FIREWORK [YUWIN]

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Un muchacho se cabellos rubios se encontraba caminando por las taquillas, su mano se deslizaba por las diferentes cajas metálicas buscando las que necesitaba encontrar. Cuando por fin encontró una de ellas, rebuscó entre las cartas que había escrito la noche anterior y la echó, repitiendo el mismo proceso en cada lugar correspondiente, realmente rezaba no haberse equivocado de taquillas.

Suspiró una vez que se vio sin más cartas en su mano. Había terminado. Caminó por los desolados pasillos comunes del lugar donde había estado estudiando. Tenía demasiados recuerdos para haber estado poco tiempo allí.

Tomó una bocanada de aire, como queriendo hacerse valiente, capaz de retener los ríos que amenazan con fluir por sus mejillas.

"Adiós" susurró, y finalmente cruzó la puerta de salida. Todo había acabado ya.

[...]

Las clases al fin habían terminado. Varios de los chicos estaban reunidos. Doyoung sostenía en un fuerte abrazo por la espalda a su novio, mientras apoyaba su mentón en el hombro del contrario. Jungwoo disfrutaba de las pequeñas caricias que le daban esas manos que lo rodeaban. Taeyong hablaba con Yuta, a quien había interceptado en la salida para preguntarle por su novio, ya que ambos asistían a las mismas clases. Mark hablaba animadamente con Taeil y Johnny, quienes lo trataban casi como un hijo.

Ese era su pequeño momento de paz antes de que Lucas llegara. Y aunque el ambiente se puso extremadamente tenso, la llegada de un agitado Ten logró romper en segundos la atmósfera.

- ¡Sicheng se ha ido! - el chico traía una carta en sus manos que movía casi con desespero.

- ¿A qué te refieres con que se ha ido? - preguntó Taeyong mientras se acercaba a él y observaba la carta por encima, no le costó ver la frase a la que su novio se refería: "Me marcho a China, mejor opción ahora" - Ha vuelto a China...

- ¿Dónde has encontrado esa carta? - Yukhei estaba molesto, se notaba en su voz: su mejor amigo se había ido sin decirle nada.

No era propio de Sicheng irse de manera tan dramática.

- En mi casillero.

Yuta corrió hacia las taquillas. Él había sido el que le había dado la idea al rubio de que se fuera, pero realmente no quería que se marchase, él no quería que Sicheng desapareciera así, de un día a otro.

Abrió  su taquilla y pudo ver perfectamente el sobre celeste que había en este. Unos símbolos chinos seguidos de unos japoneses identificaron a Sicheng como el autor de la carta. Hace un tiempo, él le había enseñado al chino como se escribía su nombre en japonés y el contrario hizo lo mismo pero en chino.

Agarró el sobre y lo abrió con cuidado, temiendo lo que encontraría allí.