Capítulo 48: Alfistas

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Liam miró de reojo el reloj, y resopló.

Afortunadamente Niall parecía más calmado.  Había pasado casi una hora y el doctor no había llegado.  Era supuestamente el mejor de Londres. 

Liam había quitado a Niall la ropa sucia, le había colocado una camisa de dormir y le había limpiado.  La hemorragia no era muy grande.  Pudo limpiarle con una toalla húmeda y no salía más sangre.  Eso tenía que ser bueno. 

Para cuando el hombre llegó, se permitió el lujo de hacerlo malhumorado. 

-Buenas noches, señor duque.  Espero que sea realmente una urgencia y no un ataque de histeria de su omega.  Todo el mundo comenta que hoy en la tienda de ropa se enteró de sus... devaneos.

-No me gusta que nadie más que yo opine sobre mi vida.

-El sastre de su esposo no dice lo mismo.  ¿Qué ha ocurrido?

-Mi esposo se sintió indispuesto y tuvo un sangrado.

-En fin, comprobaré que todo está bien.

Liam iba a entrar tras él en la habitación pero cerró la puerta.  Los alfas no entraban.  Era cosa de omegas y doctores. 

Se quedó quieto tras la puerta. 

-¿Liam?  -Niall levantó la cabeza.

-Soy el doctor Smith.  Y he tenido que dejar el baile de los Withingale, así que espero que sea por un buen motivo.

-Me sentí mal.  Me desmayé y sangré un poco...

-Supongo que tuvo un episodio de histeria.  Seguro que se puso a gritar y hacer movimientos bruscos en lugar de pensar en su bebé y en mantener la calma como debe -el doctor se sentó y le levantó la camisa – cuando empecé en esto, mis omegas sabían cual era su sitio.  ¿Sólo sangró eso?

-Sí.

El médico le apretó bruscamente en los laterales del abdomen.  El bebé se despertó y dio varias patadas.  Niall gimió de dolor.

-No se queje tanto.  Solo estaba comprobando que el bebé seguía vivo.  No ha sangrado demasiado.  Debería centrarse más en reposar y no tanto en intentar averiguar dónde anda su alfa.  Gestar es su responsabilidad, la única que tiene.  Abra las piernas...

-No, usted no va a tocar a mi esposo.

Niall contuvo el aire.  Liam había aparecido tras él otro hombre. 

-Disculpe, señor duque, no entiendo.

-Me da igual lo que ocurriese en la sastrería hoy.  Lo que ha demostrado ese hombre y también es la poca profesionalidad que tienen.  Mis asuntos personales con mi esposo y su carácter son nuestro asunto.  Si mi esposo es sumiso o rebelde, no es su asunto ni creo que sea relevante para la gestación de nuestro bebé.  Yo fui el culpable de que mi esposo se alterara y usted está despedido.  Me haré cargo de correr la voz de que usted llegó ebrio, es muy obvio, y que le hizo daño a mi esposo.  

-Es su decisión.

-Aléjese.  Antes de que deje de mantener esta calma y le golpee hasta que sienta la angustia que mi esposo y yo sentimos hoy. 

Liam se inclinó para cubrir a Niall. 

-Váyase.  Ya. 

Niall espero a que se fuera.  Liam se sentó junto a él.

-Te sentí quejarte.

-Apretó al bebé.  Ahora está inquieto.

Liam acarició el vientre redondeado.  Niall le apretó la mano.

-Pero está bien.

-Quiero que guardes reposo hasta la Coronación mientras yo me encargo de conseguir un médico decente. 

-Lo haré. 

-No hice nada en ese club.  Tenías todo el derecho a ponerte como lo hiciste.  No pensé en ti y menos en el bebé cuando te grite y te hablé de ese modo.  Fui egoísta y desconsiderado.  Jamás te sería infiel.  Fuimos porque buscábamos un sitio discreto para hablar.

-Y mira lo que ocurrió.  Ahora todo Londres dice que eres un putero y yo un histérico.

-Lo que piense el resto del mundo me importa poco, mientras nosotros sepamos la verdad y tú estés bien.

Niall sonrió.

-Lo estoy pero lo estaría mejor si este bebé aceptase dormir un poco.

-Es medio irlandés. Los irlandeses son muy cabezotas.  Lo sé muy bien.

Cuestión de Sangre ||Saga Cuestiones 5|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora