Capítulo 5

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"Las Artes Mentales"

—La magia está en el mundo, que los humanos no la vean es otra cosa. Algunos de los que han tenido contacto con ella la creen peligrosa, otros, maravillosa. Con el paso de los años algunas personas se dedicaron a estudiarla. Descubrieron que realmente, hay magia buena y magia mala, y que pueden ser manipuladas en dos formas: la mental, y la física; pero ya no hay portadores de la magia física en el mundo. La gente temía de ellos, los gobiernos iniciaron un programa de eliminación secreto; finalmente, a los pocos que no atraparon, no les quedó de otra que esconderse en lugares remotos (se rumorea que algunos, incluso, lograron la manera de resguardare en otra dimensiones).

»Tu magia, mi magia, ambas son mentales y al estudio de éstas se les llama "Artes Mentales". Aunque la han estudiado por siglos, todavía no han comprendido exactamente cómo funciona la magia, siempre aparece algún raro espécimen que les revuelve todas las teorías.

» ¿Tu poder no es de nacimiento cierto? Se te ha sido transferido de otra persona. El mío en cambio, lo tengo desde que tengo memoria, mi madre me transfirió su don al yo nacer. ¿Entiendes? Los poderes y dones pasan de persona en persona, siempre estarán en el mundo mientras todos los que los tengamos sigamos vivos. Algunos portadores, como ya dije, permanecen ocultos en lugares remotos, otros como tú y yo siguen con sus vidas normales; camuflándose, por así decirlo, entre las personas comunes.

»Pero no me explico cómo alguien pudo transferirte su poder, eso es casi imposible. Son muy pocas las personas que conocen el truco para hacerlo y todas ellas, según tengo entendido, juraron no divulgarlo o hacerlo.

Proceso todo lo que acabo de escuchar. Y aunque en mi mente se desatan un montón de preguntas sólo logro formular una inconscientemente:

— ¿Qué es un don?—me doy una palmada mental, pues eso suena como una pregunta de niña de cinco años; Spencer reprime una leve risita.

—Tú tienes tu magia, tú puedes usarla, tiene una función importante. Los dones no, al menos no el mío. Tu poder no tiene efecto en mí porque ese es mi don—lo miro sin entender, resopla— Mi mente es inmune a la magia. Ponlo así: Yo siento la magia, pero ella no a mí. Son algo insignificante pero útil. ¿Entiendes? Además, la gente no percibe lo dones, no hay ningún alteramiento en, por ejemplo, el color de ojos.

—Linda referencia—bufo rodando lo ojos.

Silencio.

— ¿Por qué no lo hacen? Me refiero a transferir los poderes como a mí me lo hicieron. ¿Es tan horrible como para prohibirlo?

—Tú lo sabes mejor que yo—frunzo mis labios al entender lo que quiere decir. Sabe que mi vida no ha sido fácil. — Lo prohibieron por varias razones: les parecía injusto para las personas, no es confiable, porque algunas veces puede ocasionar daños terribles en ambos seres, algunos eran capaces de transferir sus poderes a cualquier extraño con tal de deshacerse de ellos. No todos toman la magia como algo bueno, como ya te dije.

El tener de repente algo raro en ti que te hace distinto a todo ser humano y ni siquiera saber cómo funciona, el sentimiento de querer aislarte de todos por temor, que eso arruine tu vida... Hay que ser desalmado para hacerle eso a alguien.

Lo que me hicieron a mí.

—Entonces, quien me hizo esto, es algo así como... ¿ilegal? —un nudo se hace presente en mi garganta.

—Exactamente. Lo que también quiere decir...—me mira con lástima, cosa que me hace fruncir el ceño—...que no te puedes deshacer de tu poder, lo siento.

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