Capítulo 61: Salvado

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-¿Algo no va bien?  -Isaac alargó la mano. Estaban en un restaurante, aunque nunca iban a la zona noble.  No por Declan.  Sus billetes le abrían todas las puertas posibles.  Pero Isaac no se sentía cómodo cuando todas las caras no precisamente amables se volvían hacia él.

-No, cariño.  Come.  Por favor.

-Desde ayer estás extraño.  No puedo evitar temer que al fin hayas asumido que no soy el omega adecuado para ti.

Declan dejó los cubiertos.

-No es eso ni remotamente.  Estoy completamente seguro de mi amor por ti.  Pero ayer acudí a un funeral.  Y conocí a algunas personas.  Y creo que he...  tu pasado sigue siendo un enigma pero quizás hay algunas piezas que puedan rellenar ese mosaico.

-¿Personas?  ¿Conocen a mi padre?

-Aún tengo que hacer averiguaciones.  Pero necesito concluir con todos esos escollos.  Necesito hacerte mi esposo. 

-Yo también lo necesito.  Llevamos un tiempo más que adecuado de cortejo.  Y ya empiezan a correr rumores desagradables.

-No me han llegado.

-Porque no los dicen frente a ti.  A mí me llegan porque escucho a los criados.  Creen que por mi origen humilde nunca me harás tu esposo.  Que soy tu amante y nunca seré más que eso.

-No hemos vuelto a hacer el amor desde tu celo.

-No es porque yo no lo desee.

Declan sonrió.

-Quería esperar a nuestro matrimonio pero aún no hemos resuelto el permiso de tu alfa.

-No estoy en contra de una luna de miel anticipada.

Declan sonrió.

-Eso me encantaría.





-Buenas noches, señor Russell.

Nicholas saludó con la cabeza al portero.  Llevaba en brazos a Kieran.  Él omega temblaba pese a estar cubierto con el abrigo del alfa.

-Suba comida.  Té y algo caliente.  Y toallas calientes.  Y necesito que envíe una carta a la casa de los duques Payne.  Que Kieran está conmigo y se encarguen de Donovan hoy.

Kieran no pronunció palabra.  No podía.

Le había arrancado del ataque de Kieran, le había levantado del suelo y sacado en brazos de allí.

Así había caminado por Londres, con Kieran en brazos.

Hasta llegar a sus apartamentos.

Nicholas le colocó en el sofá.  Se agachó y encendió la chimenea.  La puso al máximo. 

-Quítate esa ropa -dijo con voz de orden.  Kieran le miró y empezó a retirársela – No estamos seguros de si pueda tener restos de esa maldita enfermedad.

Nicholas se dio la vuelta.  Kieran se retiró la ropa y se colocó un batín que el alfa le pasó.

La ropa ardió en el fuego.

-Llenaré la bañera.  Necesitas un baño.  Comer algo y relajarte. 

-¿Por qué haces esto?

-No lo se.  Porque tú has provocado algo en mí que no puedo contener.  Aunque a veces me resulte demasiado arrollador. 

Kieran escondió los pies en la bata, demasiado grande para él.

Empezó a entrar en calor. 

Se estaba quedando dormido cuando llamaron a la puerta con la comida y las toallas.

-Vamos.  Necesitas ese baño -dijo Nicholas sosteniéndole. 

-Tengo sueño.

-Después del baño, Kieran.

El omega asintió.  Pero ni siquiera podía caminar.  Nicholas le llevó.  Le metió en la bañera vestido con la bata.  Le retiro el sudor y el olor a prisión.

Luego le sacó de la bañera.

-Come algo.

-No tengo hambre.

-Entonces es hora de dormir.

Kieran cerró los ojos.  Ya estaba dormido cuando le colocó sobre el colchón.

Cuestión de Sangre ||Saga Cuestiones 5|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora