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"Todo lo nuestro no fue curiosidad, esa cosa que creímos casual, ahora nos persigue, hasta la muerte"

KaeYun.

Ahora la desgracia me ha hecho darme cuenta de que soy totalmente débil...

— maldita sea — jadea volviendo a dejar la caja en el suelo cayendo de rodillas sobando su brazo derecho.

Cargando cajas.

— bueno, supongo que no puedo maldecir lo que prácticamente me ayuda a sobrevivir — suspira sentándose en el polvoriento suelo, estirando sus piernas perezosamente hasta topar con las cajas regadas por la entrada del pórtico — son benditos, amigos — hace una mueca con su boca, dando palmaditas a una de las cajas llenas de latas de comida.

— ¿Necesitas ayuda?

La voz del alto castaño adentrándose al pórtico me hizo saltar en mi lugar, su sonrisa tímida en cierto modo me daba ternura; estar a prueba y que nadie confíe en ti debe ser difícil, más si se llega a tratar de alguien que es bueno, aunque, eso lo tengo que averiguar. Me levanté de mi lugar y sacudí mis jeans con cuidado, aún sentía su mirada sobre mi, en cierto modo eso me ponía nerviosa.

— buen día, Jun Myeon Oppa.

— buen día, KaeYun ssi... — sonríe un poco más confiado tomando en sus brazos una de las cajas como si de globos se trataran, en realidad no me sorprendí tanto, después de todo era más alto que yo, con un cuerpo trabajado, era obvio.

— ¿Alguien más despertó? — abraza sus rodillas mirándolo desde abajo.

— no, los chicos están muy cansados, y tu grupo... Bueno, no sé cuándo se despierten — sigue en lo suyo tratando de mantener la mirada en la más joven.

— aproximadamente en una hora despiertan, al menos el primero — se pone de rodillas y acerca una caja topando con sus piernas buscando algo en ella.

— ¿Buscaba algo? — se detiene dándose media vuelta volteándola a ver.

— una lata... —

— eso veo, ¿Pero qué lata? — sonríe divertido detenido sus actos por un momento mirando a la chica que por nada paraba sus movimientos.

— d..a..s... — murmura entre dientes.

— ¿Perdón? — aguanta una risilla poniéndose de rodillas para quedar a la altura de la chica.

— duraznos — Se cruza de piernas con una infantil sonrisa, apreciando las duras pero lindas facciones del chico.

— oh — abre un poco más sus ojos por la inesperada sonrisa — ¿En albimar?

— almíbar — corrige divertida levantándose de su sitio — creí haber visto una lata por aquí... — pone sus manos en sus caderas visualizando por encinas de las cajas.

— es lo mismo — murmura levantándose también — creo que es esta lata — estira su mano hacia el estante tomando una lata con una polvorienta etiqueta rosada en ella, mirándola con detenimiento para luego entregarla.

— gracias — toma dudosa la lata para volverse a sentar en el suelo cruzando sus piernas, tendidas en el piso de azulejos grisáceos, antes blanquecinos — ¿Puedo preguntarte algo? — tuerce sus labios jalando la tapa de la lata polvorienta.

— claro — toma con sus manos las orillas de la caja levantándola del suelo.

— ¿Porqué tenían tanta urgencia de entrar a aquí?

— bueno . . . — suspira alzando las cejas, dejando la caja de nuevo en el suelo, secando de su frente un sudor evidentemente invisible — se suponía que varias de esas cosas nos seguían por el bosque, pero de un momento a otro ya no había nada, aún así teníamos miedo, así que vinimos.

Shoot The Head [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora