Capítulo 46: Diagnóstico

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-En una semana el barco arriba a Londres. 

-Dos semanas menos y todo por culpa de ese imbecil alborotador -dijo Jason, recibiendo el sol de cubierta en la cara.

-En fin, conozco a su padre, es un poco más mayor que yo y un muy buen hombre.  Una lástima que su primogénito haya resultado ser así.

-En cuanto lleguemos tengo que casarme con Keith.  Aunque Inglaterra no es el lugar más acogedor, no puedo volver a Italia sin arreglar todo su papeleo.

William mantuvo silencio unos segundos.

-Cuando lleguemos, estoy seguro de que tendremos una invitación a la Coronación.  Y no estoy seguro de si Clive se sentirá suficientemente seguro pero esa no es la clase de invitación que uno puede declinar. 

-Ahí viene el doctor Adams -dijo Mariano.  Levantó la mano para invitar al otro alfa a unirse.

Aiden le vio saludar y dudó.  Nunca estaba cómodo junto a los alfas.  Pero no podía renunciar a una invitación directa.

Se acercó al fin.  Se sirvió un poco de té.

-Aiden, ¿todo bien?

-Sí.  Perfecto. 

-La gente comenta que te has enfrentado con el capitán por las atenciones de ese prostituto -dijo Jason – deberías tener cuidado.  Esos chicos cobran por hacerte creer que te importan.

-Ya pasó.  No tengo nada serio con ese chico.  -Aiden sujetó su taza y fueron visibles las marcas en sus nudillos del golpe que había dado el día anterior en la pared durante su relación sexual con Cristopher en el cuarto de máquinas.

-Solo ten cuidado -William le palmeo la espalda – pero si ese omega te gusta de verdad tampoco debes juzgar su pasado...

-No tengo nada con él.  Absolutamente nada.

Un miembro de la tripulación se acercó y le susurró algo al oído al doctor. 

-Iré ahora mismo. 



Christopher estaba esperando en el pasillo.  Tuvo que contenerse para no acariciarle la cara en ese momento.

-Necesito que atiendas al pasajero de los calabozos.

-A veces odio el juramento hipocrático. 

-Lo sé.  Pero no puedo permitir que le ocurra nada mientras esté bajo mi jurisdicción.  Lleva unos dos días quejándose de fiebre y vomitando la comida pero hoy ha tenido un episodio de delirios.  Ha acabado golpeándose contra la pared. 

-Es alcohólico.  ¿Cabe la posibilidad de que sea un brote de abstinencia?

-Quizás, pero el custodio dice que se ha fijado en que tiene un bulto en la garganta.

Aiden bajo la velocidad.

-Tengo que protegerme antes de verle.  Probablemente es infeccioso. 



-Clive.

El omega sonrió.

-Entra, esposo.  Estoy tomando un baño.

-Hola, mi amor.  Te ves muy suave.  Y húmedo.

Clive se rió.

-Tengo una mala noticia.  Aiden dice que todo ha cicatrizado ya casi pero aún no he tenido el ciclo.  No parece cerca de tenerlo pero dice que a veces tarda más.

-¿Es como el celo?

-Tras el parto, no.  Es un sangrado pero sin la parte buena.

-¿No estarás embarazado?  He sido muy cuidadoso.

-Tranquilo, amor.  No hay bebé.  Es solo que a veces tarda un poco más.

-Entonces seguiremos con las otras formas de divertirnos -William le besó la pierna.

-Aiden dice que es psicológico.  Que estoy tan ansioso por volver a la normalidad que mi cuerpo no acaba de cerrarse por eso.  Estoy bien, no me duele, no hay heridas, pero mi útero sigue demasiado abierto. 

-Entonces tendré que relajarte.

Clive sonrió.  Los besos de William siguieron por su pierna. 

-Si, no me conviene estresarme.

William miró la pared mientras seguía besándole.

Explicarle lo de la Coronación no iba a ser fácil.





Aiden salió del calabozo.  Se dirigió hacia la sala de calderas.  Abrió la caldera y arrojó toda la ropa.  Lo ultimo los dos pares de guantes.

-Aiden.

Christopher cubrió al médico con su chaqueta.

-Iré a darme un baño con vinagre.  He tenido que explorarle entero y toda prevención es poca.

-¿Tengo que preocuparme por el pasaje?

-Para nada.  Es sífilis.  En fase terciaria.  La noticia no le ha sentado muy bien y está pegando golpes en las paredes.  Solo se transmite por vía sexual o tocando con una herida abierta mucosas o sangre  , mientras lo mantengas ahí abajo encerrado todo irá bien.  Dale una botella para que el síndrome de abstinencia por alcohol baje.  Ya falta poco para que puedas entregarlo en Londres.

-Allí le esperan las autoridades.  Parece que un tema serio.

-Voy a darme un baño. 

-Luego ven a mi cuarto.

Aiden asintió.

-Sí, por favor.

Cuestión de Sangre ||Saga Cuestiones 5|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora