Tiro

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Dormir en ese rancho realmente fue difícil, el único descanso que obtuve fue cuando coloque la escopeta debajo de mi cama. Para las 7 AM una voz me despertó con el típico calor de familia, Anna sabía cómo hacerme sentir en casa.

—Collin, despierta tenemos que ir a ver el ganado.

—Ya voy —respondí intentando vencer mis párpados que se negaban a abrirse.

Me levanté y baje a la cocina para toparme con un escenario poco común en mi ajetreada vida, la mesa servida y mi familia esperando por mi.

—Siéntate hijo. —me ofreció mi tío.

—Gracias, muero de hambre, por cierto ¿Cuál es el problema que necesita mi firma?

—Verás, planeabamos comprar unas vacas al rancho vecino pero dos de ellas desaparecieron hace unos días así que necesito la firma de mi socio para cancelar la compra.

—Bien, jamás me habían llamado para alguna compra o venta, es raro a decir verdad.

—Jamás habían desaparecido las vacas de alguno de nosotros.

—Bueno, ya basta de hablar de negocios en la mesa, coman. —La esposa de mi tío, Gina, hacía los mejores waffles en todo el estado.

Cuando el desayuno terminó, me cambié de ropa y antes de bajar para subir a la camioneta y visitar a los vecinos decidí guardarme el revólver en la chaqueta.

—Vámonos. —Le dije a mi tío mientras bajaba las escaleras.

—Entendido, y recuerda Anna, tenemos que reparar esa cerca antes de las 6 —dijo refiriéndose a mi prima.

Subimos a la camioneta junto con Trevor, la mano derecha de mi tío en el rancho según mi prima.

—¿Qué le pasó a la cerca? —pregunté.

—Estaba tirada hoy en la mañana, no se llevaron ningún animal pero es eso lo que lo hace raro —respondió Trevor.

Todo el camino estuvo lleno de conversaciones sin importancia, asuntos de hombres como lo llamaba mi padre, sin embargo todo cambio cuando a la orilla del camino vimos el cuerpo de lo que parecía ser un perro sin vida.

—Es el tercero este mes —dijo Trevor.

—Cállate —ordenó mi tío.

—Es un perro ¿No? —Dirigí mi pregunta a Trevor.

Ambos compañeros mios cruzaron miradas y después de suspirar, mi tío respondió.

—Es un lobo, normalmente se quedan en el bosque, seguro bajan a morir —explicó sin dejar de ver el camino.

—Algo los está asustando, los está matando —interrumpió Trevor con un leve tono de temor en su voz.

—Cállate, solo son historias y nada más. —Mi tío ya se mostraba enojado.

—¿El lobo que mató a los Miller? Ya escuché esa historia en la ciudad, en mi opinión esta muy bien redactada. —Trate de calmar las cosas.

—Es real joven, pero nunca baja a las praderas, es como si ahora no hubiera nada más que matar allá arriba. —Trevor ya era víctima del miedo.

—Llegamos, y basta de ese tema. —La conversación finalizó con ese comentario de mi tío.

El rancho Maple era más pequeño que el nuestro y su gente parecía estarse preparando para una guerra, todos los trabajadores portaban armas en sus cinturones y nos miraban con desconfianza.

—¿Qué les pasa? —Le susurré a Trevor.

—Tres de sus vacas desaparecieron, y según se hallaron una o al menos las partes, estaba descuartizada a la orilla del río.

Luna de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora