Capítulo 19

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"La voluntad dudosa"


Pocas veces en mi vida he observado los ojos de alguien (mi poder me lo impedía), ya había olvidado los numerosos sentimientos que la mirada de una persona puede transmitir. Felicidad, tristeza, desilusión, incomodidad, ira, dolor, todas las he vivido, pero nunca las he presenciado. Ironía de la vida tiene que ser, que la única persona con la que puedo mantener contacto visual, sea aquella que debe ocultar todos sus sentimientos. Spencer debe obligarse a sí mismo a tragarse todo; palabras que mueren en su boca y lo van matando lentamente.

Y es aquí en donde me cuestiono cómo lo hace. ¿Cómo es posible para un ser humano guardarse todo, los momentos felices, tristes y desgracias? ¿Cómo es posible que un chico pueda transformarse a sí mismo en un robot sin emociones? Incluso cuando estamos discutiendo, su mirada sigue manteniéndose dentro de la seriedad; su mandíbula ligeramente tensa, la única señal de que mis palabras lo han molestado; su tono al hablar, más profundo que de costumbre y, aunque no quisiera admitirlo, intimidante:

—Desde siempre detecté cierto egoísmo en ti, pero esto va más allá de lo ridículo. Al principio quería ayudarte a deshacerte de tu poder de una forma sana para ti, pero ahora sólo me preocupa el hecho de que hagas algo de lo que, créeme, te arrepentirás. —ante sus palabras la adrenalina que martilleaba mi corazón, se disipa un poco, dejando paso al enojo.

Las palabras de Luka se repiten en mi cabeza: Spencer no hace nada a cambio de algo. Él ve el mundo como blanco y negro, deudas y favores.

— ¿Por qué te importaría si me arrepiento? Es más, ahora que lo pienso, ¿Por qué siquiera te importo? Podrías irte tranquilo y dejar todo este embrollo. Sin embargo, es como si te encantara enredarlo más y más. Manipulando, confundiendo y sobre todo, mintiendo.

Spencer se ríe.

Él se ríe falsamente.

Su risa es diferente a cómo la escuché hace un tiempo en clase. Esta vez hace que un escalofrío me recorra todo el cuerpo. De repente la oficina de seguridad se siente más pequeña, más sofocante y sobre todo, más asfixiante.

La risa cesa, pero un amago de sonrisa se queda en los labios del chico.

— ¿Enserio crees que yo soy el que he estado mintiendo? Luka tampoco está libre de culpas Olivia. —deja escapar una risita nerviosa. —Y no, no me sorprende que pienses así de mí. Todos en algún punto lo hicieron, y ahora están atrapados en tubos gigantes mientras unos científicos desquiciados los examinan.

La garganta se me seca ante lo último. Spencer no se inmuta ante mi expresión alarmada, más bien es como si le diese hincapié para seguir hablando:

—Ella te dijo que yo hago todo por conveniencia, ¿no? —me congelo ante su deducción, y él lo nota. —Seguro te habló de cómo la pasé mal en Golden Walls, y por eso les guardo odio personal; cómo yo distorsioné la realidad, ¿no?

Spencer hace una pausa antes de agregar, esta vez seriamente:

—Apuesto a que ni siquiera te contó sobre Golden Walls en un principio, ¿me equivoco?

Es el mismo juego, pienso.

Manipulación a través mentiras. Mentiras aprovechando la manipulación.

Le devuelvo su anterior sonrisa a Spencer, al tiempo que respondo:

—Tú sólo me dirás lo contrario a ella, así como ella sólo me dirá lo contrario a ti. Estoy tan harta de su juego que ya ni me molestaré en escucharlos. A decir verdad mi vida era más fácil sin ustedes. —hago una pausa, escudriñando sus ojos en busca de algo, cualquier cosa, tan sólo una señal de que hay un alma allí dentro. —Estaba mucho mejor sin ustedes en mi cabeza, envenenando mi mente y jugando conmigo. Por una vez desde que llegué a este internado y los conocí a ambos, voy a hacer con mi poder y mi vida lo que yo consideré mejor.

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