Damon se arregabla frente al espejo mientras Graham lo miraba con tristeza desde la cama.
¿En qué momento todo había cambiado?
El castaño se sentía horrible pensando en lo mal pareja que seria que ahora el rubio tenia que salir para sentirse vivo de nuevo.
Una gran mentira.
— ¿A qué horas vas a volver?
El rubio lo miró a través de aquel cristal y volviendo a ver su reflejo suspiró con tristeza.
— No será mucho— respondió dándose la vuelta y dirigiéndose al castaño para darle un frío beso en los labios— Lo prometo.
Esa fue su despedida y salió del apartamento sin más.
No tenia un bar en especifico y tampoco le gustaba eso. Su idea siempre era la misma: salir y buscar su sitio favorito en el mundo.
Graham lo veía desde la ventana como él tomaba cualquier taxi y desaparecía por en medio de las calles sintiendo un gran vacío en si mismo.
"¿Qué hice para qué me dejaras por tú anterior vida?", se preguntaba cada viernes que lo veía partir.
Damon sabia que las cosas no deberían estar siendo de esa manera pero no lo podía controlar y aunque se divertía y tomaba hasta quedar casi inconsciente siempre la culpa lo atormentaba a la mañana siguiente haciéndose prometerse en vano a si mismo que cambiaría.
— Dejeme aquí, gracias— detuvo el taxi el rubio bajándose en un nuevo bar para él.
Era el décimo bar al que entraba en menos dos meses.
Las luces de neón, las personas perdidas entre si, el alcohol combinado con olor a cigarrillos y el buen sonido de canciones de rock clásico era lo que lo hipnotizaba y atraía como un imán al metal.
Al adentrarse no tardó mucho en estar recibiendo miradas con forma de conquistas pero a pesar de saber que salir implicaba todas esas cosas esa no era su intención ya que en el fondo aun seguía amando a Graham.
Lo único que el rubio buscaba era perderse a si mismo por unas horas. Era lo único que él erróneamente creía que necesitaba para sentirse vivo.
Después de unas cervezas vio como una joven se acercaba a su mesa.
— Sé que esto no es lo que normalmente uno pide en un bar pero perdí mi dinero y necesito ir a casa ahora, ¿me podrías ayudar?
Damon la miró con una curiosa risa ya que le pareció totalmente fuera de todo aquel favor.
— ¿Qué hace una menor en un bar?
Ella se sentó a su lado y con cierta timidez comenzó a acariciar su ondulado cabello.
— Tengo veintidós. Vine con una "amiga" pero me dejó y justo ella tenia todo el dinero— dijo avergonzada mientras detallaba la nariz del rubio— Eso pasó.
Damon sonrió y tomando un poco más de su cerveza sacó su billetera buscando que poder darle a aquella joven de ojos verdes.
— ¿Esto es suficiente?— preguntó sacando un billete de gran valor y ella asintió.
— Por cierto, mi nombre es Lisa— insinuó coqueta tomando el billete guardándolo en su pantalón negro.
— Damon— dijo mirándola bajo una suave luz rosa neón que se posaba sobre ambos— Ojalá puedas volver bien a casa.
Lisa lo seguía mirando. De verdad que era demasiado atractivo como para no hacerlo.
— ¿Viniste solo Damon?
— Siempre salgo solo.
— ¿Y tu novia? porque seguro tienes novia.
Damon levantó una ceja divertidamente a la vez que negaba con su cabeza.
— Entonces si hago esto... — se acercó y lo besó por sorpresa rápidamente— ... No habrá problemas, ¿verdad?
No supo si fue el ambiente, el alcohol en sus venas o que Lisa también le pareció atractiva pero fue él quien la besó de vuelta dejando que sus manos tocaran sus pechos.
— Hey, arriba hay habitaciones— le susurró entre sucios besos tomándolo de la mano y ayudándolo a ponerse de pie para dirigirse allí.
Al entrar Damon se quitó su camiseta y al verla en la cama solo en ropa interior parpadeó unos segundos recordando a Graham.
No podía hacerle eso, su relación ya se estaba deteriorando con esas pequeñas distancias que él mismo había empezado a crear a causa de sus salidas como para que serle infiel fuera un motivo más para ese fondo sin salida.
Lisa se levantó y lo atrajo hacia sí para luego dejarlo caer en la cama y terminar lo que habían comenzado.
En la madrugada ambos salieron y Damon paró un taxi para ella.
— ¿Donde te puedo volver a ver?— preguntó ella esperanzada pero él no respondió.
— Aquí llegó tu taxi. Nuevamente, espero que llegues bien— dijo abriéndole la puerta— Cuidate.
Lisa subió y al cerrar la puerta bajó el vidrio.
— Respóndeme a lo que te pregunté— insistió y Damon arrugó su nariz ante eso.
— En un orfanato— y sin decir más comenzó a caminar sin rumbo mientras lloraba con cada paso que daba.
"¿Qué hice?", se preguntaba queriendo gritar.
No quería volver a casa, quería seguir caminando y perdiéndose entre calles sin que el sol saliera en ningún momento.
Se sentía diminuto.
Miró al cielo un momento y tomó aire tomando y apretándose sus rubios mechones.
Cuando finalmente decidió volver y entró silenciosamente se quedó observando a Graham quien se había quedado dormido en el sofá viendo Taxi Driver.
Se acercó a él y dejándose caer empezó a llorar al verlo ahí indefenso sabiendo que hacia unas horas había sido un egoísta quien se dejó llevar por un placer momentáneo.
— No te merezco— susurró enterrando su cabeza en sus brazos sin que Graham lo notara.
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¿Qué tan difícil puede ser?
FanfictionDamon y Graham se enfrentan a algo que pensaron imposible: La paternidad. Con el tiempo se darán cuenta que el amor logra cosas imposibles aunque la dolorosa perdida de eso mismo que los unió y la locura de uno de los dos intente tomar el control de...