BloodCurse 2

CAPÍTULO XXIII

<Sev>

El día de descanso había sido solo eso, un día, pero había sido entretenido, hice un desastre en la cocina con mi idea de hacer hot cakes, las humanas que siempre cocinaban se dieron por vencidas luego de un rato de mirarnos con cara de pocos amigos, debían de agradecer que no me apetecía darles un mordisco, y a Izz tampoco al parecer.

- Izz - pregunté bien bajito cuando volvimos a su habitación - que fue lo que viste cuando tocaste a Brian?

La curiosidad me estaba matando, y ella había sido hábil al poner cara de pocker todo el tiempo en que la observé desde que habíamos vuelto a su habitación.

- Nada que pueda sacar en limpio todavía - dijo sin más

- Una pista pequeñita? - hice un puchero

- Primero tengo que olvidar algunas cosas que vi entre ustedes - casi vomita al decirlo

- Eso ya lo sabías – rodee los ojos

- No es lo mismo verlo - siguió asqueada

- Vamos, alguna otra cosa?

- Si hubiese visto algo importante, ya te lo habría comentado

En ese momento desvió la mirada, y supe a ciencia cierta que me estaba ocultando algo, pero no iba a decírmelo a tontas y a locas, debía de pillarla con la guardia baja.

- Vuelve a tu habitación - pidió - estoy cansada

Y eso confirmó aún más mis sospechas.

- Es tu sutil forma de echarme? - pregunté un tanto ofendida – todo para que deje de preguntar qué fue lo que descubriste?

- Si, además, ya tuve suficiente de tu locura por hoy

Me encogí de hombros, sabía muy bien que en ese estado de ánimo no iba a lograr sacarle nada de información, por lo que le di una reverencia, di media vuelta y salí cerrando de un portazo.

- Problemas en el paraíso? - preguntó Brian que estaba esperando en el pasillo

- Me ha echado como si hubiese sido un perrito - gruñi

- Hasta suenas como uno - rió Brian

- Ya que estás de buen humor - me acerqué y lo arrastré a la habitación - dame mi dosis diaria, ya la estoy necesitando

<Danila>

Estaba con la mano extendida en su totalidad, pero aun así podía escuchar la voz de Adrian a través del teléfono. Menos mal y estaba en la mitad del bosque, sino ya hubiese escuchado nuestra conversación toda la escuela.

- CÓMO ES QUE AÚN NO ESTÁS AQUÍ? TAN DIFÍCIL ES CONSEGUIR LLEGAR A LA CORTE?!!!

Vociferaba como si intentase comunicarse conmigo a grito limpio desde la cima de un cerro. Junté valor y me puse el teléfono en el oído.

- No es necesario que grites de esa forma – pedí sin mucha esperanza – además no es tan fácil como crees el liberarme de mis deberes en la Academia, más aún cuando estamos en pleno proceso de preparación de los exámenes finales

- Esa no es tú prioridad en este momento – me recordó

- Claro que no lo es – acepté – pero a diferencia de otros, tengo que rendir cuenta a mis superiores

- Una sutil forma de recordarme que soy un vago – dijo dolido

- Cada uno nace en su propia realidad Adrian, no te lo estoy sacando en cara, es solo que no es llegar e irme así como así