CAPÍTULO XIV

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< Sev >

Cuando al fin salíamos de debajo del agua fría, él tuvo que sostenerme, ya que no me podía el cuerpo de tan extasiada que estaba.

- Estás congelada - dijo medio espantado

- Mmm - fue todo lo que salió de mi boca

Una vez más, un chorro de agua, pero esta vez tibia, cayó sobre mí, lo que logró que me relajara aún más.

- Tienes que cambiarte - me recordó - quédate aquí, volveré con algo de ropa

En cuanto los brazos de Brian me soltaron, caí al suelo de la ducha sin tener la capacidad de amortiguar el golpe, en ese momento no me dolió nada, pero no estaba segura de que iba a pasar después.

- Mierda! - lo escuché maldecir

El flujo de agua constante se detuvo y me tomó entre sus brazos para sacarme de la ducha, abrí los ojos, veía todo como velado por una cortina de endorfinas, la sonrisa idiota que se extendía por mi cara era imposible de controlar. Brian me quitó la camisola y me envolvió en una gran toalla, luego me guio hasta la cama.

- En verdad debes cambiarte Sev - me dijo de forma firme - sino te enfermarás

- Lo intentaré - mi voz salía pastosa

Vi como Bian revolvía entre el desastre que era la habitación, y colocaba algunas prendas cerca de mí. Me despojé de la toalla y comencé a sacarme la ropa interior casi sin percatarme de que estaba Brian cerca.

- Sev! - exclamó medio espantado

- Pues gírate - le dije a modo de solución

Al igual que la otra vez, me dio unos minutos de privacidad en el tiempo en que me quité toda la ropa mojada y me coloqué unos pantalones de chandal y una camiseta.

(*)

Las cosas con Brian habían cambiado en un modo en que no podía llegar a comprender del todo luego de la mordida, estaba intentando no rogarle por una cada vez que se acercaba a mí, pero era difícil.

Había mandado a unos Strigoi para que me alimentara, cuando estuvo lo suficientemente seguro de que gran parte de las endorfinas se habían disipado, de hecho estaba mandando estos "aperitivos" más seguido de lo que había hecho con anterioridad debido a las mordidas que me daba, a veces también me daba su sangre, creo que nos estábamos volviendo adictos el uno al otro.

El desastre en mi habitación había sido puesto en orden, en algún momento de las horas posteriores, por la misma chica humana que traía mis ropas, ella fue la encargada de poner todo en su lugar, aunque mucha atención no le prestaba, tan solo me oville en una esquina de la habitación tratando de que la cara no me delatara sobre el éxtasis que estaba experimentando.

< Danila >

La llamada de Hans, contándole lo que habíamos averiguado a partir del interrogatorio del Strigoi y lo que nos había dicho Aiden, había logrado que los ánimos de todos estuviesen por las nubes, habíamos logrado al fin una pista certera del paradero de Sev e Izz, y estábamos ansiosos de seguirla.

- Debes de ser paciente - me pidió Hans - e inteligente, estos Strigoi están más preparados de lo que piensas

- Por lo mismo debemos sacarlas de sus garras cuanto antes - rebatí

- Pero debes ser cauteloso y meticuloso, no deben actuar bajo el calor de este nuevo descubrimiento, hay que pensar las cosas y planificarlas, no dejes que tus sentimientos se interpongan con el sentido de un Guardián

La conversación con Hans me había dejado pensando, tenía razón, no podíamos actuar a la ligera, ni recorrer todo Eugene a lo loco, podría ser que sin quererlo diéramos a conocer nuestros planes a los captores.

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