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De los ojos de un chico rubio caían un par de lágrimas. Se suponía que aquello no tenía que doler tanto, que estaba haciendo lo correcto. Lo mejor sería alejarse de Corea y de todos, quizás nunca volver, olvidarlos, dejar la vida pasar... No era tan difícil pensarlo, pero hacerlo era otra historia.

Un suspiro escapó de entre sus labios mientras miraba nuevamente la puerta de embarque, cada vez con menos gente en ella. Sus ojos volaron hacia el billete, en menos de un diez minutos su avión saldría. Entonces dejaría todo atrás. Yukhei se quedaría aquí en Corea; Kun no debería saber si él había vuelto a China; Yuta también pasaría a estar en el pasado, un pasado imposible que no tenía cavidad en el futuro.

Nuevamente dejó caer sus brazos en signo de rendición. Sus hyungs favoritos habían sido alertados de que volvía a China, y que nadie debía saber sobre ello. Jia noona le había ofrecido quedarse en su casa hasta que lo peor pasase, pero él había preferido estar con sus hyungs. Nadie lo entendería mejor que Luhan hyung: él también había sido engañado por las personas que más había amado.

- Si hyung salió adelante, tú también puedes, Sicheng - se animó a sí mismo.

Con nuevos ánimos recargados entregó su billete en la puerta, donde chequearon que todo fuese correcto antes de dejarlo pasar. Poco a poco se iba acercando más al avión... Luhan hyung pudo superar la traición de su novio coreano y de su mejor amigo con la ayuda de Yifan hyung.

Su corazón se sintió pesado y, no pudo evitar pensar en Yuta. ¿Él también necesitaba que otra persona le enseñase lo que realmente significaba amar? No tuvo duda de que eso haría las cosas más fáciles.

¿Estaba realmente tomando la decisión correcta? No podía echarse atrás ahora. Miró hacia atrás y luego a su reloj, ¿habrá leído Yuta ya su carta? ¿Sabrá que los fuegos artificiales no se sintieron nunca tan especiales que cuando lo vio por primera vez? Sus ojos soltaron más lágrimas. No quería irse, y quería irse. No quería dejarlo, pero quería alejarse. Quería amarlo, y quería olvidarlo.

- ¿Por qué? - susurró.

En su mente la respuesta estaba clara: "Porque el amor duele; duele porque es especial, porque importa, porque merece la pena. Te destruye y te reconstruye... El amor es un mundo de contradicciones y de sin sentidos donde no hay guía". ¿Será este el final de su gran amor? ¿O será el primer error de su historia?

Sus pies lo guiaron a su destinado. Cuando se pararon, supo que había tomado la decisión correcta.

Asiento 12C.

Se sentó con cuidado de no golpear a nadie de su alrededor y esperó pacientemente hasta que el avión comenzó a moverse. Ya no había vuelta atrás.





FIN.

FIREWORK [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora