Arritmia.

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La cena marchaba con tranquilidad.

Todos estaban reunidos en la mesa y habían decidido hacer un brindis por el cumpleaños de Andromeda.

— Bueno... — apretó un poco su corbatín levantando su copa y mirando nervioso a todos, en especial a su padre— Primero, gracias por venir. Anme estará quince días en Francia, como ya saben, así que lo único que puedo decir es, hija, te amo. Mereces eso y más, ¡salud!

Tomó de su copa y se agachó para darle un abrazo mientras todos probaban el sabor de aquel vino blanco.

— Gracias papá— dijo en voz alta poniéndose de pie— Yo... yo solo quiero agradecerle a estos dos por ser mi familia. Sé que mamá estaría orgullosa por el hermoso trabajo que haz hecho conmigo.

— No estoy tan seguro— interrumpió el padre del rubio en voz baja pero aun así audible para todos los presentes.

Damon se puso nervioso pero Graham pasó su mano debajo de la mesa para ponerla sobre su rodilla regalándole una sonrisa.

Era lindo para él volver a sentir esos detalles por parte del castaño pues le daba seguridad en los momentos donde su miedo intentaba controlar todo.

Andromeda frunció el ceño y prosiguió ignorando lo escuchado.

— Ellos me han enseñado tantas cosas que en parte es el reflejo de lo que soy hoy. Los amo papás, como no se imaginan y creo que no me alcanzará la vida para agradecerles todos los cuidados y consejos que me han dado— sonrió intentando no dejar caer las lágrimas que se asomaban en sus ojos— Yo estoy segura que esa es la mayor muestra de amor que he tenido en mi vida.

Ambos se levantaron y la abrazaron.

Jessica y Hazel secaban algunas lágrimas por lo oído mientras Jamie abrazaba a Christy quien solo sonreía tímidamente.

El único serio en el lugar era el padre del rubio quien sin decir más decidió volver a interrumpir aquel mágico momento.

— Es obvio, querida nieta, que dices todo eso porque no sabes realmente quienes fueron estos dos en el pasado— su voz era fría y severa como siempre.

Los tres dejaron de abrazarse y los ojos de Damon solo suplicaba silencio.

— Papá, estamos celebrando— respondió Jessica desde su lugar.

Él ignorándola dejó su copa sobre la mesa y levantó su rostro con superioridad mirando directamente a los ojos de Andromeda.

— ¿Sabes por qué tu mamá esta muerta?— posó su cruel mirada en su hijo— El pecado no queda sin ser juzgado.

— ¿Pecado?— preguntó sorprendida mirando a Graham quien tenia sus manos cerradas en puños y mordía su labio con ira.

— Las cosas deben ser naturales, niña. El amor debe ser dado de forma natural y con las personas naturales. Al igual que las familias deben tener un papá y una mamá.

— ¡Papá basta!— rogó Damon desesperado de la situación— ¡Vete ahora! ¡Vete!— ordenó sintiéndose extraño ya que nunca le había gritado a su padre.

Andromeda bajó su mirada y entendió todo.

Todas las veces que ella había pensado en la verdadera razón de la presencia de Graham desde pequeña, las miradas de Damon hacia él y el beso que vio confirmó todo.

— Abuelo— lo detuvo cuando este se disponía a responder— ¿Desde cuando amar es pecado?

— Niña, tú no lo entiendes.

¿Qué tan difícil puede ser? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora