VOY A ESPERARTE |COMPLETA

TRES

----------------------------------------------------------
¿Era? ¿quién me dice si era ella?
Y, si la vida es una rueda y va girando y nadie sabe cuándo tiene que saltar...
Y la miro y, ¿si fuera ella?
Y, ¿si fuera ella?
                               ALEJANDRO SANZ
                               ¿Y si fuera ella?
-----------------------------------------------------------

ALEJO:

Recorri las calles fijándome en algún buen muro donde pintar algo, en este lugar muy pocas casas estaban aseguradas con muros y era lógico, aquí todos se conocían y la delincuencia no era moneda corriente.
Pasando el mediodía decidí regresar a casa, aunque no en realidad no era eso. Era un lugar temporal donde me escondía de mi maldito presente y de una ex novia demente y acosadora. No era un cobarde, tarde o temprano debía enfrentar mis problemas, sólo estaba tomando un descanso de la vida a la que estaba acostumbrado.
En este pueblo me hospedaba en casa de mis tíos, era espaciosa y estaba cerca del mar, una maravilla de edificación. Al llegar allí pude percibir que varias personas estaban reunidas dentro, la sala se veía repleta, me baje de la motocicleta y vague por el frente antes de animarme a entrar, sentía la brisa fresca que llegaba del océano, aquí todo era armonía y eso me ayudaba a despejar la mente.

No lo vi venir, de la nada una chica se abalanzó sobre mi gritándome que me fuera de allí, intente aclarar las ideas e interpretar sus palabras pero no lograba entender.

- ¿Estás siguiendome idiota? - preguntó enfurecida.

- ¿Qué?

- ¡Eres un acosador!

Vi sus enormes y hermosos ojos que me veían detrás de su cabello revuelto, su precioso rostro y esos labios por los que el mismisimo Lucifer saldría del infierno para besarlos.

Perfecta - pensé.

Digna de ser mi musa, inmortalizada en todas mis obras.

Aún me observaba, esperaba una respuesta de mi parte.

- ¿Te conozco? - pregunté.

- ¿Acaso me seguiste? ¿Cómo llegaste hasta aquí? - quiso saber mirando la  motocicleta.

Esa ceja fruncida en modo de enojo hacía bombear mi corazón de emoción, deseaba pintar su retrato.

- No sé de que hablas...

Me tomo de la mano y me arrastro lejos de las ventanas de la casa, sentí como todo mi calor corporal se concentró en esa pequeña zona.
Esa pequeña mujercita logró dejar una marca roja en mis nudillos.

-Vete si no quieres que llame a la policía - amenazo.

- ¿Disculpa? ¿Acaso estás loca? - pregunté divertido al no entender la situación.

- Tú eres el loco que cree que es divertido seguirme y acosarme - dijo apuntandome con su dedo.

- Yo no te estoy siguiendo, ni si quiera te conozco - me defendí.

- Anoche me llevaste a casa en la motocicleta y ahora...

- Ah, si eres tú - dije reconociendola
- Hola - la salude con mi mejor sonrisa.

Estábamos casi apretados en contra la pared lateral de la casa, lejos de todas las miradas curiosas.

- Vete - me oredeno.

- No. ¿Por qué debería hacerlo? - pregunté mirando esos ojos dulces.

- ¿Qué dire si me ven contigo? - dio vuelta fijándose en si alguien nos veia.