ALEJO:
— No traje ropa — se lamentaba buscando una boba excusa para no quedarse.
— Yo te presto, allí hay remeras, camisas, shorts — dije apuntando al armario — Toma lo que necesites.
Tenía todas las de ganar, ella pasando una noche junto a mí.
— Bueno, ¿Que haremos?
— Cocinaremos.
— ¿Cocinar?
— Si haremos pizza. ¿Sabes cocinar, cierto? — pregunté.
Negó con la cabeza sonriendo algo avergonzada, se acomodaba en un moño alto preparándose para ayudar.
— Creí que pediríamos algo para comer — se justificaba.
Me acerque a ella poco a poco, ese aroma frutal lleno mis sentidos, la extrañe tanto estos días en los que no pude verla.
— Eres una perezosa — bromeé.
Apoyo una mano en mí pecho evitando que me acercará más, me regaló una de sus sonrisas encantadoras.
— Puedo aprender — me desafío.
— No lo dudo.
Caminamos a la cocina, miré la hora para corroborar que no fuera tan temprano, ya casi eran las 5 de la tarde. Saque la harina, levadura, aceite y agua. Ella me veía como una niña pequeña sentada en un taburete alto.
— ¿Quieres amasar o prefieres hacer la salsa? — pregunté uniendo todos los ingredientes.
— Salsa — dijo mirando que hacía.
Le indique los ingredientes y que hacer con ellos. En verdad no tenía idea que hacer y cómo cortar, reí al verla llorar cortando cebolla.
— Nunca tuve que hacer estas cosas — decía secándose las lágrimas — No comemos de esto en casa.
— ¿Porque no?
— Dante es celíaco e intolerante a la lactosa, comemos otro tipo de comida.
No me imaginé la vida sin poder comer lo que me gusta.
— Entonces siempre viviste comiendo sano.
— Hasta que te conocí — sonrió.
Amase ante su mirada atónita, me gustaba la forma en la que me observaba.
— Eres bueno haciendo eso.
— Soy bueno haciendo muchas cosas.
Escuché un suspiro seguido de una queja.
— Siempre le encuentras lo sexual a todo.
— Yo no dije nada sobre eso. Tú eres la que escucha mal. Tanta abstinencia sexual te trae paranoica.
Puse la masa en una asadera con algo de salsa por encima y deje que leudara.
Las horas pasaron rápido, pronto nos vimos cenando y riendo a la par. Ella disfrutaba la pizza más de lo que puedo decir, comimos hasta que no pudimos más.
ESTÁS LEYENDO
VOY A ESPERARTE |COMPLETA
RomanceZaya paso dos años de su vida recluida en su habitación debido al acoso insesante que sufrió de parte de la persona menos pensada. Bella e inteligente decidió seguir su instinto y ser diseñadora de vestidos de novias; un pequeño mundo que le ofrecí...