Capítulo 30

50 4 1
                                    

-Hugo-grita emocionado Logan levantándose del sillón. Se dan un abrazo cálido, aunque Hugo permanece rígido.

-¿Qué tal, tío? ¿Qué haces por aquí? Vaya sorpresa…- dice Hugo tocándose el pelo.

-He querido venir a visitaros. No puedo vivir sin mi primo y mi mejor amiga- dice con una extensa sonrisa.-. Ven, vamos a tomar algo.

-No, gracias de verdad. Mañana tenemos clase así que sabes… Hay que acostarse temprano- Logan se ríe un poco.

-Sí, lo entiendo- se gira hacia mí.

-Sí, será mejor que me vaya- digo colocándome bien bolso.-. ¿Cuándo te vas?

-Mañana nos vemos- esto es lo último que dice antes de desaparecer entre el gentío. Nos metemos en el taxi y entramos en la habitación sin decir ni una palabra hasta que Hugo dice algo.

-¿Te lo has pasado bien? Porque estuve toda la noche buscándote- dice con un tono tenso mientras organiza unos papeles que tiene sobre la mesa. No respondo, pero no respondo porque no quiera sino porque no puedo responder, mi boca se ha quedado cellada.-. Suerte que Logan dejó esa notita porque sino todavía podía estar loco buscándote entre las oscuras calles de Nueva York- ahora me mira con una mirada furiosa pero débil. Muevo mis manos nerviosas.

-Lo siento-empiezo a decir débilmente-. No pensaba…

-¿Qué no pensabas?- dice con un tono más fuerte.

-No pensaba que ocurriría todo esto. Yo solo vi la nota…- ahora lo miro y lo señalo-. Pensaba que eras tú y por eso seguí. Después vi a Logan y…Dios, hacia tanto tiempo que no lo veía que me olvidé de todo lo que tenía alrededor- mis ojos ahora están llorosos. Desvía la mirada y da un golpe a la mesa con su mano.

-Qué difícil es esto- dice con desesperación y se queda con la mirada fija en la ventana observando la maravillosa vista de Central Park.-. Eres como algo que no puedo perder y lo necesito constantemente- su tono disminuye-. Estas emociones van a acabar conmigo…- coloco mi mano sobre su espalda.

-No hace falta que estés todo el día pendiente de mi. Estaré bien- se gira y me mira fijamente.- Ven, anda- le beso colocando mi mano sobre su blanca piel de su rostro. Sonríe y se quita la camisa. Mis manos se deslizan por su cuerpo poco a poco mientras su mirada se centra en la mía. Me vuelve a besar y me quita la camisa. Nuestros cuerpos se mueven hacia la cama. Su mano derecha llega hacia mi pantalón y para sus labios. Estoy colocada en sus piernas y él se encuentra medio tumbado. Nos miramos fijamente al uno al otro. Nunca nos habíamos mirado así, era una mirada que transmitía amor por completo. Nos estábamos dando cuenta de que estábamos definitivamente enamorados uno del otro.

-Gracias por aparecer en mi vida- dice con una tierna sonrisa que hace que inmediatamente lo bese. Los besos continúan y mi alma se encuentra en pleno placer. Mis manos se deslizan por su desnudo torso hasta que se paran en la parte de arriba del pantalón. Lo miro dudosa y a la vez nerviosa.

-Quiero probar algo, pero no estoy segura- Hugo me mira extrañado y asiente. Creo que no sabe a lo qué me refiero, pero continúo. Desabrocho el botón su pantalón mientras nos besamos. Me quito mis pantalones y él se separa de mí. Ahora me siento avergonzada.

-No- dice pausadamente-. Según mis padres no puedo hacer esto hasta que me case- desvía la mirada de la mía. Me levanto de la cama muy avergonzada y entro al baño, necesito alejarme un poco. Me quedo mirándome al espejo-. Lo siento- le oigo decir.- Ya sabes que mi familia es muy religiosa- salgo del baño y me acuesto en mi cama hacia al lado de la pared para no verlo, me siento muy avergonzada. No debería haber hecho eso.  Ya sabía que no podía hacerlo, no sé lo que estaba pasando por mi cabeza aquel momento. Coloco mi mano sobre mi cara y aproximo mis rodillas hacia mi cuerpo. De repente oigo unos pasos aproximarse hacia mí.

-Sabes qué- dice cada vez aproximándose más hacia mí-. A la mierda la religión- me gira con sus brazos y me besa. Me despeina el pelo y me coloca encima de él.

-¿Estás seguro?- le pregunto con timidez.

-Sí y tú- asiento nerviosa. No sabía cómo aquello iba a sentir. Los nervios y la impaciencia corrían por mi cuerpo sin parar.-. ¿Preparada?- me termina diciendo con una mirada deseosa.

-Preparada- le respondo con una dulce sonrisa. Y la noche continuó

De la oscuridad hacia la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora