Capítulo 27: Felicidades, bebé...

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Habíamos pospuesto el almuerzo debido a que surgieron algunos inconvenientes. Habían pasado tres semanas y media, James me llamó diciendo que almorzariamos todos hoy. No había sabido nada de James hasta hoy, Bryan no para de llamarme y yo no paro de tener náuseas, creo que me llegará el periodo. Pasaron las horas y ya casi era mediodía. Mientras me daba los últimos retoques, escuche como tocaban la puerta. Mientras me acercaba a la puerta, rodaba en mi mente que fuera Bryan, ya que mi corazón iba en contra de lo quería sentir, de lo que decía sentir.

Al abrir la puerta me encontré con un muy guapo James. Su camisa blanca se adaptaba muy bien a su cuerpo y esos Jeans le quedaban espectacular; sus zapatos negros le daban cierto toque de elegancia y su cabello ligeramente despeinado hacían que cualquier chica cayera a sus pies. 

– Ho...la, te ves...te ves – me mira de arriba hacia abajo y sin total disimulo.

¿Lo que yo llevaba puesto? Un vestido rojo, suelto, con un escote en la espalda en forma de V y que me llegaba un poco mas arriba de las rodillas. Además tenía unos tacones crema y un bolso del mismo color. Mi cabello estaba recogido en un moño alto y aparte....

– ¡Tu cabello es negro! – exclamó aquel chico parado frente a mí.

Sí, me di cuenta de que es imposible huir de tu pasado, lo mejor es enfrentarlo y ser quien eres. No fingiré más y una muestra de ello es mi cabello.

– Sí – asentí simplemente.

– Dios mío.... Te ves hermosa. Me arrepiento por haberte dejado ir y si pudiera hacer algo por recuperarte....lo haría.

Sus palabras me hicieron sentir un mala persona. Básicamente jugué con sus sentimientos y aún así no entiende que un amor unilateral no es amor de verdad.

– ¿Nos vamos? – pregunte fría y cortante. La mejor manera de apartarlo es tratándolo así.

Después de 15 minutos habíamos llegado al lujoso restaurante. Antes de entrar una mano toma toma la mía, mi mano izquierda para ser específica.

– Si vamos a actuar hay que hacerlo bien y dar nuestro mejor esfuerzo – dijo excusándose, pero igual se lo permití. Después de dar nuestros nombres se nos guió hasta un salón. Lo primero que vi al entrar fue al Príncipe de la arrogancia allí, parado, mirando hacia el piso. Al notar nuestra presencia y nuestras manos entrelazadas, se acercó a nosotros y tomó la mano de James, la que tenía entrelazada conmigo y luego lo saludó.

– Hola querido primo – dijo con sarcasmo para luego acercarse a mí. Intenté darle la mano en forma de saludo, pero el me abrazó – Te queda hermoso ese cabello negro, Abydijo en forma de susurro, en mi oído y resaltando mi ex-nombre, si así se le puede decir. Presentía que algo malo pasaría.

Después de saludar a los padres de Bryan (los cuales todavía no me reconocen, o eso supongo), comenzamos a pedir la comida para después comerla, obviamente. Después de unos minutos noté como Bryan prestaba más atención a mí que a sus mariscos.

— Ten cariño – dijo Jessica ofreciéndole un bocado de su pasta, como un niño, a Bryan. Él príncipe de la arrogancia negó con la cabeza y volteó su cara.

En menos de un minuto observaba como Bryan se paraba de su asiento y se aclaraba la garganta — Familia y......Jessica – dijo el nombre con cansancio – Tengo que informarles algo....es que...hay una chica a la que amo, a la que adoro, a la que no supe valorar, pero que ahora la tengo frente a mí.... Con esa chica quiero pasar el resto de mi vida y llegar hasta el infinito y más allá....

Sus palabras hicieron que mi corazón latiera fuertemente mientras nuestras miradas se entrelazaban, pero sabía y presentía que este no era el momento adecuado para hablar del tema. A pesar de que ya no amo a James, lo quiero como un amigo y sé que esto le afecta.

El príncipe de la arroganciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora