Capítulo 12

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Miro el reloj de mi habitación, son las 5, en una hora y media tengo que estar allí. Abro el armario y empiezo a buscar un conjunto. No sé que ponerme ¿Este suéter? Mmm no muy abrigado ¿Esta camisa? No... muy de verano. Esto me está poniendo de los nervios, así que cierro los ojos y cojo al azar dos prendas: unos pantalones vaqueros y una camisa negra que pone Los Ángeles. Por último me pongo los all stars blancos. Me maquilló un poco y meto mi móvil, mi cartera, mi libreta y mi cámara en la mochila. Me despido de mi madre y salgo de mi casa. Espera un momento, pienso ¿Cómo voy a ir a casa de Hugo si no sé su dirección? Tendré que mandarle un mensaje. A los cinco minutos me responde "Calle Alcalá N°17". Cojo un taxi y le digo la dirección.

-Eso está un poco lejos, señorita- me dice el taxista- ¿Tiene prisa?-. El taxista lleva una boina negra y unas gafas de sol. Tiene muy mala pinta.

-Un poco-digo nerviosa- ¿Cuánto va a durar el trayecto?-.

-Pues media hora-. Creo que me retrasaré un poco.

Después de media hora, el taxi se para en frente de una casa enorme, una mansión, de un color oscuro con grandes ventanales. Me quedo un rato con la boca abierta mientras observo la casa.

-¿Es aquí, señorita?- me pregunta con una sonrisa que hace que se le vean sus horribles dientes amarillos-.

-Sí, sí. Gracias- le digo rápidamente- aquí tiene el dinero-.

-Adiós florecilla-.

!Qué asco¡ pienso. No quiero volver a este taxi. Camino muy despacio mirando de arriba a bajo la casa. Es preciosa y misteriosa a la vez. Una mujer que está regando un jardín al lado de la casa me pregunta:

-¿Necesita algo?- su voz es dulce. Tiene un uniforme azul puesto.

-Pues la verdad es que sí. Tengo que hacer un trabajo con Hugo ¿Lo conoce?-.

-Sí, claro- me dice con una dulce sonrisa- acompáñame-.

Abre la enorme puerta y entramos. Persigo a la supuesta criada de Hugo.

-Creo que está en su cuarto. Suba esas escaleras la segunda puerta a la derecha-.

-Vale, gracias-.

Subo las escaleras, giro a la derecha y veo una puerta un poco abierta. Me asomo un poco y veo a Hugo cambiándose la camisa. De repente se gira ¡Uy!

-Lo siento. Pensaba- empiezo a decir-.

-Ahora salgo- responde-.

Bajo las escaleras y me siento en un enorme sillón de piel. Esta casa es todo un lujo. Oigo unas voces lejanas discutiendo, deben ser sus padres.

-... porque las cosas no se hacen así, Tom- estoy tensa-.

-Ahora eres tú la que me dices cómo tengo que hacer las cosas. Estoy cansado de estar siempre haciendo todo lo que tú dices-Llegan al salón donde estoy yo.

-Hola ¿Quién eres tú? Hugo no me había nombrado nada de ninguna visita y menos de una chica, solo me había dicho que venia Logan- ¿Por qué no le había dicho que iba yo?-.

- Bueno- comienzo a decir-. Baja Hugo alterado por las escaleras.

-Mamá ¿No te ibas ya al trabajo?-.

-¿Cómo es que no me habías dicho nada de que venía una chica?- pregunta la madre- Hugo no suele tener mucha visita femenina, por no decir ninguna-.

-Bueno mamá, adiós-.

-Ya hablaremos de esto ¿Tu nombre?- me pregunta saliendo por la puerta-.

-Amy- respondo tímidamente-.

-Lo apunto adiós-.

-Lo siento por toda esta situación- me dice avergonzado-.

-No pasa nada, los padres son así-.

-¿Y Logan?- me pregunta-.

-Está enfermo. Me dijo que él se ocuparía del montaje-. Se tensa.

-Oh vaya, pues empecemos-. No tengo ganas de empezar el trabajo sino de ver toda la casa por dentro y por fuera. Anne tenía razón, parece una iglesia, con sus cuadros de santos por todas partes.Da un poco de miedo.

Abrimos las libretas y empezamos a organizar todo lo que vamos a poner el vídeo. Hugo decide poner en el vídeo un recorrido por su casa y visitar unas iglesias cercanas. Además, explicará todo lo que sabe, yo mientras grabaré y apuntaré todo lo que haga falta. Cojo la cámara y empezamos a recorrer su casa. Todo está muy oscuro, lleno de cuadros y cruces. Me pongo al lado de Hugo porque me da miedo estar sola aquí, a Hugo no parece molestarle. A su cuarto no entramos. El lugar donde más quería entrar y no entramos. En cada cuadro dice una pequeña biografía del santo. Me asombra el conocimiento que tiene sobre esto. Siempre mira a la cámara muy concentrado, lo que hace me ría, entonces él se ríe también. Después.de estar un rato recorriendo su casa llegamos a una sala que me sorprende mucho.

-... y aquí está mi habitación favorita, donde paso la mayor parte del tiempo-. Dejo la cámara a un lado y empiezo a mirar hacia todos lados de la habitación. En un lado hay una estantería llena de libros, miro detenidamente los títulos: Divergente, Percy Jackson, Las ventajas de ser un marginado... Tiene el mismo gusto que yo en los libros. Al lado hay un montón de cuadros de paisajes.

-¿Son tuyos?- le pregunto-.

-Sí- responde con una sonrisa-.

-Vaya, son muy buenos- se sonroja-.

-Pinto lo que me llama la atención-.

- ¿Y este a medio hacer...- es la mitad del cuerpo de una chica-. Lo tapa rápidamente. No pude distinguir quién era.

-Todavía no está terminado- me responde-así que no se puede ver-.

Miro para el otro lado y camino rápidamente hacia un piano que hay en la esquina de la habitación.

-Siempre he querido tocar el piano- digo- ¿Puedes tocar algo?-.

-Mmm...Bueno vale- se tensa al ver que no me quito del banco y se pone al lado mío. Nuestros cuerpos se rozan. Sus dedos empiezan a tocar cuidadosamente las teclas. La melodía hace que me relaje y cierre los ojos un rato.

-¿Quieres que te enseñe algo?- me pregunta-.

-Me encantaría- respondo emocionada-.

-Pon los dedos aquí- me coloca las manos en unas teclas y las juntas con las de él, empezamos a mover juntas las manos por el teclado. Noto como mi barriga se tensa y a la vez mi cuerpo disfruta del momento. Lo miro, me mira, pero de repente se levanta nervioso.

-Sigamos con el trabajo, que nos despistamos-. Ojalá me pudiera quedar toda la tarde así.

Seguimos recorriendo la casa y unas pocas iglesias. Después de haber recorrido todo, es la hora de irme.

-¿Te viene alguien a recoger?- me pregunta-.

-No... Iba a llamar a un taxi- le respondo-.

-Si quieres te puedo llevar en la moto- dice señalando la moto, que está dentro del garaje.

-Estaría bien, lo que nunca he montado en una moto- digo avergonzada- y me da un poco de miedo-.

-No te preocupes, es una experiencia increíble- me dice dándome un casco- este es el de mi madre-.

-Gracias-. Nos montamos en la moto y me agarro nerviosa a su cuerpo.

-No tengas miedo- me susurra-. Nunca había estado tan cerca de Hugo-.

Después de un rato llegamos a mi casa y nos despedimos. Una tarde inolvidable, pienso.

De la oscuridad hacia la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora