CAPÍTULO XXI

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<Sev>

Alguien golpeaba algo cerca de mí, con tanta fuerza que mi cama se remecía, pero no tenía intenciones de salir de ella, sentía el cerebro frito y el cuerpo agarrotado.

- Vas a estar en la cama todo el día? Tenemos que entrenar

Era James quien hablaba, no era que Brian me iba a cuidar? Suspiré mentalmente, con tantas promesas incumplidas ya no me extrañaba que no fuese capaz siquiera de seguir con lo que decía. Me di vuelta en la cama y me arropé hasta la cabeza, pronto las mantas que me cubrían fueron sacadas de sopetón.

- Ya es tarde, no tenemos todo el día! – medio gritó James

- Tenemos todo el puto tiempo del mundo – refunfuñé haciéndome un ovillo – no estoy en condiciones siquiera de abrir los ojos

- Puedes hablar, así que tan mal no debes estar

Me agarró del brazo y me sacó de la cama, posicione mis pies en el suelo de mala gana.

- Ve a darte un baño y bajemos – mandó James

- Te dije que no estoy en condiciones de luchar – al fin me digné a abrir los ojos y lo miré – siento el cerebro revuelto en una juguera y luego frito en un sartén

- Tu cuerpo puede luchar

- Pero no quiero hacerlo, NO-ME-SIENTO-BIEN – repetí con los dientes apretados

- No seas nena Sev

- No es ser nena, Strigoi Idiota

- Vamos, sé que puedes hacer mucho estando en ese estado

- Eres una persona horrible – sentencie

- Soy un Strigoi

- Mi error, ERES un Strigoi horrible, y eso es decir bastante

- Vamos, ve a la ducha – repitió

- No quiero más duchas, estoy segura que me saldrán escamas si me cae una gota de agua

- De qué estás hablando? – preguntó perdido

- De nada que sea importante... que mierda quieres que me ponga para el entreno de hoy? – pregunté cruzando los brazos considerando que había sido su idea el que ocupase menos ropa, ya me veía que quería que fuera en cueros

- Creo que con un short y una camiseta sin mangas bastara – dijo cruzándose de brazos también con la mayor naturalidad del mundo

- Y para eso hicimos toda esta mierda? Te odio, lo sabes cierto? – sonreí de forma macabra

- Lo sé, y espero que ese odio te ayude a pelear mejor hoy

- Puedo ponerme zapatos? No me viene bien eso de pelear descalza

- Si, puedes ocuparlos...

- No trajiste nada para el desayuno? – pregunté de pronto mientras buscaba que ponerme – porque estoy sedienta, y hambrienta, no hay ningún Strigoi por ahí para darle una mordidita o dos? Quieres prestarte de voluntario?

- Ya te dije una vez que no volverías a probar mi sangre – me recordó

- Tal vez podríamos apostar por ello – susurré

- Te escuché

- Lo sé

Me cambié de ropa en el baño, me lavé cara y dientes, y me hice una cola alta, dejando al descubierto mis marcas molnija, hace tiempo que no les prestaba atención, giré el cuello para verlas mejor, ahora que no tenía mordidas de Brian, veía mi cuello inmaculado.

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