— ¡Solo escuchame!— gritaba el rubio entrando a la habitación.
Graham no decía nada. Solo caminaba hacia el closet y como si Damon no estuviera ahí tomó una maleta y la lanzó de mala gana a la cama para empezar a guardar toda su ropa de manera desorganizada.
Damon puso una mano en la tapa de aquella maleta café y la cerró mirando al castaño fijamente con intensidad en sus ojos.
— Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando, por favor, ¡tienes que escucharme!— seguía hablando con voz alta.
Graham apretó sus puños y cerró sus ojos con fuerza para hacer algo que él nunca pensó hacer.
Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre el rubio y comenzó a darle torpes golpes en todo su rostro mientras Damon intentaba tomar sus muñecas para detenerlo.
— ¡Te odio Damon! ¡Te odio!— fueron las primeras palabras que el castaño soltaba después de que Lisa se fuera y los dejara a los dos solos en completa desolación— ¡Maldito bastardo! ¡No quiero volver a verte nunca más!— su ira lo estaba sacando de casillas y siguió golpeando con fuerza hasta romperle la nariz y darse cuenta de que sus manos estaban manchadas con sangre.
Pasmado se levantó y detalló a Damon por unos segundos ahí en el suelo.
Este le lanzó una mirada de profunda tristeza y con una mano en su rostro se levantó de a poco sosteniéndose de la cama.
Graham terminó de cerrar su maleta con cremallera y la puso en el suelo para empezar a arrastrarla y así salir de allí lo más antes posible.
Damon, algo débil, lo siguió y lo tomó fuertemente del brazo para empezar a sacudirlo con desespero.
— ¡Basta Damon!— se soltó bruscamente— Solo espero que no vayas a ser un cobarde y respondas por ese hijo o hija que viene en camino. Es lo mínimo que puedes hacer.
Y sin decir más salió del apartamento cerrando la puerta con fuerza.
El rubio cayó de rodillas y fue justo ahí cuando cayó en cuenta de todo lo que sucedía: Iba a ser papá.
Su cuerpo temblaba ante esa nueva realidad.
¿Cómo se supondría que respondería si nunca se había preparado para eso? Al menos el dinero no era problema ya que su trabajo como artista le estaba dando buenos frutos.
Temía por ese nuevo rol pero en medio de todo le dio la razón a Graham sabiendo que no podía dejar a Lisa sola.
Ella no tenia la culpa. Él debió ser sincero y así nada de eso estaría sucediendo.
Decidió levantarse y tomar la nota con el numero de quien seria la futura madre de ese bebé y la llamó.
Al fin y al cabo ya no tenia nada que perder.
_____________
El teléfono sonaba pero Graham no estaba dispuesto a contestar.
Estaba muy ocupado teniendo otra noche de sexo con cualquier otro anónimo que acababa de conocer y que había llevado a su nuevo aparta-estudio.
Ese era su nuevo ritmo de vida.
Su corazón se había endurecido tanto desde la infidelidad de Damon que había decidido no volver a enamorarse más y solo buscar placer cuando él quisiera.
Tener sexo y desechar.
Desechar y tener sexo.Un circulo vicioso con el cual ya llevaba seis meses.
La contestadora avisaba que había un nuevo mensaje. Era el octavo en ese mismo día y de la misma persona que aún no lo olvidaba.
Hoy fuimos con Lisa a su ecografía y nos darán los resultados mañana. Por favor responde.
— Imbécil— dijo Graham borrando ese mensaje y dirigiéndose a la cocina para prepararse un té.
No entendía el por qué Damon le hacia eso.
¿Acaso pensaba qué le importaba su nueva faceta como padre sin él a su lado?
Hasta donde tenía entendido el rubio y Lisa ni siquiera estaban viviendo juntos. Lo había escuchado en uno de esos mensajes y en parte le alegraba pero aun así no quería volver a verlo.
Mientras se servía el agua caliente en su taza recordó cuando uno de los niños del orfanato lloró cuando él le dijo que no volvería más a aquel lugar.
— ¿Pero por qué?— le preguntaba en medio de inocentes lágrimas.
— La vida es un infierno pequeño— le respondía con tristeza acariciando los cabellos del niño— Y ni tú ni el resto merecen un demonio como yo.
— ¡Pero tú no eres uno!— exclamó asustado.
Graham suspiró y se levantó tomando su guitarra.
— Pero me estoy convirtiendo en uno.
Despertó de aquel recuerdo cuando vio entrar a una joven de cabello claro quien vestía la camiseta a rayas que el mismo Graham tenia puesta la noche anterior.
Este la miró con indiferencia y le dio un sorbo a su bebida.
— ¿Qué haces aun aquí?— preguntó con cierta carraspera en su voz.
— ¿Por qué tendría que irme? Aun es temprano.
— Solo te traje para tener una noche más así que hazme el favor de quitarte mi maldita camiseta y largarte, gracias— sonrió cínico.
Cualquier otra chica lo habría abofeteado pero ella se quedó en el marco de la puerta mirándolo con profunda pena.
— ¿Quién te hizo tanto daño?
Graham levantó su ceja y frunció su ceño.
— ¿Disculpa? ¡Ya largate!— respondió fastidiado.
— De acuerdo, de acuerdo— se rindió ante la mala actitud del castaño dejándolo solo.
Cuando finalmente ella se había ido decidió tomar una ducha con agua caliente que le quemaba la espalda.
Ya nada importaba. Seguiría con su rutina de ir al teatro a ensayar con la filarmónica, almorzaría cualquier cosa sin carne y a la noche caería en cualquier bar para terminar con quien fuera en su cama.
Era irónico que ahora la que había sido la antigua vida de Damon fuera ahora la suya.
Destruirse de a poco en el infierno que él decidió siendo el demonio que el rubio construyó.
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¿Qué tan difícil puede ser?
FanfictionDamon y Graham se enfrentan a algo que pensaron imposible: La paternidad. Con el tiempo se darán cuenta que el amor logra cosas imposibles aunque la dolorosa perdida de eso mismo que los unió y la locura de uno de los dos intente tomar el control de...