ALEJO:
Tan rápido como la madrugada llegó dejé a Zaya en su casa y me dirigí a la mia, las luces estaban apagadas y ningún sonido se oía en todo el lugar. Suspiré de alivio, me metí en la cama y me deje llevar por un placentero sueño, donde el dolor se disipaba a medida que ella, la hermosa chica con cabello color atardecer y mirada dulce se apoderaba de mí corazón, sanando y cerrando heridas que parecían incurables.
***
El modo vibrador del móvil me despertó, era una llamada entrante, aún somnoliento atendí y oí una voz familiar del otro lado.
— ¡Alonso maldito dormilón!
— Leonardo... — dije despertando poco a poco.
— ¿Cómo está mí hermano pequeño? No he sabido de ti en varias semanas.
— Bien — contesté algo extrañado de su llamada, él rara vez se metía en mí vida — ¿Cómo están ustedes? — quise saber.
— ¡Muy bien! — exclamó — Tus sobrinos preguntan por su tío artista que pinta con miles de colores.
Una auténtica sonrisa surguio de mis labios, también los extrañaba.
— Pronto iré a verlos.
— ¿Y qué tal la vida cerca del mar eh? ¿Refrescante?
— Aquí todo es muy tranquilo.
— ¿Sólo eso? — quiso saber.
— Farrah te obligo a llamar ¿Cierto?
— Cierto — grito ella del otro lado.
— Si fue ella — admitió mí hermano.
— Estoy bien, enserio, estoy conociendo personas nuevas...
— ¿Una chica? — pregunto mí hermana.
— Hmm si...
— De verdad eres raro Alonso.
— No tan raro como ustedes — bromeé.
— ¿Y que hay con esa chica? — volvió a la carga Leonardo.
— Nada, es una buena amiga. Es todo.
— No debes apresurar las cosas, acabas de terminar una relación larga, no sé si es bueno comenzar otra.
— Te dije que es sólo una amiga — me defendí.
— Contigo nunca se sabe...
—¿A qué te refieres? — pregunté algo molesto.
— Eres muy impulsivo hermanito, te lanzas sin pensar en las consecuencias de tus actos.
—Tal vez he cambiado...Corte la llamada antes que discutieramos por algo insignificante.
Pero el móvil volvió a sonar, atendi sin mirar la pantalla.— No quiero oír uno de tus discursos de hermano mayor — hablé con sumo disgusto.
— Hola ¿Alejo? — preguntó una melodiosa voz.
— Zaya, p- perdón crei que era mi hermano — contesté algo nervioso.
— No, esta bien. Me preguntaba si quisieras ir conmigo a ver a Margarita a la clínica. Me llamaron diciendo que despertó y está muy confundida.
— Si, ¿Ahora? — inquiri preocupado, aún estaba con ropa de dormir y apestando a sudor.
— Paso por allí antes del mediodía. ¿Está bien?
— Si, nos vemos— respondí aliviado.Colgó sin decir más, aproveche la mañana para ordenar un poco mí habitación, ducharme y revisar redes sociales, contestar mensajes y algunos e mails de las galerías donde se suponía que exibiria mis obras.
El tiempo se me pasó volando, me arregle un poco más a lo habitual.¿Qué sucedió? De repente quería verme bien, quería agradar.
¡Quería gustarle a Zaya!
Sonreí como un tonto,
aún no sanas corazón roto — pensé.Escaleras abajo los sonidos daban vida a la casa, los juegos de Mateo junto con los cantos de tía Teffy que de seguro estaba junto con él, cuidándolo.
Al bajar y ver que sucedía me lleve una gran sorpresa, quién jugaba y cantaba con el pequeño no era su abuela, era Zaya. Cargaba a Mateo, giraba y reía divertida. El niño parecía estar encantado con sus ocurrencias, la miraba y sonreía dejando ver sus pequeños dientes.
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VOY A ESPERARTE |COMPLETA
RomanceZaya paso dos años de su vida recluida en su habitación debido al acoso insesante que sufrió de parte de la persona menos pensada. Bella e inteligente decidió seguir su instinto y ser diseñadora de vestidos de novias; un pequeño mundo que le ofrecí...