Capítulo 4

51 7 4
                                    

"Fenómenos"


Spencer me dijo que habláramos después de clase en el patio en la hora libre de la tarde, al final de las clases. Así que aquí estamos, después de discutir sobre el proyecto en clase (aunque yo sólo quería terminar para que me contase lo que tenía que decirme), sentados en la misma banca en la que Luka y yo descansamos después de haberme dado el tour el primer día.

Miro mis zapatos mientras él tiene la mirada fija al frente, sin expresión alguna en su rostro, como un robot.

— ¿Y bien?—pregunto.

— ¿Y bien qué? —inquiere girando la cabeza y conectando nuestras miradas, y como siempre que eso pasa: nada sucede.

— ¿Cómo que me buscabas? ¿De qué quieres hablar? —pregunto perdiendo un poco la paciencia.

—Es simple y extraño ¿Sabes?— lo miro sin entender—No eres normal Olivia—a pesar de ser morena de piel, siento como palidezco.

— ¿A qué te refieres? Soy como todos—mi voz tiembla y él lo nota.

—No, no lo eres—su tono seguro me intimida y hace que quiera desaparecer— ¿Seguirás negándome la existencia de tu poder?

El alma se me cae a los pies, las manos me empiezan a temblar y siento un sudor frío recorrer mi nuca, pareciera que vivo una pesadilla.

—Y-Yo... —las palabras no salen, mi mente deja a mi cuerpo como si fuera una causa perdida. Tal vez porque lo soy.

—Hay más como nosotros Olivia. Nos vemos luego— me quedo boquiabierta pero no parece importarle porque se levanta y sin más, se pierde en el camino hacia el edificio de chicos.

Qué. Acaba. De pasar.

Te descubrieron idiota. A ver si a la próxima vez eres más lista.

Sacudo mi cabeza retirando dicho pensamiento. Me levanto con mi mochila y agarro las asas de ésta sólo para controlar el temblor de mis manos. Inicio el camino hacia mi edificio.

"Hay más como nosotros Olivia..."

Nosotros...

¿Acaso también él posee magia? ¿Entonces no soy la única?

Corrección: No somos los únicos.

Sacudo de nuevo mi cabeza. Y sin darme cuenta choco con un cuerpo más alto que yo. Pero al levantar la mirada, sólo me encuentro con un par de ojos verdes...

Estoy en un bosque otoñal, recién empezada la mañana y veo cómo un niño de unos 11 años cabalga junto a un hombre de unos 30, el cual debe ser su padre. Ambos ríen mientras hacen una competencia hasta el claro.

Al volver en mí lo primero que veo es a Jackson... Oh no.

Su expresión es una mezcla de terror y confusión. Trato de agarrarlo del brazo para explicarle de algún modo, pero se zafa y corre en dirección a su edificio sin cambiar su expresión de estupefacción. Me quedo con la mano en el aire y las lágrimas amenazando en salir. Llevo la mano suspendida a mi boca y reprimo un sollozo.

¡De nuevo! ¡Lo hice de nuevo!

Noto cómo las pocas personas que están cerca se quedan mirando expectantes. No puedo más y corro con todas mis fuerzas hacia el edificio. Entro al elevador y oprimo el botón del segundo piso. Me obligo a no llorar aunque me conste de un gran esfuerzo. ¡Estoy harta de todo esto!

Estás harta de ti.

Veo que el corredor está vacío y decido quedarme en una esquina. No quiero entrar al dormitorio. No aún.

OlvidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora